Falling Into You

13. Tenías que hacerlo ¿no?

Vi a Kyler de pie al final de las escaleras del edificio de biología. Una gorra negra cubría la mayor parte de su rostro, y sus brazos estaban cruzados sobre su pecho haciéndolo ver algo intimidante, su espalda descansaba en la barandilla de metal.

Aunque era mi hermano también le tenía su respeto.

Fui hasta él y me detuve a su lado, cruzando los brazos sobre el pecho, imitando su postura.

—¿Qué haces aquí? —pregunté. Él levantó la mirada de sus zapatos para ver al frente, sus labios en una línea.

—Espero a Hayley.

—¿Hayley? —casi me ahogué con mi propia saliva—. ¿Hayley Mason? ¿La misma Hayley que yo conozco?

—Sí.

—¿Para qué?

—La llevaré a Bool's.

—¿Qué, qué? —chillé—. ¿Llevarás a Hayley a una cita?

—No es una cita.

—¿No? —reí haciendo que él me lanzara una mirada de muerte—. Entonces....¿qué es sino una cita?

—Una manera de disculparme por lo idiota que he sido.

—Vaya.

—Tal vez tú deberías hacer lo mismo.

Me volví a él. —¿Qué quieres decir?

Un grupo de chicas pasaron lanzándonos unas miradas subjetivas a Kyler y a mí. No las culpaba, ambos estábamos en nuestra mejor época.

—Sólo digo que deberías invitar a Skyler.

—No creo que quiera ir —suspiré—. Sabes que no le agrado y que además odia a todo aquello que tiene un par de bolas.

—Pero tú no...

—Te recomiendo que no termines eso —musité—. Además ella lo tomaría como una cita.

Kyler suspiró frustrado. —Se supone que eres Kyle Carter Miller y nadie se resiste a ti.

—Lo soy.

—No es lo que veo en estos momentos. Ahora veo a un chico asustado del rechazo de una chica difícil.

—Lo creas o no, a veces me canso de su rechazo.

—Y por eso te gusta.

—No me gusta.

—Vamos Kyle, ya acéptalo de una vez. Te gusta Skyler.

—No, sabes lo que quiero de ella. No me detendré hasta obtenerlo. Y ¿sabes qué? Iré a buscarla y la llevaré a bool's aunque sea lo último que haga.

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Desde que entré al lugar mi mirada fue rápidamente a Skyler. Ella estaba llenando un tarrón de cristal, con bolsas de azúcar mientras tarareaba una canción.

Hice mi camino hasta ella y descansé los brazos sobre la barra inclinándome a ella. Sky levantó la mirada y elevó una ceja.

—Tú, yo, bool's, ahora —susurré.

—¿Qué? —rió. Una risa genuina llena de diversión y joder. Se sintió como una corriente de energía que llegó hasta mi corazón. 

—Tú, yo, bool's —repetí—. Ahora.

Dejó lo que hacía y se centró en mí. —No sé de que hablas.