Capítulo cincuenta y tres [segunda parte]

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Estaba sentada con mis piernas cruzadas y una taza de té negro entre mis manos, justo en el respaldo de aquella incómoda cama de la escuela. Estaba tan nerviosa que creía que podía desmayarme en cualquier momento o de tal vez explotar y montar una escena llorando como desquiciada.
Mark estaba sentado en la punta de la misma cama, con sus piernas estiradas sobre la cama y su espalda en la pared. También tomaba un té, pero bebía un sorbo cada tanto, por lo que pude deducir que estaría helado.

— Oh diablos, estoy... Increíblemente nervioso —comentó Mark, rompiendo el hielo. Miré sus manos, estas temblaban un poco—

— ¿Te arrepientes de hacer el amor conmigo? —Pregunté. Me sorprendí de mi misma, porque  hace mucho tiempo no decía algo inapropiado o al menos no liberaba sin filtro alguno, lo que rondaba en mi cabeza—

Mark clavó sus ojos en mí, pero yo no pude soportar la intensidad en ellos y miré dentro de mi taza.

— ¿Bromeas? ¿cómo podría arrepentirme de ello? —Mark se acercó a mí y con cuidado me quitó la taza de té, para dejarla en el suelo— Esto... Se siente como...

— Un sueño —susurré en un hilo de voz. Me recosté, Mark se acomodó casi sobre mí y acarició mi rostro—

— Lamento haberme comportado así con lo de Nick... Yo.... Creí que me habías olvidado —dijo, despacio—

— ¿Cómo podría? Tan sólo pasaron unas semanas...  —sonreí. Mark abrió sus ojos un poco más y sonrió mientras liberaba el aire de sus pulmones—

— Se siente tan bien volver a verte sonreír. —Comentó.  Tuve la necesidad de besar sus labios, así que lo hice—

— Me iré a mi habitación. No quiero meternos en problemas —dije y lo empujé un poco. Mark se puso de pie y colocó una chaqueta de él sobre mis hombros—

— Te acompañaré, quiero asegurarme de que no te conviertas en una fumadora compulsiva —su comentario me detuvo en seco. Lo miré espantada, él acarició mi cabello— Oh, ni se te ocurra preguntar como lo supe. Te besé por horas, niña —Mark sonrió y mi estómago se encogió de manera automática—

Salimos de su habitación y caminamos tomados de la mano. Cada vez que lo miraba pensaba en sí todo sería igual ahora, después de haber tenido sexo. Todo se sentía tan natural, pero seguía aterrada, sin dudas... No podría repetir aquello con otra persona en años.
Cuando descansaba desnuda sobre su pecho, el miedo volvió a apoderarse de mí y me sentí devastada al pensar que Mark podría dejar de tratarme como solía hacerlo, ya no era una niña y tomar el lugar de mujer, me aterraba.
Mark me apretó fuerte entre sus brazos, besó mi frente y me miró con los mismos ojos con los cuales me miraba la noche en la que me dijo que me amaba. Aquella ternura seguía en ellos, sólo ahí pude relajarme.

— Vendré por tí mañana, ¿de acuerdo? —Asentí con la cabeza, Mark tomó mi mano mientras yo intentaba abrir la puerta— Pajarito, —aquella palabra hizo que sintiera los pies sobre la tierra, fue como despertar. Lo miré.—  No permitiré que nada ni nadie nos separe. Voy a protegerte, siempre —

— Ven por mí a las seis. —lo abracé y cuando sentí sus manos en mi cintura,me alejé. No iba a poder dejarlo ir. —

—  ¿Tus clases no comienzan a las siete?

— Sólo ven, tengo otros planes —Entré a mi habitación y  me quedé mirando la cerradura unos segundos, necesitaría pellizcarme para creer que en realidad Mark estaba conmigo—

— Me decepcionas —La voz me espantó, volteé y me encontré con Nick. Sonreí aliviada—

— ¿Qué haces todavía aquí? Me asustaste —dejé la chaqueta de Mark sobre mi cama, junto a Nick, seguía sentado en la misma posición que en la tarde. Me quité los zapatos y entré al baño para mirarme al espejo, no podía dejar de sonreír.—

— ¿Por qué sonríes? Te he dicho que me has decepcionado —hablo Nick algo serio, pero no le presté atención hasta que lo vi frente a mí—

— ¿Y te he decepcionado porque...?

— Caíste, caíste como una maldita zorra a sus pies —su voz se oyó tan dura, lo observé unos segundos porque el impacto de sus palabras no me permitían hablar. Él no estaba bromeando, y jamás me había dicho algo tal como "zorra"— Sólo tienes que ser un maldito idol para que abran las piernas... —Dijo. Ni suquiera lo pensé, golpeé su rostro con la palma de mi mano.—

— ¿De qué demonios estás hablando?

— ¿Crees que soy estupido? ¿qué pueden estar haciendo en una habitación tan pequeña durante todo el maldito día?

Nick se veía y oía irreconocible. Todo sucedió tan rápido, ni siquiera pude darle una explicación lógica.
Se marchó y no volvió hasta la mañana siguiente, mientras me preparaba para esperar a Mark.

— Yo sé que unas palabras y esto no harán desaparecer mi comportamiento de anoche, pero... Lo siento mucho. —dijo Nick, y me entregó una caja que al parecer, contenía chocolates—

— ¿Puedes explicarme que demonios te sucedía anoche? —pregunté. Nick bajó la mirada—

— Bebí demasiado. No sabía lo que decía, nada de lo que te dije es lo que pienso realmente y....

— Nick, dijiste que no volverías a beber por el fútbol, y... no olías a alcohol

— Yo... Debes creerme. Jamás diría tales barbaridades, escucha.... —tocaron la puerta de mi habitación y quise desaparecer. Mark pasaría a buscarme y encontrar a Nick aquí no sería bueno. —

Tomé valor y abrí la puerta. No era él, era mi rectora.

— Señorita _______, acompáñame inmediatamente a la dirección. —arrugué mi frente—

— Dis-discúlpeme, ¿sucedió algo malo? ¿mi familia se ha comunicado?

— Hemos recibido un informe sobre usted. Esperñ que tenga una buena excusa, fumar en este establecimiento y pasar la noche con un compañero son motivos suficientes para expulsarla de la escuela —Dijo la cuarentona. Miré a Nick. —

— Disculpe, rectora. Yo recién llego, puede comprobarlo en las cámaras de seguridad de mi edificio, no puede acusar...

— Yo no he mencionado su participación, hay otra persona involucrada.

Amor en píxeles (GOT7. Mark Tuan.Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora