Capítulo cincuenta

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No estaba preparada para hacer el amor. Mark continuaba besándome de la misma forma, pero yo, estaba pensando tantas cosas a la vez (entre ellas cómo pedirle que se detuviera), que apenas podía sentir mi cuerpo.

Tranquila, no puedes temerle toda tu vida. Es sólo eso, "eso" ni siquiera puedes pensar en la palabra.  Tienes diecisiete y Mark es el hombre que amas. Sólo dejate llevar.

Sentí las manos de Mark sobre mi trasero, su respiración agitada por demás, su... Su, su... ¿cuerpo? Tan pegado a mí. 

De repente; Mark dejó de recorrermez con sus manos, besó despacio mis labios y luego mi frente. Me cubrió con aquella frazada y se recostó junto  a mí. Rodeó mi cintura, cerró los ojos y sonrió.

— ¿Q-qué es lo que... Qué? —Pregunté tartamuda, el abrió solo un ojo y volvió a sonreír —

— No creíste que te dejaría hacerlo, ¿o sí? —Preguntó. Me senté en la cama, continuaba desorientada—

— ¿Tú no... Nosotros no íbamos a hacerlo?

— ¿Bromeas? ¡claro que no! ¿cómo pudiste pensar que permitiría que algo tan importante suceda así?

Aprete mis labios con delicadeza y miré mi blusa rota. Eso no parecía algo que no iba a suceder.

— Pero tú...

— Estaba aprovechándome de la situación, —Mark se sentó frente a mí obligándome a que lo mirase, acarició mis mejillas con el pulgar — No dejaré que algo así suceda en estas condiciones. Mucho menos que sea porque te irás... Eso... No va a separarnos.

Golpeé el brazo de Mark. Él se quejó unos segundos, cuando se tranquilizó, volví a hacerlo.

— ¿Qué tienes? ¿por qué me golpeas? —Exclamó casi en un susurro parado en la punta de mi cama—

— ¡Idiota! ¿tienes siquiera una mínima idea del miedo que sentí? —le arrojé un almohadón, impactó justo en su cara—

— Tu eres la idiota. ¿Acaso no notaste como temblaban mis manos? —Mark sonrió y le arrojé otro almohadón, el cual apretó entre sus manos mientras me miraba de la manera más pícara y malvada—

— ¡Seguro! ¡mi trasero no las sintió temblar! —Bufé. Mark arrojó aquel fusil de algodón, afortunadamente carece de buena puntería así que cayó sobre mi mesa de luz e hizo que un cuadro impactara contra el suelo— Bien hecho, Tuan. Acabas de invocar a la muerte. Ahora sí, nos descubrirán —

— Entonces ven a vengarte. — me provocó con una media sonrisa. —

— ¡Aish! ¿quién crees que eres? —arrastré mis rodillas hasta la punta de la cama y me me volví sobre su espalda—

— ¿Acaso eres una mona? —Preguntó Mark entre risas, mordí una de sus orejas y él pegó un saltito en el lugar. Yo ya estaba recargada sobre él y no pensaba bajarme— ¡________! —Gritó y cubrí su boca con ambas manos—

— ¿Tu sí quieres que nos descubran, cierto? Lo siento, esta mona no te dejará. —Mark sacudió su cabeza y tomó mis piernas para despegarlas de su cintura—

— ¡Quítate mona! ¡quiero dormir!—exclamó, me sujeté con más fuerza y comenzó a caminar por la habitación con dificultad—

— Tu te lo buscaste —dije.

Mark hizo cualquier tipo de movimiento para hacer que me bajara de su espalda y tal vez también dejara de ahorcarlo con mis brazos, pero no lo logró. Bueno, no hasta que comenzó a hacerme cosquillas en las manos o pellízcarlas, entonces me debilité y el me arrojó con fuerza a mi cama.

Amor en píxeles (GOT7. Mark Tuan.Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora