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En mi vida, han pasado miles de cosas, y creía que todo era un infierno, las personas llegaban y se iban... Pero la vida no termina ahí, tienes que superar a todos esos obstáculos, porque ellos te llevan al éxito.

5 años después.

Intraquilamente, bufé. —Aquí, falta algo... —Me dije a mi misma.

—Linda, ¿Puedo pasar?

Sonreí y me senté en la cama. —Claro, omi, te he dicho muchas veces que puedes pasar.

Ella sonrió y abrió lentamente la puerta, entró con una charola.

—Te traje un té y unos hot-cakes. —Lo dejó en la cama.

—Me hacía mucha falta.

—No sigas con tu estrés, toma tu té.

—¿Estás lista para mañana? —Le pregunté.

Negó. —Deberías de ir tu sola.

Reí. —Vamos, omi, sin ti, voy a enloquecer.

—Pero irán tus amigos.

—Lo se, pero esto lo hago porque necesitan vacaciones, estarán en su mundo. —Bajé la mirada. —Si tu vas, mi éxito será aún mayor.

Ella se acercó aún más y me abrazo. —Gracias, mi niña. Ahora toma tu té y relajate, que en pocas horas nos iremos al aeropuerto.

—Y tu, ve a terminar tu maleta.

Asintió satisfactoriamente y salió de mi habitación. Acomodé mis cosas, me relajé y por fin, me acosté a dormir un par de horas.

••••••••••

—Scar, no se como pagarte esto. —Carla me abrazó.

—Me tienen que pagar disfrutando el viaje.

Daniel me miró. —Scar, tendrás éxito.

Elevé mis hombros. —Siempre lo tengo.

Él rio. —Claro, claro.

—Señora Jane, gracias por dejar que Scar hiciera esto.

—No me den las gracias, ella lo hizo.

—Vamos, no sigan, mejor vámonos.

Bajamos por el ascensor, ya que Daniel y Carla nos ayudaron a bajar las maletas.

—Que tengan un excelente viaje. —La señora Martha nos dijo.

Le Sonreí. —Muchas gracias. —La abracé. —Nos vemos en dos semanas.

Omi se despidió de la señora Martha, subimos a los taxis y nos fuimos directo al aeropuerto. Ahí desayunamos algo en un restaurante.

—Por poco, y no veníamos. —Daniel dijo de repente.

—¿Por qué lo dices? —Le pregunté.

Carla le dio un golpe. —Yo le diré.

Él asintió.

—Nos enojamos, y realmente no queríamos hacer el viaje, pero concordamos en que no te podíamos hacer esto, menos sabiendo que has gastado mucho.

Negué con la cabeza. —Vamos, en estos años, han terminado más de 15 veces, pero tienen que reconocer que ustedes están destinados a estar juntos.

—Carla aun cree que no somos compatibles, pero la hago más que feliz.

Carla bufo. —Ya, lo admito, si estamos destinados.

Daniel beso apasionadamente a Carla.

Reí. —Vamos, no frente a mi.

Omi me abrazó. —Son lindos.

Asentí y Sonreí. —Nunca creí que mis mejores amigos, terminaran en una relación, y han durado muchísimo.

—Muy pocas parejas duran tanto.

—Y ambos son muy estudiosos y ahora están preparados, ninguno se fue por otro camino, ahora son exitosos.

Carla me volteó a ver. —Vamos, eso nos lo enseño nuestra mejor amiga.

Daniel asintió con los ojos cerrados y una pequeña sonrisa en su rostro. —Nos apoyaste mucho, gracias a ti, hemos logrado miles de cosas.

Cubrí mi rostro. —Me sonrojan.

Cuando subimos al avión, nos acomodamos bien, ya que el vuelo va a ser muy largo, pero va a valer la pena.

—¿Qué es lo primero que vas a hacer cuando llegues? —Me preguntó Omi.

—Buena pregunta, señora Jane. —Carla dijo desde los asientos de enfrente. —¿Cuál es el itinerario?

—Ustedes van a hacer lo que quieran, son vacaciones para ustedes. —Le respondí a Carla. —Yo tengo que acomodar todos mis papeles para poder asistir a la junta con los dueños de la empresa y poder firmar los papeles. —Esta vez me dirigí a Omi.

Ella asintió. —¿Tendrás tiempo para conocer algunos lugares?

Hice una mueca. —Aun no lo se, pero creo que si.

—Bueno, espero que si lo tengas.

Me recargue en su hombro y esperé a que el avión despegara.

Todos dormían en ratos, otros comían, algunos veían películas, entre otras muchas cosas más, pero yo no podía hacer nada más que pensar en lo que iba a pasar en estos días.
Es como si en dos simples semanas, me fueran a cambiar la vida, odio tener ese tipo de presentimientos...

En la empresa en donde estoy trabajando, me mandaron a cerrar un contrato muy importante, esto depende de mi éxito en esa empresa, realmente quiero ser algo superior a lo que soy.

Así que no puedo pensar en otra cosa, simplemente tengo trabajar y listo. Pero es como si, algo fuera a cambiar, no quiero pensar en mala forma, se que voy a lograr mi objetivo.

—¿En qué tanto piensas, linda? —Omi me dijo en susurró.

Suspire. —Tengo miedo.

—¿De qué? —Me preguntó confundida.

—Hacer algo mal, y no lograr que se cierre este contrato.

Negó. —Mi niña es muy inteligente, se que lo vas a lograr, tu misma sabes que lo vas a lograr.

—Tengo un mal presentimiento.

Me miró y tomó mis manos. —Lo has hecho miles de veces, pero recuerda que te has preparado mucho, no te dejes llevar por esos malos pensamientos.

Asentí. —Se que tu vas a estar a mi lado.

—No olvides que tus padres también lo están, todo esto te esta pasando con ayuda de tus padres.

Bajé la mirada. —Te enviaron a mi, y lo agradezco de todo corazón.

Ella me sonrió y me dio un beso en la mejilla.

Después de tantas horas de viaje, llegamos a nuestro destino.

Carla bajó del avión junto con Daniel. —Esto ya huele al extranjero.

Reí. —Tiene un olor normal.

Ella bufo. —Para mi, ya huele a Inglaterra.

Rodé los ojos. —Es aire normal,

Daniel la abrazó. —Deja a mi chica, si ella lo dice, es porque así es.

Reí. —Bueno, como digan.

Fuimos a recoger las maletas, y antes de ir al hotel, nos quedamos en un restaurante situado dentro del aeropuerto, pues realmente moríamos de hambre.

—No lo creo. —Daniel dijo.

Carla lo miró. —¿De que estoy a tu lado?

Reí. —A eso se refería.

Daniel rio. —Si, amor, a eso me refería.

Cuando terminamos, tomamos un taxi, el cual nos llevo al hotel asignado.

I Hate You But I Love You Donde viven las historias. Descúbrelo ahora