2. No

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Al día siguiente, salí ya listo de mi habitación. Fui a la cocina por algo de tomar y Kyler estaba en la barra de desayunar comiendo su cereal. Estaba sin camisa, con sólo unos pantalones de dormir azules. Kyler era más ancho que mí a pesar de que yo era más alto.

Estrechó sus ojos al verme. —¿A dónde vas?

—¿Sabías que tenemos una nueva vecina? —abrí la nevera y me serví algo de jugo de naranja.

—¿Te refieres a Skyler?

Me volví a él rápidamente.

—¿Cómo sabes su nombre? ¿la conoces? —hablé rápidamente.

Elevó una ceja como si estuviera estudiándome. —¿Por qué tanto interés?

—No es interés. Sólo... Curiosidad —tomé algo de mi jugo sentándome a su lado—. Ahora, responde mi pregunta.

—¿Qué pregunta?  

—No te hagas el listo conmigo —espeté y él sonrió.

—Trabaja en la librería de Steven —respondió escogiéndose de hombros.

—¿Qué? —lo miré molesto—.¿Por qué no me lo habías dicho?

—¿Por qué tendría que decírtelo?

—Idiota —murmuré levantándome. Dejé el vaso en el fregadero escuchándolo reírse y eso sólo me molestó más.

—Además, ¿por qué tanto interés en esta chica? —preguntó girándose en su banco.

—No es interés, ya te lo dije —espeté—. Sólo es curiosidad, es decir, es nuestra nueva vecina.

—¿Y?

—Y...creo que no le hemos dado la bienvenida —comprensión llenó la mirada de Kyler.

—Mira, Kyle, sabes que no juzgo lo que haces, porque no quiero perder mi tiempo y es tu vida —crucé los brazos sobre mi pecho mientras lo oía, sabiendo que un sermón se acercaba—. Pero...he visto a esta chica en la librería y sé que no ese tipo de chica a la que estás acostumbrado.

Elevé una ceja. —¿Cuestionas mis encantos?

Rodó sus ojos. —Sabes lo que quiero decir.

—Kyler, hermanito querido —me acerqué a él colocando una mano sobre su hombro—. Te recuedo que no hay chica que se resista a mis encantos. Todas aman a Kyle Miller.

Kyler apartó mi mano lanzándome una mirada molesta.

—Luego no digas que no te lo advertí.

Negando le guiñé. —No te preocupes. Iré a darle la bienvenida a nuestra nueva vecina.

Hice mis pies avanzar yendo a la salida, pero me detuve cuando Kyler me llamó.

—Esa chica te va a patear el trasero.

Reí. —Aún no ha nacido la chica capaz de hacer eso.

Salí y fui directo al departamento de al lado. Tomé aire y pasé una mano por mi cabello antes de llamar a la puerta.

Al estar listo toqué varias veces esperando hasta que la puerta se abrió revelando a la chica que no había salido de mi cabeza desde ayer que la conocí.

Pero nunca esperé encontrarla así. Llevaba una pijama de corazones rosa que le quedaba algo grande y un moño desordenado en lo alto de su cabeza. Estaba sin nada de maquillaje y su mirada sorprendida y algo molesta se centró en mí.

—¿Tú? —el malestar era claro en su voz—. ¿Qué haces aquí?

Bueno, la verdad nunca me imaginé encontrarla así, pero tampoco pensé en qué manera iba a recibirme.

—Hola, soy Kyle Miller, vivo al lado.

—Ajá...—estrechó sus ojos—. ¿Y qué se te ofrece?

—Oh, no, sólo pasaba a darte la bienvenida —metí las manos en mis bolsillos, lanzándole una sonrisa—. Me dijeron que eres nueva en la cuidad y bueno...¿Puedo pasar para que hablemos mejor?

Elevó una ceja. —No.

—¿No? —debí haber escuchado mal.

—No —respondió colocando una mano en su cintura—. Y si no se te ofrece nada, adiós.

Cerró la puerta en mi rostro antes de que tuviera oportunidad de protestar.

Me quedé un rato ahí viendo fijamente la puerta frente a mí.

Acaba de decirme que no, ¿A mí?

Esto debía ser un sueño. A mí nadie, absolutamente nadie, me dice que no.

Algo molesto, regresé al departamento. Kyler no se había movido de su lugar y cuando me miró soltó una gran carcajada.

—Te lo dije.

Me quedé de pie cerca de la sala descansando las manos en mi cintura. —Me dijo que no —susurré.

—¿Qué? —preguntó Kyler tratando de controlar su risa—. No te escucho, Kyle.

—Me dijo que no —hablé más fuerte. Girándome, fui con él—. ¡Me dijo que no, a mí!

Kyler negó divertido. —Yo te lo dije. Esa chica se mira que tiene agallas, y además de que es muy inteligente para caer en tu juego.

Negué. —No lo puedo creer.

—Mira, mejor déjala tranquila y evita problemas.

—¿Problemas? Yo no tengo ningún problema, el problema lo tiene ella al decirme que no a mí.

Kyler rodó sus ojos. —Ya supéralo, Kyle.

—No, ella...ella me mira con una frialdad, como si me odiara.

—Creo que a todos —comentó—. Varios chicos se han acercado a ella en la librería y los ha rechazado a todos.

—No sé qué le pasa a esa chica, pero tiene que salir conmigo.

—Acéptalo, Kyle, ella es mucho para ti.

—Jamás —bufé—. Esa chica saldrá conmigo o me dejo de llamar Kyle Carter Miller.

Falling Into YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora