No es como antes

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Pasaron 5 meses, demasiados días, desde que Kaneki decidió irse a Aogiri, no hemos sabido nada de Kaneki. No se ha murmurado nada entre los empleados, ya que no queremos darle ninguna importancia, tanto, que hemos arreglado la cafetería antes destruída y todo ha vuelto a la normalidad, Touka y Nishiki pelean todos los días como de costumbre, Roma rompe la loza y Nishiki la regaña, y claro, yo soy la que limpia e Irimi o Enji les detienen. Y como siempre, tengo que mostrar mi mejor sonrisa aunque esté destrozada por dentro. Y probablemente ya nadie quiera ir a por él, pero yo no iba a dejarlo así, necesitaba a Kaneki.

Mientras mi cabeza pensaba en cómo recuperarlo, la campanilla de la puerta me distrajo, mientras por la puerta salió el mejor amigo de Kaneki, Hideyoshi Nagachika. Probablemente mi unica esperanza...

-Hola Hide, ¿en que puedo ayudarte?- él y yo ya nos conocíamos, le había visto y atendido muchas veces.

-Hola _____, ¿por casualidad no se encuentra Kaneki?

Mi ultima esperanza a caído.

Trague saliva.-No, ha faltado a trabajar últimamente... espero que este bien- dije con un nudo en la garganta y si, esperaba que estuviera bien, dondequiera que esté.

-Igual yo...- dijo Hide mirando nuestros pies, algo desconsolado.

-¿Te sirvo lo de siempre?- le intente animar, distrayendolo de sus pensamientos.

-Sí, sería grandioso- forzo una sonrisa y tomo asiento en una mesa libre.

-Un café normal y un pastel de fresa- le dije a Enji que estaba detrás de la barra, secando tazas de café.

-Inmediato- contestó, dándose la vuelta, haciendo una taza de café, mientras de la nevera sacaba una rebanada de pastel. Me los entregó y me dirigí a la mesa de Hide.

Justo cuando deje el pastel y el café, Hide se limitó a preguntar más sobre Kaneki.

-Y... ¿no sabes dónde está, o podría estar?

Negué con la cabeza- La verdad me gustaría...- le contesté algo deprimida a Hide.

-El te gustaba, ¿cierto?- Hide sonrió levemente, viendo la taza de café.

Dudé antes de asentir con la cabeza. Estaba a punto de darme vuelta antes de que se me prendiera el foco.

-Hide... de casualidad, ¿no sabes donde vive Kaneki?

-¿No has ido a su casa?- peguntó Hide algo sorprendido.

-La verdad es que me gustaría ir a ver si esta bien.

-Es buena idea- dijo tocando su barbilla, pensativo.

Mi mirada se ilumino, todo estaba funcionando como debía, sólo tenía que darme su dirección y ¡listo!

-Pasaré por ti si gustas, para ir juntos a su casa e investigar.

Aguarda... ¡él irá a la casa de Kaneki conmigo! ¿Podría haber algo peor? Mi plan se arruinará.

-De acuerdo...- dije falsamente entusiasmada- ¿Quedamos mañana afuera de la cafetería?

-Sería genial- afirmó Hide.








Había llegado a casa después de un día duro en el trabajo, tan solo llegar me acosté en el sofá, pensando en Kaneki, recordando el día en el que lo perdí, fue la primera vez que recordé sin haber llorado, el tiempo a hecho el dolor soportable.

-Todo después de un tiempo deja de doler o deja de importar- me dije a mí misma, antes de dormir y despertar el día siguiente, con dolor en el cuello por haber dormido en una mala posición.

Maravillosos Psicópatas [Kaneki y Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora