Capítulo quince

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-Está bien. Puedes quedarte... -respiré hondo. - pero, pero debes decirme que pasó entre tú, Michelle y Yugyeom.   

— No sé que ideas tienes en la cabeza, pero nuestras vidas no son tan extravagantes como piensas —comentó Mark sentándose en mi cama. Entrecerré mis ojos expresando mi confusión—

— ¿De qué hablas? Te pedí que me dijeras que pasó con Yugyeom esta tarde —me acerqué a él. Mark entrelazó sus manos y me miró de reojo—

— Las chicas siempre creen que nos conocen, en especial las de tu tipo —continuó. Cada vez lo entendía menos.—

— ¿Estás usando esa técnica en la que confundes a las personas para no responder? —rasqué mi barbilla y me senté en la silla giratoria de mi escritorio— ¿De mi tipo dijiste? ¿qué tipo? 

— Tu tipo, las fans —soltó soberbio. Me sonreí nerviosa, Mark me intimidaba, como nadie lo hacía— No hagas eso, vas a marearte —continuó ¿regañándome? mientras me impulsaba con mis pies para girar en mi lugar con la silla—

— No deberías generalizar. Y suelo girar por horas —apreté mis labios al sentir vértigo en mi estómago con una vuelta. Mentía, no solía hacerlo. —

—  Por favor, estás a punto de vomitar, ____. —dijo y sentí nauseas. Me detuve. Lo veía borroso. —

— ¿Quieres ya por favor decirme que sucedió entre tú y Yugyeom? —exclamé. Entendí que con Mark debía ser directa—

— ¿A dónde dormiré yo? —preguntó recostándose en mi cama.—

— Ahí seguro no.

— ¡El invitado siempre duerme en la cama! —bufó—

— Pero yo no te invité

— Nena, tuve un mal día y estoy cansado —se volvió a sentar en la cama e hizo puchero. Giré los ojos.—

— Dormiré en el cuarto de mi hermano —apenas dicho eso, Mark se quitó la camisa de jean y se acurrucó en mi cama dándome la espalda. Me quedé boquiabierta. Yo solía ser desastrosa e irresponsable, pero jamás había ido a una casa sin permiso y usurpado la cama del dueño. Me sentí molesta, me acerqué a tomar mi celular que estaba en la cama— Oye, tú, quítate —lo empujé un poco con mis manos sobre su espalda. Mark reaccionó sentándose en la cama exaltado. Su rostro palideció—

— ¿Qué crees que haces? —fruncí el ceño y lo miré realmente sorprendida. Su tono de voz logró irritarme. Le estaba dando asilo por su estupidez y él me hablaba así—

— ¿Que qué? ¡estás sobre mi teléfono! ¡y en mi cama! —chillé. Mark se apresuró por taparme la boca con su mano. — ¿qué demonios haces? —me zafé de inmediato—

— ¡Estás gritando nena! —se quejó. Seguramente lo miré con odio, porque estaba agotando mi paciencia. Miré hacia el techo y respiré profundo. Luego solté el aire de mis pulmones. —

— Niño, no te saco de esta casa sólo porque... —gruñí— Aish, pues, porque... 

— ¿Soy Mark? —preguntó arrogante. Levanté mis manos haciéndole que me salía de aquel círculo vicioso y confuso—

— Oh, lo siento, pero tendré que encerrarte. Espero que hayas ido al baño antes. —sonreí y salí del cuarto. Me quedé detrás de la puerta riéndome con las súplicas susurrantes de Mark para que lo sacara de allí.—

Me desperté desorientada, y me quejé al ver el sol asomándose por la ventana, pensé que había amanecido demasiado pronto o quizás yo había dormido tan solo segundos. Sacudí mi cabello y froté mis ojos. Mientras bostezaba miré hacia mi derecha y vi un bulto escondido bajo mis sábanas. Se sorprenderían de lo rápido que despertaron todos mis sentidos. Inmediatamente supe que era mi hermano Eric y me sentí sumamente emocionada. Eric no volvería en cuatro o cinco meses más, me llevaba muy bien con él y solíamos divertirnos mucho antes que tuviera que irse a... rehabilitación. Tomé el extremo de la sábana con la que ocultaba su cabeza y comencé a tirarla hacia abajo con cuidado para no despertarlo aún.

Mi corazón se aceleró al encontrarme con cabello rubio, él no era mi hermano. Quité el resto de la sábana bruscamente. 

— Cariño, ¿qué tienes? —¿Mark? ¿Qué demonios hace Mark en mi cama y llamándome cariño?. Se acercó a mi, divisé que estaba sólo en ropa interior. Sentí un vuelco en el cuerpo y me sentí ahogada.— ¿Te encuentras bien, mi amor? —tomó mi rostro con las dos manos. Me miré. También me encontraba en ropa interior. Entré en pánico y salí de la cama llevándome conmigo las sábanas para taparme—

— ¿Q-qué haces aquí? —tartamudeé. Apreté mis cienes obligándome a recordar la noche anterior, pero fue imposible. Cada vez me sentía más desesperada. Mark me miraba sonriente en la cama. Se despeinó el cabello y me guiñó un ojo—

— Ven, mi amor. Sigamos durmiendo, aún no debo irme —comentó acercándose a mí. Me sentí inquieta. Mis piernas comenzaron a temblar y mi pulso estaba increíblemente exaltado. Quise alejarme, pero Mark rodeó mi cintura con sus brazos y comenzó a besar mi cuello repentinamente.—

— Lamento interrumpir chicos —la puerta se abrió y Ben entró al cuarto. Empujé a Mark instintivamente. —

— Oh por Dios Ben, yo... yo no sé como explicar esto pero te juro que... —Ben me interrumpió dándome un beso en la frente y luego chocándole el puño a Mark. Se marchó y me quedé paralizada, ese no era Ben. Se veía y se oía como mi hermano, pero el verdadero, mi verdadero hermano si nos hubiese encontrado en una situación similar a esta hubiese golpeado a Mark y a mí me hubiese arrastrado con mi madre. —

— ¿Mi amor? Ya estás asustándome —Mark volvió a aparecerse frente a mí sujetando mi cintura. Lo miré apunto de llorar, estaba excesivamente confundida— ¿____? ¿____, estás bien?¡_____! —gritó y su voz se oyó distorsionada. —¡______, despierta! —nuevamente gritó, pero esta vez su voz era diferente. ¿Despierta? ¿Cómo que despierta?

Abrí los ojos. Estaba soñando. 

— Espero que tengas una buena explicación para esto —dijo mi hermano, Ben. Tenía a Mark sujetado del brazo. Él me dedicó una media sonrisa y levantó su mano saludándome.— 

Fue tan real.

Amor en píxeles (GOT7. Mark Tuan.Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora