Capítulo cuarenta y uno

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— ¿Vas a responder? ¿Por qué estás aquí? —me preguntó Mark a centímetros de mis labios. Sonreí nerviosa, él mordió su labio inferior— ¿Sería inapropiado pedir tu mano a tu padre esta misma noche?

— ¿No te cansas de decir estupideces? —Él arqueó sus cejas.—

— ¿Crees que es una estupidez?

— Lo es. Además no lo harías... Eres demasiado... —me acerqué un poco más, haciendo puntas de pie para llegar a sus ojos.— cobarde. —solté e hice unos pasos hasta que él me detuvo por detrás—

— Pruébame — dijo sobre mi nuca. Me estremecí. Estúpido Mark Tuan, ¿quién le dio el derecho para hacer tal escándalo en mi cuerpo?—

— ¿Qué hacen? —La voz de Jackson y sus ojos mirándonos fijo realmente asesinaron a cada animal del zoológico que estaba sintiendo en mi cuerpo. Instintivamente codeé a Mark, pero él se hizo hacia atrás y comenzó a golpear mi nuca como si estuviese haciéndome masajes, pero más bruto y fuerte. —

— _________ dijo que estaba muy contracturada y que tú no sabías hacer masajes. —Suspiré. Su excusa había sido estúpida pero funcional—

— ¿Qué tienes preciosa? ¿por qué no me has dicho? Hago muy buenos masajes. —dijo Jackson con algunas gotas de su cabello mojándole el rostro mientras estiraba sus dedos uniendo las manos—

— Supéralo Jackson, necesita un hombre fuerte —mencionó Mark alejándose. Supuse que por la mirada asesina de su amigo.—

— ¿Dónde compraste esa confianza, idiota? —Comentó Jackson más tarde. Mark le hizo gestos burlándose. —

— Tengo que irme ya.   —me obligué a decir. Después de lo que mi madre me había dicho no tenía intenciones de alejarme de ellos. ¿Cómo iba a explicarle a Mark que iba a irme tan lejos?—

— Puedo pedirle a mi mamá que llame a la tuya, le diré que haremos una fiesta o algo así. —Mencionó Jackson. Sonreí, a veces creía que él podía leer mentes—

— Sabes que tengo que hablar con Mark, mañana... Los veré a todos. ¿De acuerdo?

— Pueden hablar aquí. Prometo no meterme. —añadió. Mark había cambiado su expresión tranquila— Por favor. Cenemos aquí. —Jackson esta vez se dirigió a Mark. Me encogí en hombros. La verdad, si quería postegar la charla con Mark—

— Está bien. Acepto, Mark se ve hambriento.

Sophia nos preparó la cena y comimos en la habitación de Jackson. En el suelo, porque todos coincidimos en que era más cómodo que estar en su cama, lo habíamos intentado y los tres intentamos acaparar todo el lugar.
Mirábamos vídeos de GOT7 porque yo había terminado primera con mi plato, habíamos jugado una apuesta.
Creí que iba a ser una experiencia única e inigualable escuchar a mis ídolos sentada con dos de ellos, pero fue tan extraño y emocionante que terminé llorando, acurrucada en la cama de Jackson con ambos amigos riéndose de mí.

— Estúpidos, no tienen idea de lo que estoy sintiendo. Ni siquiera puedo mirarlos. — susurré aún con el nudo en mi garganta—

— Ya, vamos pequeña, ¿por qué lloras? —Preguntó Jackson mientras intentaba terminar con su comida—

— Yo te entiendo. ¿Recuerdas que hablaste conmigo sobre esto? —Habló Mark con el tono orgulloso que pocas veces había oído—

Me senté y le tiré un almohadón en la cabeza. Apretando los dientes para no gritarle.

— ¿Qué te sucede mocosa? —Exclamó mi.... Novio.—

— ¡Aish! ¡imbécil! Tú sabías sobre todo... Ésto y aún así no hablaste. ¿Ni siquiera pudiste darme alguna pista?

Mark se levantó y me enfrentó. Bien, quizás había gritado de más.

— ¿Y luego qué? ¿me hubieses creído? ¿te hubiese importado que te dijera mi nombre y no el de Jackson? —¿Por qué siempre tienes que resaltar lo de Jackson?—

— No me hubiese importado que fueras honesto. Eras mi amigo. —Mark volteó un segundo y observó a Jackson antes de posar de nuevo la mirada en mi—

— Tengo muchas ganas de besarte. ¿Podemos irnos? —preguntó. Intenté toser para tapar algo que él ya había dicho y si Jackson había escuchado, terminaría mal. Pero al parecer, no había sucedido—

— Es tarde. Le escribiré a Yugyeom para hacer algo divertido mañana—Dije alejándome de Mark lo suficiente para que mi cuerpo volviera a su estado natural—

— Bien. Déjame que te lleve a casa. Mark, tú quedate a dormir.

— Yo llevaré a ________, vivimos cerca. —Mark salió del cuarto antes de que su amigo pudiera responder.—

Abracé a Jackson y nos fuimos. Llegamos a casa unos minutos más tarde, y después de avisarle a mi madre que estaba en casa, Mark y yo nos recostamos en pasto de mi patio.

— ¿De qué quieres hablar, cariño? —Preguntó Mark. Miró hacia todos lados y se abrazó a mi cintura luego de comprobar que nadie nos estaba mirando—

— ¿Qué crees que haces?

— Abrazo a mi novia. ¿Tiene algún problema, señorita?

— Siento todo el tiempo que te olvidarás. Es que... Es ridículo.

— ¿Olvidar que eres mi novia? _______, ya se lo dije a mi madre por cierto. —Mark se rió y rodeó mi cuerpo con sus piernas—

— No te creo. ¿Te ríes cuando mientes? —Mark se acercó y deseé que me besara—

— Me río porque no puedo creer que esto finalmente esté pasando. —Mark besó mis labios suavemente. Le correspondí.—

Me iría. Tenía que decírselo cuánto antes, no podía permitir que siguiera creyendo que todo estaba bien. ¿Tendría que dejarlo? ¿terminar con la relación? Así me odiaría, pero quizás no sufriría por mi ausencia.
Unas lágrimas brotaron de mis ojos, Mark me besó por última vez y tomó mi rostro. No abrí los ojos hasta que oí golpes en mi ventana. Ambos nos separamos y miramos hacia aquella ventana. Mi madre nos miraba desde arriba.

— Oh Dios, lo- lo siento —murmuró Mark intentando levantarse. Jalé de su brazo para que volviera a sentarse. —

— Necesito hablar contigo, es importante —solté. El abrió los ojos como platos cuando vio mis lágrimas, me abrazó sin importarle que mi madre estuviese mirándonos ahora. Apreté fuerte su cuerpo—

— ¿Te metí en problemas? ¿Hice... Algo mal? —Preguntó. Su celular comenzó a sonar—

— No lo creo. Esto tiene que ver conmigo.

El celular seguía insistiendo. Por más que Mark se negó a atenderlo al principio, insistí en que lo haga. Cuando finalizó la llamada, frotó sus ojos y se levantó. Hice lo mismo.

— ¿Pasó algo? —Mark tardó en mirarme—

— No, no.... ¿Qué ibas a decirme?

— Mark, ¿estás... Bien? —Me acerqué a él y puse una mano en su hombro, pero él la quitó bruscamente y se alejó— ¿Qué tienes?

— No... No sé que hago aquí. A ti no te importa nada esto, no te importo yo. —dijo despacio. Me desconcerté por completo— No te preocupes, nosotros lo solucionaremos, pero sólo necesitabas decir que estabas con Jackson.

— Debes estar bromeando. ¿Lo estás?

— Lo peor... Es que, ¡me entero por unas malditas fotografías filtradas!

Amor en píxeles (GOT7. Mark Tuan.Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora