Maravillosos Psicópatas [Kaneki y Tu]

Finale

Rojo, todo lo que veía era el color rojo, las capas rojas, el espeso líquido rojo que bañaba el suelo, paredes y parte de las capas rojas con el signo del árbol Aogiri detrás de estas, y que pronto tendría que derramar por salvarlo.

El frío que azotaba estaba anunciando la medianoche. Todos habíamos llegado, incluso Uta se ofreció a ayudar. Y por idea de Hinami dijo que podríamos hacer equipos para apoyarnos si necesitábamos ayuda con los investigadores o ghouls enemigos.

Yoshimura nombró al primer equipo, el cual era Yomo, Uta y Tsukiyama. Y el segundo equipo se trataba de Touka, Nishiki y... yo.

-¡Yo no quiero estar junto a este idiota!- Touka y yo protestamos al mismo tiempo cuando escuchamos el nombre de Nishiki en nuestro equipo.

-Maltitas...

Pero a los pocos minutos nos separamos, dejándonos en nuestra cuenta.

Había corrido bastante en busca de Kaneki, sin momento ninguna distracción, lo único que me llamaba la atención eran los gritos de dolor de todas las personas y ghouls que habían resultado heridos ante la lucha. Un sonido metálico se escuchó detrás de mí, cortando el poco silencio a mi alrededor, justo cuando voltee el investigador ya corría hacia mí con su quinque en mano, amenazandome con la mirada, corrí hacia él, mientras mi kagune sacaba tajos al aire intentando buscar su cuerpo, pero el investigador se movía con agilidad, esquivando todos los golpes. Se movía con rapidez, lo cual era muy difícil, pero después de unos segundos conseguí atravesarle el estómago por completo, el cuerpo ahogo un grito antes de caer el suelo completamente muerto. Lo miré durante un segundo, antes de rebuscar en sus bolsillos y encontrar su cartera, la abrí y vi su identificación.

-Ryu Izumi- leí en voz alta- lo siento...- dije mientras miraba el cuerpo ya sin ninguna esperanza de vida. Parecía un buen hombre.

Mientras pasaba mi dedo por una abertura, metí el dedo y note un pedazo de papel, cuando lo saque no pude evitar sacar una lágrima involuntaria. Se veía el investigador con una niña pequeña en sus hombros y un niño un poco más grande al lado de él, mientras que en su otro lado lo acompañaba una mujer. El hombre tenía una familia.

Escuche otros ruidos cerca, y ya no tenía tiempo que perder, así que deje la foto y al cartera en la mano sin calor del hombre y corrí, con el corazón roto en mil pedazos. Mientras corría no pude evitar ver una cúpula, parecida a un domo de cristal, reformada con vigas de hierro. Era tentador ir hacía allí, además que ya había recorrido todos los rincones de diferentes edificios por la zona. Mi única esperanza era esa cúpula.

Había llegado hasta una puerta doble negra de metal, cuando abrí la puerta no vi más que una luz roja tunue que iluminaba el pasillo largo con más puertas de metal, me asomé por una, y no pude evitar ahogar un grito. Eran celdas y llenas de sangre en el piso, empeze a ver todas las celdas, pero no había rastro de Kaneki. Suspire, solo quedaba una puerta doble, la que daba al centro de la cúpula, pero antes de haber abierto la puerta doble de metal sentí como mi piel se iba abriendo y como el dolor se apoderaba de todo mi cuerpo con un ardor infernal.

-¿Qué haces aquí, entrometida?- dijo una voz grave divertida.

-Tú...

-¿No te cansas de jugarte la vida?- dijo Oomori estrujandome el cuello, y alzando al aire.

-No- intente decir firmemente, pero me atragante con la sangre que subía por mi garganta.

-Te dejaré para alrato, tengo asuntos pendientes con tu "novio".- dijo Oomori abriendo la puerta de una celda al azar y me aventó contra la pared, cerrando la puerta de la celda.