7. Tiempo

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Habían pasado más de treinta días desde la última vez que vi a Skyler.

Días en que no había ido a la librería, ni a su departamento. Días que parecían ser eternos.

No la había vuelto a buscar porque había sido muy clara al decir que me quería muy lejos de ella.

Y tal vez tenía razón.

Tal vez lo que necesitaba era alejarme de ella para así poder sacármela de la cabeza. Porque no voy a mentir, desde que la conocí, no había dejado de pensar en ella.

Ella tenía algo que te hacía cuestionar todo. Que te hacía preguntarte porque es así.

Tal vez no podía obligarla a salir conmigo, pero si podía hacer que quisiera.

Pensé en qué podía hacer para que ella decidiera salir conmigo o al menos me diera una oportunidad, pero no sabía nada de ella.

—Oye, cara de perro —Jake entró a la cocina asintiendo en mi dirección.

—Deja de llamarme así —gruñí.

—Está bien —sonrió, acercándose al refrigerador. Lo abrió y sacó una botella con agua—. Hola, rostro de canino.

Rodé mis ojos. —No te lo diré de nuevo —hablé con advertencia.

Se sentó a mi lado en la barra. —No tengo la culpa de la carota que tienes, sólo porque Skyler te rechazó.

Mi mandíbula se apretó. —No me rechazó.

—¿No? —rió—. Entonces ¿qué hizo?

—No estoy de humor para tus chistes, Jake.

Soltó una carcajada. —Y a eso me refiero con tu cara de perro. Andas insoportable.

—Eso no es nuevo —entró diciendo Kyler a la cocina. Fue al refrigerador y se sirvió algo de jugo de naranja.

—Ves —apuntó Jake—. No soy el único que piensa que tienes cara de perro. Acéptalo Kyle, nosotros no tenemos culpa de que mires a Skyler en todos lados que no puedas estar con ningún otra chica.

—Yo no dije eso —se defendió Kyler, sentándose con nosotros—. Lo que quiero decir, es que estos días has andado de un humor de mierda.

—¿Les pregunté? No ¿Verdad? —hablé molesto—. Entonces cállense el pico.

Kyler y Jake compartieron miradas y luego comenzaron a reír.

—Hijos de...

Me levanté antes de terminar eso, tomé una botella con agua y salí del departamento. Al cerrar la puerta, Skyler venía saliendo también de su departamento.

Me quedé quieto en donde estaba y su mirada fue rápidamente a mí. Llevaba ropa deportiva al igual que yo y una botella con agua en la mano. Su cabello estaba recogido en una coleta y ambos estábamos de pie viéndonos el uno al otro después de mucho tiempo.

—Hola —dije, no muy seguro de qué otra cosa decir.

—Hola —respondió con una media sonrisa forzada.

—¿Cómo...cómo estás? —no sé porque sonaba tan inseguro, tal vez era la impresión de verla de nuevo después de tanto tiempo.

—Bien —respondió—. ¿Tú?

—Bien —sonreí—. ¿Vas a correr?

Miró sus pies para luego encontrar mi mirada. —Sí.

—¿Puedo acompañarte? —pasé mi mano por la parte trasera de mi cuello—. Yo también estaba por ir a correr. Así ninguno va sólo.

Falling Into YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora