Epílogo

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Mi pecho dejó de ser presionado con fuerza cuando el aviso de que Yoon ya estaba en la clínica llegó a mis oídos. Si el de resignaba a venir, todo sería en vano. De seguro Nam tuvo mucho que ver en la decisión, lo cual se lo agradezco mucho, aunque desconozca todo ahora, al igual que Yoon.

A los 17 años, mucho antes de la Universidad de artes y mucho antes de Yoon, se me dijo que debido a una enfermedad no sería capaz de vivir más allá de mis veintes. Hasta el momento tenía 25 años y agradecía al cielo aún seguir con vida. Cuando el médico me dijo que ya los días eran menos de cien decidí internarme y cuidar lo poco que tenía sano con un propósito en mente.

Yoon no era la mejor persona del mundo, pero sí la más valiente que pude conocer. Dejó su casa y jugó toda su vida en una beca que ganó, pero no fue suerte, el de verdad se la merecía. No necesitó de su familia ni de ninguna de las personas que lo rodeaban, hasta que enfermó.

Conocí a Yoon en una clase de expresión corporal, el quería transmitir sus letras con sus movimientos al momento de rapear, por aquella razón había tomado esa clase. Era una persona muy tímida, por lo cual le fue algo difícil seguir el ritmo de sus compañeros. Le ofrecí mi ayuda y el aceptó cerca del quinto intento. Nos hicimos cercanos con el tiempo, tanto así como para volvernos novios por propuesta de él.

Cuando se desmayó en el baño, momentos antes de conocer su enfermedad, una horrible tristeza me invadió, y más aún cuando supimos la verdadera razón. Todo lo que sentía que angustia y traición. Yoon no se lo merecía y sabía que el no se lo tomaría de buena forma. Lo medité y descubrí en él una razón por la cual yo aún estaba vivo. Dediqué mi vida a Yoon. Lo cuidé mejor que una madre, lo único que quería era que el mejorara, a pesar de lo que los médicos decían.

"SeokJin, estoy arruinando tu vida. No soy tu obligación y me duele verte así. No quiero que nuestra relación se base en esto. Debemos dejar esto hasta aquí. No quiero ser tu carga"

Me equivoqué al no tener un límite, me dejó y yo no me opuse. De todas formas, seguí cuidándolo. Sabía que el no podía con esto solo y yo no le negué mi ayuda.

Algo curioso fue que cuando Nam y Yoon comenzaron a salir, mi médico me dio el aviso de lo poco por vivir que me quedaba. Le mentí, les mentí — mejor dicho — y me encerré en aquella clínica todos los meses que fuesen necesarios, cuidándome, todo por él.

Sentí más fuerte mi misión cuando me dijeron que los exámenes habían salido perfectos y todo era compatible. No sabían si el cuerpo de Yoon podía causar rechazo, pero eso se vería con el tiempo y ellos harían todo lo posible para que no fuera así.

El chico sin pasión que nació dentro de una familia adinerada y fingió interesarse en las artes. Enfermó sin tratamiento y lo único sano que tenía en su interior era un corazón.

— ¿Yoon?

— Ya me morí, Nam. Este dolor está horrible.

— No seas imbécil.

El chico que luchó por su pasión musical y quedó sin hogar, familia ni dinero. Logró entrar a una escuela de artes. Enfermó del corazón.

¿SeokJin sabe sobre mi operación?

— Dijiste que no querías avisarle.

— Cierto, es mejor ir a visitarle cuando ya esté completamente sano. Dime, Nam ¿Te gustaría ir a América?

No me considero ni estúpido, ni tonto, menos arrastrado. No tenía tratamiento, iba a morir de todas formas. Vi a Yoon llorar, sufrir, desgarrarse por no poder lograr aquello por lo que tanto luchó.
El egoísta hubiera sido yo.

Le enseñé la regla de las dos veces para que aprendiera a escoger bien a su próxima pareja, aunque el fue mi regla más desordenada y desventajosa de todas, no me arrepentía. Por lo menos, el pudo ocuparla con Nam de forma correcta.

A final de cuentas, la decisión era de uno.

¿Por qué? No lo sé ¿destino? Tómalo como sea, Min YoonGi. Sólo espero que me escribas una linda canción y que no me odies ni te odies cuando sepas la verdad. Quiero que mi corazón lata perfecto frente a grandes multitudes y que en todo el mundo se canten tus canciones.

dos veces × namgiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora