Durante el viaje de camino a casa Alonso se dedicó a pensar qué de interesante podría tener aquel librillo.
Llegó a su casa, saludó a su familia y subió a su habitación.
Una vez dentro se acomodó en su cama y colocó el librillo frente a él, no tenía nada interesante por fuera.
Se dejó guiar por la curiosidad y abrió la primera página.
Hoy es un buen día. Podría desgastar mi tiempo escribiendo lo bien que luce el Sol, el cielo y las nubes pero la realidad no es así de sencilla. En el lugar en el que me encuentro ahora ni siquiera puedo apreciar el cielo. De echo, no puedo apreciar nada. Digamos que este lápiz y este cuadernillo es mi única compañía por el momento.
Alonso suspiró hondo, conocía esa letra, sabía perfectamente bien quién había escrito lo anterior.
Invadido por lo que pudiese leer giró la página.
No estoy segura de cuántos días, e incluso semanas llevo aquí. Hace días que no pruebo algo realmente rico, pero por lo menos me alimentan. No estoy segura, mis manos me duelen mucho, sólo me desatan cuando me traen comida y es cuando aprovecho para escribir aquí. Después vuelven a venir y me atan nuevamente. No tengo un espejo cerca de mí, pero estoy segura que no quisiera verme ahora mismo. Seguro tengo unas ojeras del tamaño del mundo y lo que si puedo ver son las marcas en mis muñecas y pies.
Hoy aprendí algo, nunca, jamás le lleves la contraria a las personas que te tienen contra tu libertad. Si lo haces créeme, después te arrepentirás. Me ahorraré la historia de lo que sucedió porque es una estupidez. Pero dije algo que al señor que viene a verme no le pareció y me golpeó muy fuerte, me llamó de mil formas y técnicamente me arrastró por toda la habitación. Recuerdo que cuando comenzó a golpearme le pedí a gritos que me perdonara, que ya no lo volvería a hacer, pero que por favor parara, nunca me escuchó. Y tampoco nadie acudió en mi auxilio.
No estoy segura por cuanto tiempo me golpeó, pero sé que a partir de ahora me portaré bien y no haré nada que lo haga enojar. Antes de salir de la habitación me dijo que lo que restaba del día no me amarraría, que de todos modos no podría levantarme. Se rió de verme tirada y con las lágrimas derramándose por mis mejillas. Después salió de aquí. Estuve llorando por mucho tiempo, ni siquiera le había dicho nada lo suficientemente grave para que me haya golpeado de esa manera. Me dolía mucho el cuerpo, y el corazón. Cerré mis ojos e imaginé que Alonso entraría por esa puerta, que me abrazaria y besaría cada parte en la que me habían golpeado. Cuando me imaginé sus ojos viéndome como estaba lloré más, que diría él si me viera aquí, probablemente le daría lástima. Pero el imaginarme sus ojos, aquellas pupilas azuladas mirándome, me hacían saber que tenía que levantarme, por él sobreviviría en la misma Apocalipsis, porque ése chico peli rojo lo valía.
Alonso se enterneció al leer esas palabras y una sincera sonrisa se apoderó de su rostro. Seguido de esto apretó su mandíbula, leer lo primero le hizo querer haber estado en ese momento con ella.
Giró la página y continúo.
Por alguna razón hoy el señor se ha portado muy amable conmigo, espero que eso signifique un cambio, algo mejor mientras continúo tras este cuarto. Si alguna vez llegan a preguntarme qué era en lo que me entretenía estando tanto tiempo encerrada, creo que sin duda alguna diría que en lo único en lo que pensaba era en Alonso. No es como que me pueda poner a pensar en volver a ver a mis papás, porque... bueno, ellos ya no están conmigo. Las únicas personas a las que valdría la pena ver es a las de mi trabajo, y sobre ellas destacan dos en especial, Jos y Alonso. El de los ojos azules más que el otro. Cuando me pongo a imaginar su risa, es como si todo volviera a iluminarse, ojalá él no esté mal por culpa mía. Ojalá no se culpe a sí mismo por esto. Las cosas pasan por algo, y si es así como va a terminar mi vida, está bien. Moriría feliz porque conocí lo que es amar de verdad, y porque encontré al mejor hombre que puede existir en este mundo.
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Recuérdame [AV]
FanficTres largos años han pasado desde la última vez que estuve en México, las cosas han cambiado, yo he cambiado; ¿Realmente olvidé a Alonso Villalpando?, es la pregunta que me ha atormentado durante todo éste tiempo, sin embargo aún no logró encontrar...