Capítulo cincuenta y tres [primera parte]

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No íbamos a detenernos y aquello ya no me daba miedo. Lo único que quería era estar con él, sentirme cerca... al fin.

El cuerpo de Mark estaba a centímetros del mío. Sus brazos me rodeaban mientras besaba mis labios.
Llevó esa cadena de besos hacia mi pecho, mi corazón comenzó a latir con una fuerza excesiva cuando me llevó hacia él, me abrazó, y cómo si nada nosa apurara, como si ese instante fuese eterno, desabrochó mi sostén. 

"¿Estás segura?" preguntó entre jadeos. Dudé en que haya sido esa la pregunta, sus boca estaba ocupada en mí, mordiendo desde mi cuello, hacía mis senos.

Jamás había sentido tantas sensaciones en mi cuerpo. Asentí, deseaba conseguir más sensaciones, en ese instante era una necesidad similar a la de beber agua cuando se está sediento.

Mark observó mi rostro un instante, peinó mi cabello hacía atrás y me volvió a guiar para que quede recostada.
Su cabello estaba algo húmedo, aquello me secó los labios. No podía decir ni una sola palabra, tampoco sabía que hacer. Dejé que me llevara.

Su boca recorrió mi zona íntima. Había descubierto un nuevo Mark. Me miró y me preguntó si estaba bien, mis piernas temblaban y respiraba con dificultad, supuse que no debía ser tan expresiva, pero, ¿cómo evitarlo? ¿qué demonios hacía con su lengua?

Él sonrió cuando me miró a los ojos y me avergoncé. Acarició mi vientre con una mano, siguió con mis muslos, volvió a mi sexo. Mi cuerpo ya no sentía tanta tensión.

Te amo.

Dijo.

Pensé que era lo único que no debía decir, en cada película que había visto, los actores se decían lo mismo antes de consumar el acto sexual. Lo odiaba, pero agradecí que lo  haga. Se preparó. Desabrochó su cinturón y desvíe la mirada cuando se colocó el preservativo. Aquello sin dudas fue patético, pero se trataba de una reacción involuntaria.

Mark acarició mi cintura y cuando lo sentí pegado a mi cuerpo, vi algunas gotas de transpiración en sus sienes. Lo besé con dulzura, me sentí segura porque aún sentíamos lo mismo, por más que ya era distinto.
Él me tomó por las mejillas, haciendo un puente entre mi mentón y ellas. Mordió su labio inferior y lue:go besó mi oído, deslizó su rostro a centímetros del mío mientras apretaba con fuerza mi rostro.
Respiré profundo cuandro entró en mi cuerpo. Lanzó un suave gemido, sentí que mi mente explotaba por aquel ruido.
Apenas se alejó un poco y volvió a embestirme. Así continuó manejando una velocidad casi nula.
Mis pies se retorcieron y Mark me abrazó para que me sentara, sin siquiera salir de mí. 
La velocidad aumentó y no pude evitar gritar.
Él cubrió mi boca, sonriendo casi de una forma maligna. Mordió mi cuello y apreté fuerte su espalda.

Le pedí que fuera despacio, me hizo caso sólo unos segundos. Continuó diciendo, "así lo haces bien, nena. Tranquila".

Estaba completamente en sus manos.

— ¿Duermes? —Preguntó.— ¿pajarito? —Insistió. Yo le daba la espalda.— ¿estás bien? ¿necesitas algo?

— Estoy bien... —dije y apreté las sábanas contra mí —

Volteé y volví a encontrarme con Mark. La cama era tan pequeña que apenas podíamos movernos en esa posición.

— ¿Crees que no funcionará? —Mark suspiró y rodeó mi cuello para abrazarme—

— ¿Qué importa? Ya tuvimos sexo... No necesito quedarme. Pero fue divertido, ¿no lo crees?

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— Mi amor, despierta, ya. ¡Vamos! —Abrí los ojos. Me senté en la cama tan rápido como pude. Ya había oscurecido. No tardé en recordar mi sueño, la angustia de adueñó de mí y me volví hacía él. Lo abracé fuerte. Hasta ese momento no me había percatado de que tenía puesta mi camisa puesta— Oh, yo... Creí que tendrías frío. —Dijo haciéndose cargo— Cariño, lo siento mucho. He sido un imbécil. —Habló tomando mi rostro— ¿te sientes bien? ¡no debimos hacerlo! —Mark me tomó de la mano y me levanté. Él quería que lo hiciera. Escaneó mi cuerpo con la mirada y luego me tomó por los hombros para ver bien mi cuello. Recordí que me había mordido y me estremecí—  Te traje comida.  Sabes que no tengo idea sobre como cocinar pero aquí hay cosas deliciosas —mencionó y puso una bandeja sobre la cama. Esta contenía desde frituras hasta una sopa con color extraño.

— ¿Qué hora es? —Pregunté mirando ppr la ventana. Sentí a Mark detrás—

— Serán las nueve en unos minutos. —Dijo.  Volteé y él miraba mi trasero con un descaro increíble—

— ¿Estaremos bien?

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Amor en píxeles (GOT7. Mark Tuan.Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora