Solo... su amiga...

912 61 19
                                    

   El olor de los órganos sobre la mesa, el tick tack fuerte y frecuente del reloj, la misión, fueron unas de las cosas en las que no me molestaba en ese momento. No me lo podía quitar de la mente, era casi imposible. Kaneki, Kaneki, Kaneki, KANEKI, solo se trataba de Kaneki. 

   Voltee a ver los órganos, con la nota arriba, tenía que volver entonces, la misión se me volvio a pasar por la cabeza, 

-Mierda- pensé.

  No podía defraudar a Ryuhikari, era mi familia pero, tal vez esa no es la familia que me corresponde... Sonó el timbre del teléfono móvil. Cuando saqué el teléfono vi de inmediato el nombre: Kai. Deje el contestador, pero insistió. Apague el teléfono. No quería saber nada de Ryuhikari y sus miembros. Agarre el sobre y saque los órganos, eran frescos... no se podía desperdiciar a un humano así. 




   Me llene de valor para volver a Anteiku a pedirle trabajo en la cafetería a el Jefe, que aún su nombre era desconocido para mí. Los 3 días desde el encuentro de Touka y el Jefe habían transcurrido rápido, lo cual fue muy bueno para mí, en esos días de ausencia en las dos bandas ghoul solo me dedique a espiar un poco tanto a Anteiku como Ruyhikari, sabía que yo no era muy buena para esa misiones, incluso Takeshi lo sabía perfectamente, lo cual se me hizo raro y preferí tomar medidas de precaución, quize saber que tramaba de verdad.

   Caminé 1 o 2 kilómetros hasta Anteiku, cuando abrí la puerta el mismo olor embriagador de café se filtró por mi nariz. Kaneki, Touka, una mujer de pelo castaño, y un hombre bastante feo, estaban atendiendo la barra junto el Jefe. Saludé a todos manteniendo la calma. 

   Miré al Jefe, quería que entendiera que quería hablar con él. El paso de la barra a la puerta de para los empleados, la abrió y me miró, dejando claro que íbamos hablar arriba. Asentí. Pasando por un tramo pequeño, con miradas siguiéndome con gran curiosidad, me sentí más nerviosa de lo que debía. Cuando llegamos a una sala pequeña me senté en un sofá y el Jefe delante de mí, en otro sofá, que lo separaba por una mesa baja.

-Quisiera trabajar en Anteiku.- solté sin más.

   Después de una charla con el Jefe me dejó trabajar como mesera en Anteiku, no pedí más, el Jefe llamó a la chica castaña para que me entregara el uniforme. Todo estaba saliendo bien pero tan bien, que no sé por qué estaba saliendo tan magníficamente perfecto. Me cambié rápidamente con el uniforme de Anteiku y fui directamente abajo para empezar el trabajo. Kaneki se sorprendió un poco al verme, pero como siempre me dedicó una sonrisa que me hizo sentir peor por engañarlos. En cambio, Touka estaba furiosa pero, se lo guardó para sus adentros. 

   Cuando los últimos clientes de la tienda abandonaron, Kaneki, Touka y yo limpiamos las mesas.  Hasta que Hinami, una chica pequeña y su madre entraron, no sabía muy bien quienes eran, o cuál era su historia, pero tienen un lazo con Anteiku, lo que pude notar, es que para Hinami, Kaneki es como un hermano. Cuando subieron, de repente la puerta se volvió a abrir de par en par, un hombre de pelo morado con un atuendo muy... coloridamente peculiar, estaba plantado ahí. Sabía que era un Ghoul por su olor.

-Mmm, qué aroma tan bueno...- respiro profundamente- La verdad es que me siento más relajado aquí.

   Cerro la puerta tras de sí pero, ¿quién diablos era ese idiota? ¿de qué manicomio venía? 

-Tsukiyama- gruño Touka.

-Mmm... Cuánto tiempo sin vernos, Kirishima-san.

   Touka volvió a la mesa que estaba limpiando, notablemente enfadada por la presencia de  Tsukiyama.

Maravillosos Psicópatas [Kaneki y Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora