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—Tienes que comprar este. —Carla me dijo.

Asentí. —Es hermoso. —Me miré en el espejo.

—Vamos. —Me sonrió y nos formamos en la caja.

Sonó mi teléfono.

—Daniel. —Dije.

—Estoy frente a tu puerta, y vi salir a Aaron. —Suspiró. —¿De verdad era él?

—Estoy en la plaza con Carla, mi amiga del trabajo. —La miré. —¿Por qué no vienes?

—No tardaré. —Colgó.

—¿Daniel? ¿Tu mejor amigo?

—Sí, ahora mismo viene.

Ella asintió y pagamos la ropa, después caminamos a StarBucks en donde pedimos un frappé y esperamos.

—Mira, ella es Carla. —Miré a Carla. —Y él es Daniel.

Ambos se saludaron de forma nerviosa.

—Bueno, ahora sí.

Daniel me miró. —Me podría ir a vivir contigo. —Carla sonrió al igual que yo. —Hablo enserio, Aaron vive frente a tu puerta.

Asentí. —Pero estaré bien.

Él bufo. —Te trata muy mal, Scar.

Carla nos miró. —Creo que tu amigo tiene razón, te ha hecho muchas cosas.

Sonreí. —Pero, yo casi nunca estoy ahí, sólo en las noches.

—Y eso basta para que te pase algo con ese tipo.

Carla asintió. —Tiene razón.

Bajé la mirada. —Estaré bien.

—Es sólo porque te gusta. —Ambos dijeron casi en coro.

Reí. —Pronto se me pasará la obsesión.

Daniel miró a Carla con una sonrisa. —Eso dijo desde la primera semana de clases, del primer año. —Ambos rieron.

••••••••••

Me arrodillé y comencé a sacar mis cosas, ya que no encontraba mis llaves, para mi suerte, se abrió la puerta de Aaron.

Rio. —Nunca creí que me pedirías perdón de esta manera.

Sin hacerle caso, seguí buscando hasta encontrar las llaves.

—Nunca me imaginé que una persona como tú. —Siguió hablando. —Viviría aquí, la señora Martha me dijo que aquí se encontraba una chica muy linda.

Entré sin hacerle caso y me recargue en la puerta, dejando soltar todo el aire y poder respirar con normalidad para tranquilizar a mi corazón.

A los pocos minutos, tocaron la puerta, por un momento creí que sería Aaron, pero, para mi suerte, era Daniel.

—No hay nadie en casa, así que vine a cenar contigo. —Sonrió.

Rio. —Ni aquí me pueden dejar. —Aaron dijo mientras abría su puerta.

Daniel bufo. —¿Celoso?

Él nos miró sorprendido y Daniel prácticamente me empujó mientras cerró la puerta sin esperar ninguna respuesta de su parte.

Rio. —Traje comida italiana.

Sonreí. —Nos vimos hace dos horas.

Me abrazó. —Ya te dije. —Me miró. —No puedo estar sin ti.

I Hate You But I Love You Donde viven las historias. Descúbrelo ahora