Falling Into You

18. ¿Bailas conmigo?

Kyle

Estaba sentado en la barra del comedor terminando de cenar. Llevé el último pedazo de lasaña que había preparado a mi boca y dejé el tenedor en el plato.

Todo estaba tranquilo en el departamento a excepción de Kyler tocando en su habitación. Desde llegó por la tarde después de ir a ver a Hayley, se había encerrado en su habitación. Y eso era un indicio de que estaba enojado, así que mejor lo dejaba. Lo bueno es que tocaba muy bien y no me quejaba de escuchar buena música.

Jake apareció por el pasillo en calzoncillos rojos a cuadros, luciendo su torso completamente. Sus pies descalzos se movieron directamente a uno de los estantes sacando el pan tostado. Porque sí, compramos el pan ya tostado.

Jake tomó la jalea de fresa de arriba de la refrigeradora y le colocó al menos unos ocho panes. Al terminar, se sentó a mi lado en la barra y tomó un trago de mi limonada.

—¿Qué se supone que haces, Jake?

—¿Quién es Jake? —pregunta dando una mordida a uno de los panes. Lo veo masticar.

—Tú, idiota.

—¿Tengo un idiota?

—No seas imbécil, Jake.

—Hablo en serio —habla con la boca llena—. ¿Quién es Jake?

—Deja de hacer eso.

—¿Hacer qué?

—Confundirme.

—¿Confundirte con qué?

—¿Sabes qué le pasa a Kyler? —cambié de pregunta, tal vez él sabía. Pasaba más tiempo aquí que yo.

—¿Quién es Kyler?

Le lancé una mirada de muerte y él rió. Tomó su tercer pan y le dio una mordida para luego contestar.

—Creo que está molesto —sus hombros subieron.

—¿Por qué?

—¿Yo qué sé? —se queja riendo—. No lo sé todo, hermano.

Rodé mis ojos con exasperación. El timbre de la entrada suena y Jake salta de su banco caminando rápidamente a la puerta.

—¡Yo abro! —grita como si no fuera obvio. Jake abre la puerta y Chad junto con Blake entran al departamento. Ambos me lanzan una mirada asintiendo en mi dirección.

—Hey, Ky —saludan.

Chad se deja caer en el sillón y toma el control remoto, empezando a hacer zaping. Blake hace lo mismo, pero en vez de tomar el control se acomoda viendo la televisión.

Jake cierra la puerta y vuelve a mi lado en la barra siguiendo con sus panes.

—¿Una cerveza? —ofrezco.

—Joder, sí —espata Blake—. Necesito algo que tomar.

Bajo del taburete y voy la refrigeradora. Saco dos latas de cerveza y voy con los chicos. Les lanzo las cervezas y ellos las toman en el aire con agilidad.

Me desplomo en el sofá viendo la televisión. Los chicos abren sus cervezas y toman un largo trago.

—Y ¿qué hacen por aquí?

—¿Qué? ¿No podemos pasar a verte un rato? —exige Chad—. Ven, Blake, vámonos, Ky no los quiere aquí.

Chad quiso ponerse de pie, pero Blake jaló su camisa, volviendo a sentarlo.

—Deja tu culo ahí, a lo que venimos.

Chad resopla y se acomoda.

—Lo ven —apunto—. Vienen por algo.