Capítulo 50: "Mucho más"

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- Entonces comienza ya- exigió el rubio.

Ella bajó la mirada, y entrelazó sus manos nerviosa.

- Llevo viviendo aquí un largo tiempo.

Alonso se notó muy sorprendido.

- ¿Cómo es posible eso?- le cuestionó.

- Cuando te pedí que me dejaras decidí regresar a la Universidad, lo que en un principio era mi plan. Resultó que me enviaron a una escuela para hacer como un curso, y ahí me encontré a Brau. Él y yo nos hicimos muy amigos, a veces lo acompañaba a tu casa, y en una de esas veces me encontré a tu mamá. Conversamos un poco, y le comenté que quería alejarme un poco de la ciudad, ella lo habló con tu familia y ellos accedieron a dejarme vivir aquí. Los primeros días estaba muy asustada, no me gustaba salir y me daba muchísimo miedo salir- la castaña rió nerviosamente.

- No debiste haberlo aceptado. No sé cómo es que has aguantado tanto tiempo aquí.

- Después entendí todo, la vida me había dado la oportunidad de pensar. ¿Y por qué no hacerlo aquí? Donde fui tan feliz y a la vez me quitaron todo lo que quería. Estaba decidida a sanarme. Casi siempre recorro aquel camino, en el que... tú sabes.

El ojiazul asintió.

- Al principio no dejaba de escuchar nuestras voces. Cada lugar me recordaba a ti. Y después derrepente te escuchaba gritándome que me detuviera, y me maldije mil veces por no haberte escuchado. Pero tenía que aceptar que todo lo que me había sucedido era verdad, tenía que tomar valor para poder volver a verte a los ojos. No tardé mucho en darme cuenta de que me hacías falta. Pero tenía que aceptar lo que había dicho, tenía que ahogarme en mis palabras.

Él se dedicó a mirarla, observó sus ojos un tanto húmedos.

- Yo sé que quizás es tonto, y que a ti no te hubiese importado lo que estoy a punto de decirte- la chica suspiró miró a Alonso y volvió a bajar la mirada- Cuando... cuando me secuestraron, los... ellos ah- respiró hondo- Esas personas no fueron buenas conmigo, tuve que hacer cosas para poder sobrevivir, yo... Yo dejé que hicieran conmigo lo que querían, y ellos abusaron sexualmente de mí en varias ocasiones, y no les bastó con hacer sólo eso, cuando estaban enojados me golpeaban.

El rubio se acercó a ella y la abrazó, las lágrimas ha estaban viajando por aquellas rosadas mejillas.

- Lo sé- murmuró el teñido.

Ella se alejó un poco de él.

- ¿Cómo que lo sabes?

Alonso se puso de pie y se acercó a su maleta, abrió uno de los bolsillos y sacó el cuadernillo que le había dado Braulio.

Regresó con ella y se sentó a su lado.

- Me lo dieron, y lo leí.

Le mostró el objeto.

Los ojos de la chica se asombraron.

- Yo sé que ya soy bastante miserable, si lo leíste entonces sabes todo lo que me hicieron y la falta que me hiciste- el asintió- por eso te dije que merecías a alguien más, quién querría estar conmigo después de todo lo que me hicieron- sollozó.

- ¿Por qué no me dijiste que fue por esto que me dejaste? ¿Por qué me mentiste diciéndome que ya no me querías?

- Era lo mejor para ti.

- Tú no tenías idea de lo que era mejor para mí. No tienes idea de lo que sentí cuando me dijiste todas esas cosas tan fríamente.

- Y tú no tienes idea de como me sentía en esos momentos, me sentía sucia, y creí que tu no querrías estar con una persona que había sido violada, aunque fuera yo; estaba confundida.

Recuérdame  [AV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora