Humo

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   Mientras veía cómo se colocaban las palomas, me acercaba poco a poco, viendo de donde podría arruinar su plan, algunas palomas estaban sellando las entradas, colocando explosivos especiales para que cuando entrara Aogiri los volarán en mil pedazos. No supe qué hacer de inmediatamente, tenía que llamar su atención eso era seguro, pero ¿cómo se supone que haré eso?

   Tras sólo observar que entradas sellaban y cuáles no (aunque solo era la entrada subterránea la que no sellaron, una entrada desconocida para los agentes y algunos ghouls, hecha por ghouls). Llegue a la suposición que Aogiri no se tomaría la molestia de ir bajo tierra sólo para liberar algunos ghouls o lo que quiera que vayan a hacer. Se me ocurrió entrar y quitar los explosivos, sólo me detuvo el detalle que había palomas dentro vigilando, diantres...

-Lo que tengo que hacer por ese imbécil- musité entre dientes, mientras me escondía en un pilar de hierro forrado de yeso, alejado de las palomas, pero aún así podía verlos y escucharlos. Y mi plan saldría a la perfección, no llamaría la atención a otros pelotones ya que todas las entradas y los grupos de palomas estaban separadas por muchos metros y no me escucharán. 

   Y mientras en el pelotón principal, todos estaban parloteando de sus esposas y lo afortunados que eran por tenerlas, me dió algo de pena pero tendré que hacerlo, matarlos, si es que es necesario, o no. 

   Salí sigilosamente del escondite del pilar impulsandome con mi kagune pilar por pilar para no llamar la atención de los investigadores y tuvieran tiempo de armarse y matarme. Estaba a 3 metros, en el pilar más cercano de ellos, me impulse en el piso y salí disparada 4 metros de la tierra, aterrizando a pocos centímetros de su mini base con cervezas terminadas y tiradas en el piso junto sus armas. Los imbéciles no tenían arma en puño.

-Creí que no se podía tomar alcohol justo cuando iban a hacer una misión- dije caminando con pequeños pasos intimidantes a ellos, arrastrando con ayuda de mi kagune sus armas en el piso y explosivos todavía sin estar en la fase de detonación y con ello, sus municiones. 

   Los investigadores sorprendidos vieron todos los movimientos de mi kagune con los que arrastraba las armas y tras sus ojos era posible ver la preocupación de ellos, pensando en sus heridas futuras o en algo peor. 

-La radio, denmela.- ordené, pero no se movieron, solo retrocedian conforme iba avanzando.- No tengo tiempo y si no me la dan no se extrañen que sus cuerpos cuelguen de una soga en el centro de este lugar- me dí cuenta que estaba siendo muy ruda, así que me calme un poco- no quiero herir a nadie, de verdad...

   Y cuando dije la última frase, el investigador más valiente (pero el más imbécil al parecer) sacó la radio de su bolsillo e intentó pedir ayuda, pero al apretar el botón yo ya lo estaba decapitando de un tajo. 

-Gracias, por la radio... y mi cena- de dije eso ultimo a los otros investigadores para asustarlos, y como imaginé, los "investigadores" están temblando. Pero no los iba dejar ahí para que luego pidieran ayuda y mi plan se estropeara, así que a unos los herí para que no pudieran levantarse (por no traer sogas suficientes) y correr, a otros los até con sogas y a todos les cubrí la boca con muchos pedazos de cinta. Creo que funcionara. Pero a uno es especifico, que es el líder del pelotón no le cubrí la boca, rebusque en su cartera sabía que tenía que haber una foto en especifico y busqué una foto de su familia entre las entradas de las tarjetas. Era hora de sacar la mousse herramienta misteriosa.

   Y le enseñe la foto, moviendola de un lado al otro, mientras tenía mi kagune a punto de asfixiarlo.

-Tendrás que decir lo que yo te diré a los otros pelotones y si no lo haces o dices algo que no, en la primera palabra que grites o susurres me tomaré la molestia de matarte a ti y a tu familia.- Le repetí lo que tenía que decir con cuidado y luego prendí la radio y la puse en línea.

   Hice un ademán para que empezara a hablar. 

-Todos los investigadores dentro del edificio, vayan a la puerta 45, al parecer ahí es donde los ghouls de Aogiri irán, ellos ya están en marcha y sólo se están dirigiendo en esa puerta.- Su voz salió con fuerza, a pesar de que le estaba asfixiando. Y corte la señal.

-Buen chico- Y sonreí burlona.

-¿Qué tienes ahí?

-¿Eh?- dije mientras buscaba el inicio en donde se había quedado la cinta perdida por el color transparente de ésta. Odio cuando pasa eso.

-¿Qué les harás ahí?

-Una pequeña bomba de humo de gas tóxico explotará cuando presione un botón en un control, es bastante sencillo, se quedarán inconscientes por una semana o dos, el humo se esparcirá rápido pero tranquilo no nos llegará a nosotros o cuando lleguen los de Aogiri. 

-No eres a Aogiri ¿Cierto?

   Lo miré un momento y luego sonreí. No eches a perder el plan _____.

-Hago que todo salga bien en ese grupo desastroso, yo les salvó el trasero siempre en la misiones- mentí.- Soy el cerebro de la operación-

-No te saldrás con la tuya maldita...

-Agradece que no es gas mostaza...- le corte en el final de su oración.

-Perra.- ladró, terminando de decir todo.

-¿Recuerdas esto?- Agarré la foto que estaba en el piso de su familia, y en forma de burla le restregue la foto de su familia, justo enfrente de sus ojos.

   Cerró la boca en ese momento y así pude poner los pedazos de cinta.

   Me gustaba como estaba actuando, poderosa, segura, sin miedo de esos estúpidos, pero nunca me gustó matar gente, mis padres me enseñaron tantas cosas impresionantes y glamurosas sobre la humanidad, casi siempre comía a gente que estaba al borde de morir, como el suicidio, pero cuando moría de hambre o era algo importante los mataba yo misma, la otra vez cuando Kaneki mató a esa paloma para salvarme me dejó un mal gusto. Pero últimamente después de que Kaneki me dejara por completo, me dedico a practicar mis golpes y mis reflejos después de trabajar en un "Ghoul death" peleas callejeras en los cuales tenía que matar al oponente sin piedad, sea cual sea el caso. Me estaba convirtiendo en una psicópata cuando se trataba de matar, no podía evitarlo, algo de mi había cambiado. Tal vez el hecho de ya no estoy tan segura y protegida como antes.

   Y tras cerrarle la boca a la paloma y asegurarme de que todos ya estaban en la puerta específica, saqué el control de mi bolsillo que activaba del gas y lo activé. Y muchos investigadores no tardaron mucho en caer. 



   Les traigo otro capitulo nuevo, ahora si viene (como dirían mis amigos los españoles) el salseo. Salseo puro, el salseo de los salseos oc ya paro con el salseo salseante. 

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Maravillosos Psicópatas [Kaneki y Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora