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—No quisiera estar en tus pies. —Carla me dijo con sinceridad.

—Me da tanto miedo...

Daniel me abrazó. —Bueno, Aaron te puede proteger.

—Tan sólo ten cuidado. —Carla acarició mi cabello. —¿No vendrá por ti?

Negué. —Dijo que me verá en dos horas.

Daniel sonrió. —Nos vemos, Scar. —Tomó la mano de Carla. —Nosotros nos vamos, pero no olvides que estaremos aquí, cuando lo necesites.

Asentí y los acompañé hasta el auto de su padre.

—Scar, ¿Cómo has estado?

—Muy bien, señor, ¿y ustedes?

Sonrió. —Muy bien, pronto tendremos una comida, espero que vengas.

—Con gusto. —Le Sonreí

Caminé hacia el departamento, en cuanto las puertas del elevador se abrieron, pude identificar el olor a comida. Caminé hacia la puerta y en cuanto la abrí, me enamoré por completo.

—¿Qué es todo esto? —Puse mi bolso en el perchero y me quité mi suéter.

—¿Te gusta? —Aaron me dijo señalando el plato de comida.

—Huele muy bien.

—La hice especialmente para ti. —Se acercó y me besó. —Vamos a cenar.

Miré las velas rojas, con olor suave y cálido, también las rosas que había puesto en medio de la mesa, y claro, el rico platillo que había preparado.

—Creí que estarías en la calle o algo así.

Negó. —Prefiero hacer este tipo de cosas.

Lo miré. —No conocía este lado tan romántico de ti.

Elevó una ceja. —Ni yo, pero, es porque de verdad me haces sentir de una manera diferente.

—Es perfecto, gracias.

Me guiñó el ojo. —Comamos.

—¡Wow! Sabe delicioso.

Sonrió con satisfacción. —¿De verdad?

Asentí y prácticamente hice una sonrisa de placer. —No había probado algo tan delicioso.

—Me da gusto, es especial para ti.

Sonreí y seguimos comiendo.

Nos sentamos en el sofá y pusimos una película, pero no pude resistir y quedé completamente dormida.

••••••••••

Me levanté de golpe, sentía como si hubiera soñado, ya estaba en la cama, con la ropa del día anterior. Comencé a buscar por toda la habitación, Aaron entró a los pocos segundos con una charola entre sus manos.

—Aquí esta el desayuno. —Me sonrió.

—Ya estas listo para el colegio. —Sonreí.

Asintió. —Aún es muy temprano, sólo fue para poder hacer el desayuno.

—Creí que había soñado.

Negó. —Espero que no lo estemos soñando.

Me había preparado un jugo de naranja, fruta, café y hot-cakes.

—¿Así es como desayunas?

Asintió.

—Yo sólo desayuno fruta. —Reí.

I Hate You But I Love You Donde viven las historias. Descúbrelo ahora