Él es mío

817 54 1
                                    


   Me fui antes de que Tsukiyama me diera más amenazas y aun así, no tenía ganas de escucharlo parlotear. No me interesaba que podría llegar a hacer ese maniático, pero será mejor mantener a Kaneki lejos de él. 

   Cuando llegue a mi casa, la puerta estaba entreabierta, dude que era Tsukiyama, pero quién más podría saber donde queda mi casa... Entre despacio, algo insegura, hasta que me asome y vi el pelo largo y negro como la noche de Takeshi. Este estaba volteado viendo por la puerta de cristal que te llevaba a la parte trasera.

-Me has asustado...- dije aliviada.

-¿Donde estabas?- pregunto Takeshi enojado.

-Haciendo mi misión, hasta hoy me aceptaron en Anteiku...

-¿Tienes información?

-No- mentí. La verdad es que tenía información útil, pero no se las quería dar.

   Takeshi se me acercó estábamos a un paso de distancia. 

-No sé cómo te pudrieron creer los de Anteiku, eres pésima para mentir...

   Mierda.

-No estoy mintiendo. Es difícil tener información...

   Takeshi me fulmino con la mirada, antes de que sus ojos se volvieran rojos, y luego, sacar su Kagune y atravesarme con este. 

   Dejé escapar un grito ahogado. Sentía un dolor agudo y punzante en el estómago. Mierda, dolía y mucho. Me des-atravesó con su Kagune, este me tiró al suelo, mientras que yo estaba agarrando mi estómago perforado. 

-¿Tienes información?

-No- volví a mentir. Fue entonces cuando me volvió me volvió a alzar, atravesando de nuevo mi estómago.

-¿Tienes información?- repitió con tranquilidad.

-...sí...

   Me volvió a des-atravesar su Kagune. Estaba agonizando en el piso, el dolor era insoportable, no podía más.

-Trabajan en una cafetería llamada como la Banda Ghoul, el chico se llama Kaneki, son pocos, no corremos ningún peligro de Anteiku.- solté, pero yo sabía que no era así, tenía miembros bastante peligrosos, bueno, al menos lo eran, hace mucho tiempo.- Pero, ¿cómo diablos sabes donde vivo? 

-Si eres amigo de Kai, chismes es lo que tendrás.

   Hijo de puta...

-Bien- dijo Takeshi antes de irse y dejarme ahí, agonizando en el piso.

   Me arrastre hacia la cocina y abrí el refrigerador, por suerte había demasiada carne para poder regenerarme para mañana. Saque algo de refrigerador, no sabía que, no me pase mucho tiempo en escoger si comerme un brazo o una pantorrilla.  Agarre un muslo envuelto, rompí la envoltura que cubría la carne, y me la comí sin saborear. 




   Estaba tirada en el piso, a lado del refrigerador, cubierta de sangre mía tanto de un extraño, me toque el estómago pero ya no tenía nada. 

   Suspire aliviada.

   Me di una ducha caliente para eliminar toda la sangre que me cubría por todo el cuerpo, pensando, si tenía que seguir confiando en Takeshi. Cuando termine, me envolví en mi toalla, me dirigí a mi cuarto y me puse ropa casual, lo bueno es que hoy no tenía que trabajar, era Domingo.  

Maravillosos Psicópatas [Kaneki y Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora