Capítulo 37: "Ser fuerte"

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Narrador.

El cuarto en el que la chica se encontraba era obscuro, y frío.

Llevaba ya varios días en cautiverio.

Los que la tenían prisionera le daban algo de comida, muy poca, solamente para que continuara con vida, puesto que esa era la orden que habían recibido de quién había planeado todo el suceso.

Ella había perdido la noción del tiempo, no sabía realmente cuantos días llevaba en esa habitación.

Sus pies y manos tenían marcas de la cuerda que los ataba, al principio le lastimaba mucho, pero con el paso de los días el dolor disminuyó.

Tenía que buscar una manera de contactarse con alguien, debía buscar ayuda por si misma.

Usualmente sus secuestradores no pasaban mucho tiempo en el lugar, pero siempre dejaban a alguien para que la vigilara.

Y con el tiempo ella se dio cuenta que por fortuna lo único que hacía ese hombre era dormir.

Y eso la tranquilizaba, puesto que así era menos posible que le hiciera daño, y le daba más tiempo para pensar.

En cuanto a los otros, cuando venían a verla era para traerle comida y recordarle lo miserable que era su vida, para torturarla, aún más de lo que ya lo hacían con el hecho de privarla de su libertad.

La puerta de su "celda" se abrió, dejando ver al hombre que la vigilaba.

Camino hasta ella y se puso de rodillas para estar a su altura.

Ella lo miró con algo de miedo en sus ojos.

- ¿Tienes hambre?- preguntó fríamente aquel hombre.

Ella negó.

- Joder, realmente eres muy linda- exclamó acariciando su rostro.

Apretó su mandíbula intentando ignorar aquel acto.

- ¿Qué? ¿No te gusta que te toque?- río fuerte- Deberías estar agradecida que te trató bien, es más deberías agradecerme de alguna manera- el hombre miró con lujuria el cuerpo de su prisionera.

Las manos de él llegaron a la cuerda que ataba sus pies y comenzaron a desatarla, cuando sus pies estuvieron libres ella dio un gran suspiro, al fin podía moverlos, aunque estaban débiles debido a las circunstancias.

- Si te portas bien consideraré dejarte en libertad- exclamó con la voz ronca.

El hombre se posicionó sobre su cuerpo, apartó las manos aún atadas colocándolas sobre su cabeza.

- Por favor, por favor no...- murmuró ella con la voz entre cortada.

Él la miró con desprecio.

- Shhhh- cubrió con su otra mano la boca de su víctima.

Los labios del hombre comenzaron a besar el cuello de ella, la barba de él chocaba contra su piel.

Lo único que ella hacia era girar su cabeza para evitar que él la regañara.

Incontrolablemente una lágrima viajó por su mejilla.

Alejó su boca de la mano del hombre.

Y decidida habló.

- Promete que si me porto bien no volverás a amararme, y a cambio yo no diré nada a nadie- exclamó con la voz en un hilo.

Al principio él la miró en desaprobación pero terminó cediendo.

- Lo vas a disfrutar- aseguró el hombre.

Recuérdame  [AV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora