Reencuentro perfecto

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-Kaneki...- murmuré.

Era la primera vez en 2 meses que veía a Kaneki, quise ir y abrazarlo, decirle lo mucho que lo extrañe, pero el solo se quedo ahí, recargado en la puerta de su habitación, esperando una explicación de porque estábamos en su casa o porque Hide estaba inconsciente en su recamara.

-Lo lamentamos...- susurramos Touka y yo al unísono, apenadas por lo sucedido.

-En mi defensa fue Touka quien--

-¡Calla!- Touka me había dado una patada en la pierna para no continuar la frase.

Pero Kaneki en vez de discutir se quedó callado. Joder, cómo ha cambiado.

-Hide despertara de cualquier momento- nos recordó Kaneki.

-Supongo que me iré, si Hide me ve aquí, sospechara, y también tú Kaneki- repuso Touka.

-Cuando despierte yo me las arreglare- dije.

-Touka, ve a casa- Kaneki ordenó, Touka quería protestar, pero se calló, paso a lado de Kaneki, decepcionada, al igual que yo.

Pero cuando Touka cerró la casa de la puerta Kaneki se limitó a seguir hablandome.

-_____, tú no irás a casa.

-¿¡Qué?!- pregunté algo asombrada.

Antes de que Kaneki pudiera decir lo siguiente que iba a decir, unos gemidos de dolor salieron de la boca de Hide, en ese momento Kaneki salió disparado de la sala, tan silencioso y ágil como un gato.

-¿_____?

-Hola, Hide, ¿te encuentras bien?

-¿Qué pasó?

-Te desmayaste y te pegaste en la cabeza con una lámpara, la hiciste añicos...

-¿En serio?

-Sí...- justo salí de la la habitación y tiré la primera lámpara que vi.

Hide se había levantado y se quedó a lado mío.

-¿Estuve inconsciente 5 horas?- dijo mirando el reloj en la pared.

-Qué te puedo decir...

-Es raro- se quedó pensando un rato hasta que se limitó a hablar de nuevo- Bueno... deberíamos irnos, aquí no encontramos nada. -sugirió.

-S-sí, ya es muy tarde.

-¿Te acompaño a casa?

-Eh... N-No, a-así esta b-bien - balbucee, ni siquiera sabía el porqué.

-No seas aguafiestas- sonrió, su sonrisa era muy sincera.

-Esta bien...-no pude resistirme.

-No te arrepentiras- y me guiño un ojo.








Hide me habló de las costumbres y la mala fama que tenía Kaneki, como tocarse la barbilla cuando mentía o que le veía los pechos a las chicas de su universidad cuando estaba nervioso. Todos más graciosos que el anterior, Kaneki guardaba muchos secretos como ahora, eso es algo que todavía no ha cambiado de él.

Y Hide me llevó a casa como prometió, he hice jurar a Hide que iría directo a su casa, ya que podría ser peligroso que se quedara afuera.

Tenía que ir a casa de Kaneki de nuevo, sólo que lo ignoré y me tumbé en el sofá, estaba cansada, además, ¿qué pasaría si no fuera a la casa de Kaneki? ¿me miraría los pechos? Pero antes de cerrar los ojos el timbre sonó.

Maravillosos Psicópatas [Kaneki y Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora