Secretos y mentiras

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   No me he enterado de lo que ha pasado últimamente en Anteiku, después de lo que paso con Kaneki no he ido a trabajar. Lo único que sé es que han pasado cosas muy delicadas, no he sabido qué clase de cosas, pero tarde o temprano me enteraré, quise ir a Anteiku a trabajar un turno en la tarde. Busqué mi uniforme, pero de inmediato me acordé que lo había dejado en Anteiku.

   Ya preparada para ir a Anteiku, salí por la puerta de mi casa, con la valentía hecha un ovillo.

   Los pocos rayos del sol que quedaban en el cielo brillaban por todas la calles del distrito 20, algunos se posaban en mi rostro, danzando por mis pómulos, sintiendo el calor que me transmitían.

   Ya había llegado a Anteiku, cuando el mismo olor embriagador del café salió por la puerta al abrirla, como todos los días...



   Mi turno ya había terminado, hora de volver a casa. Los rumores de los que me había perdido los últimos días flotaron por todo el aire con olor a café por la cafetería.

   Justo cuando me estaba a punto de ir Roma, una empleada dulce de lugar se me acercó.

-_____, ¿Te puedo pedir un favor?- Dijo Roma.

-Adelante.

   Me plantó una bolsa de basura, cuando la puso enfrente de mí, un tintineo salió de este.

-Es una bolsa de platos rotos... Tengo trabajo que hacer y me preguntaba si tú podrías ir a tirarla...

-Oh Roma... Tienes que dejar de romper platos...- agarre la bolsa de mala gana y salí por la puerta trasera, donde llevaba al contenedor de basura.

   Roma es muy linda y toda la cosa... pero ya sé porque Nishiki no la paraba de regañar... Es una lata.

   Cuando llegue al contenedor Kaneki estaba con Touka, pero esta estaba de espaldas a Kaneki, abrazando sus rodillas, aún así no pude evitar ver que Touka sangraba por uno de sus brazos.

   Kaneki suspiro algo aliviado.

-¿Por qué estás sola?- preguntó Kaneki.

"¿Por qué siempre estoy en el lugar equivocado en el momento menos indicado?"- me pregunté.

-Esta bien si un asesino me mate, pero...- Se abrazó con más fuerzas las rodillas- Cuando matan a un ghoul como Ryoko, o Hinami, empiezan a matar sin provocación. No puedo soportarlo- La cólera en su voz era casi irreconocible. Las palomas la han destruido.

   Kaneki se sorprendió al igual que yo, por cada una de las palabras que brotaron de la boca de Touka.

-No puedo matar a nadie, no creo que la presencia de los investigadores está mal tampoco, tampoco creo que tienes razón pero, cuando vi los últimos momentos de Ryoko, tuve un pensamiento poderoso. Si un ser humano o un demonio muere, si hubiera sido alguien que conociera, si fueras a morir, Touka, me rompería el corazón.- Touka alzó la cabeza de sus rodillas.

   Cuando escuche esas últimas palabras sentí como la cólera recorría todo mi cuerpo, mis venas, mi todo.

   Me obligue a pensar que solo intentaba hacer sentir mejor a Touka. Así que me trage mi ira.

-¿Es un hecho?

-Quiero que me dejes ayudarte, no mataré a ningún investigador, pero he tenido suficiente de no hacer nada.- las palabras de Kaneki eran muy firmes, lo decía en serio.

   La bolsa de platos rotos se me resbalaba poco a poco de las manos, en menos de un segundo la bolsa estaba cayendo, apunto de tocar el piso, pero yo fui más rápida y agarre la bolsa. Pero la bolsa con los cristales tintinearon al agarrarlos.

Maravillosos Psicópatas [Kaneki y Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora