Falling Into You

26. Lucha por mí

Había pasado más de dos días desde la última vez que había visto y hablado con Sky.

No la había buscado ni llamado porque quería darle su espacio. Yo, había cruzado los límites, sí, tal vez me había equivocado, pero eso no quiere decir que no me sienta mal.

Quería a Sky y no quería que se formara una idea equivocada de quien era, o de mis intenciones hacia ella.

Así que por eso le había dado su espacio, para que pensara las cosas, y yo pudiera también poder pensar qué hacer.

Mientras tanto, estaba en la oscuridad de mi habitación viendo un maratón de The Walking Dead.

Me sentía más sucio que todos los zombies que salían en la serie.

Sólo esperaba que Sky pudiera perdonarme, sino, no sé qué iba a hacer.

—¿Kyle?

Jake se asoma por la puerta y entra a mi habitación sin pedir permiso. Se deja caer a mi lado en la cama viendo la televisión.

—¿Qué haces? —pregunta.

—Nada, viendo The Walking Dead.

—¿Estás en depresión? —pregunta directamente.

—No.

—¿Depresión post parto?

—¿Qué? —me vuelvo a él.

—Sólo pregunto, nunca se sabe —se encoje de hombros—. ¿Pasa algo? Te veo triste.

—No pasa nada, sólo cosas entre Skyler y yo.

—¿Se pelearon?

—No lo sé, algo así, ni yo sé qué fue lo que pasó. Sea lo que sea no fue algo bueno.

Jake frunce sus labios y se pone de pie, viéndome.

—Ella está en la sala —dice.

—No estoy para tus bromas, Jake.

—No estoy bromeando, Skyler está en la sala, me preguntó por ti y la dejé pasar, quiere verte.

Me levanto de un salto de la cama al ver la seriedad de Jake. Voy por el pasillo hasta la sala de estar, y efectivamente Jake no mentía.

Skyler estaba ahí dándome la espalda mientras ve una foto de mi familia, de hace unos años.

Mi corazón salta en mi pecho al verla y ella se gira a mí al sentir mi presencia.

Sky sonríe tristemente y es ahí donde entiendo todo.

Estaba perdonándome.

Me acerco a ella y la envuelvo en un abrazo mientras me rodea con sus brazos.

Sky comienza a llorar y mi corazón se parte en mi pecho. No quería verla llorar, no a mi chica, no a la chica que tanto quería.

—Lo siento —dice con voz cortada—. Es sólo que todo fue tan rápido y...

—No te disculpes, soy yo el debo disculparme, me equivoqué, lo lamento tanto.

Ella niega alejándose de mi pecho, sus ojos están llenos de lágrimas y sus mejillas rojas.

Levanto mis manos acunando su rostro, mientras limpio sus lágrimas.

—Yo, sé que esto es difícil...sé que es difícil tratar conmigo, pero por favor, no te rindas conmigo, lucha por mí, por nosotros.

—Jamás me rendiré, te lo prometo, ¿me oyes, Sky? Prometo que jamás me rendiré cuando se trate de nosotros.

Ella vuelve a abrazarse a mí y beso su cabello apretándola con fuerza.