Takeshi había abandonado la sala hace unos minutos, los suficientes para contar todas esas mentiras y secretos que le he ocultado a Kaneki. Pero no lo hice, nos quedamos callados todo ese tiempo.
-¿De qué estaba hablando, _____?- Kaneki había tomado la iniciativa.
Guarde silencio. Si habría la boca un centímetro me iba a romper a llorar. Apreté mis labios en una línea fina, como un alambre.
-Yo...- balbucee- Tengo un pasado el cual tengo que olvidar...- me encogí de hombros mientras me frotaba nerviosamente un brazo.
-_____...- su voz llena de preocupación hizo que me recorriera un escalofrío por la espalda.
-Trabajaba en Ryuhikari, me dieron la misión de investigar más sobre ti y Anteiku...- escupí de una vez. Ya no podía guardar el secreto por más tiempo.
-¿Todo fue una mentira?- dijo Kaneki
-No...
-¿Estuviste espiandonos todo este tiempo, para saber exactamente cuando matarnos?
-Kaneki... no...
-¿Debería contar contigo? ¿debería estar contigo en este momento?
-... no...- la primera lágrima que se había formado en mi ojo, se deslizó por mi mejilla.- vete... no deberías estar conmigo. Solo, lárgate... no querrás estar mucho tiempo aquí.
Kaneki no se movió de donde estaba, pensando si debería irse o no.
-No, no me iré.- dijo Kaneki firmemente, seguro de la decisión que estaba tomando.
Más lágrimas se juntaron, haciendo borrosa mi visión. Corrí de la cocina a la sala de estar, de la sala de estar subía las escaleras como si mis pies fueran unos ladrillos, con pasos pesados y ruidosos. Pase por puertas de madera que dentro de éstas había otras habitaciones. Hasta que llegue al final del pasillo, dónde mi habitación se encontraba. Entre como un rayo y cerré la puerta de un portazo, poniendo el seguro. Después de unos segundos Kaneki golpeaba la puerta del otro lado. Gritando mi nombre.
-¡Lárgate!- grité, con lágrimas ardiendo, cayendo descontroladamente por mis mejillas.
Pero era inútil, Kaneki seguía golpeando la puerta e intentando entrar, girando de un lado al otro la perilla. Una vez que Kaneki paro, me apoyé contra la puerta y me dejé caer al suelo, abrazando mis rodillas.
Un suave golpeteo se escuchó del otro del otro lado un segundo al otro.
-Abre la puerta, por favor.- dijo dulcemente suave, haciendo que me recorriera un escalofrío placentero por mi espalda.
Guarde silencio. Me obligué a levantarme, quite el seguro lentamente sin hacer ningún, luego recorrí parte de la habitación hasta mi cama, para luego tumbarme en la cama y acomodarme, poniéndome de espaldas de la puerta.
Kaneki volvió a intentar abrir la puerta, esta vez se escucho un ligero clic cuando esté entro completamente por la habitación.
Escuché como Kaneki recorría mi habitación hasta mi cama, sentí como se acosto junto a mi, sentí como sus brazos se deslizaban por mi cintura, abrazándome. Sentí como Kaneki se pegaba a junto a mí. Sentía su abdomen contra mi espalda, sus rodillas encajaban perfectamente en mis piernas . Sentí su respiración en mi nuca.
Mi pulso se aceleró, era lo más cerca que hemos estado mutuamente, me gustaba, demasiado.
-Soy una idiota... Mi pasado, mis mentiras, mis secretos, han destruido lo que siempre quise tener, lo que nunca tuve... una familia, alguien a quien amar.
-¿Una... familia?- Kaneki estaba algo confundido respecto con lo que dije.
-Mis padres murieron cuando yo tenía 13, ahora tengo 17. Aunque murieron hace unos pocos años, casi nunca los veía, siempre estaban fuera, haciendo una misión. Joder... como los extraño...
Kaneki no hablo, dejándome continuar esa horrible historia de mi pasado.
-El día en el que murieron el cabrón que los mató no apareció, si hubiera sido un investigador los idiotas se los hubieran llevado para hacer quinques con ellos- las palabras salieron con repugnancia de mi boca-, pero no fue así, los dejaron en un callejón, agonizando, detrás de un maldito contenedor de basura. Cuando me había acercado ellos dijeron sus últimas palabras, las recuerdo como si hubieran muerto ayer- lágrimas calientes amenazaban con salir de mis ojos, clave el rostro en la almohada para que Kaneki no me viera llorar- ellos dijeron que me amaban, que nunca me dejarían de amar, pasara lo que pasara. Me hicieron prometer que me quedaría en Ryuhikari, "mi nueva familia", ellos pensaban que estaría feliz con esa familia de mierda... pero ellos no eran la familia que me correspondía al fin, y al cabo.
Kaneki solo se aparto de mí, levantandose, rodeando la cama, este se puso enfrente de mí y se acostó, esta vez con un poco más de distancia entre nosotros.
Kaneki y yo solo nos miramos por un largo rato, viéndonos como si nuestros ojos guardaran el mayor secreto que guardaban nuestras almas.
Kaneki me acerco a él y me dio un suave beso en la frente, tan suave como un roce.
-Gracias...- dije, mientras cerraba los ojos y me escondía bajo los brazos sobreprotectores de Kaneki.
Este apoyo su barbilla en mi cabeza, era un gesto sobreprotector que me volvía loca.
Después de un largo rato, él y yo permanecimos unidos en silencio, hasta que nos quedamos dormidos, hasta que salió el sol.
¡Ya era hora, Señores! Ya era hora de ponerlos calenturientos... :')
Y, perdón si tarde en el capítulo, es solo que ya empecé exámenes bimestrales, anteriormente estaba con parciales y muchos trabajos y presentaciones. ¬¬
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Maravillosos Psicópatas [Kaneki y Tu]
Fanfic-Te odio- murmuré enfadada, mirando a otro lado, esperando a no encontrarme con sus ojos grises. Arqueo las cejas mientras se cruzaba de brazos. -¿Me odias?- preguntó indiferente. -... no... Los personajes y parte del trama son especialmente del...