— L-lo siento. Yo no... Es decir, ¿qué debo hacer ahora? Yo no he estado en una situación así jamás y...—¿Qué diablos estás diciendo? ¡Cierra la maldita boca!—
— Iré a tomar una ducha, ¿de acuerdo? —dijo Mark, aún en la misma posición. Como si intentara concentrarse en algo específico.—
— No te entiendo. ¿Estás molesto? ¿he hecho algo mal? —pregunté. Estaba siendo completamente transparente, y no entendía el porqué. Toda la situación era realmente vergonzosa y no hacía más que preguntar estupideces—
Mark volteó y bajé la mirada. Unos segundos más tarde, lo oí caminar hacia mí y hundir ambas manos en la cama.
— No vuelvas a preguntarme algo así. Tu no haces nada mal, _____. —levanté la mirada. Mark estaba a centímetros de mi rostro, serio, pero tan hermoso como siempre. ¿Por qué me pasaba esto? Cada segundo que pasaba a su lado era una suma excesiva de nuevos sentimientos hacia él— Yo... he estado en esta situación antes, pero jamás... es decir, tú... provocas algo diferente en mí, y creo que es porque estoy enamorado de tí. —habló nervioso. Podía sentir el temblor en su voz.—
— ¿En esta situación? ¿hablas de...? —no podía siquiera pronunciar la palabra "sexo". No era lo que habíamos hecho, pero definitivamente ambos sabíamos que llegaríamos a eso si seguíamos. Mark asintió y me sentí aliviada porque me comprendiera sin necesidad de decirlo.— No, no quiero saberlo —dije ocultando mi cuerpo con una almohada—
— Diablos, a lo que voy es que no soy así. No quiero serlo, me siento un idiota y lo siento, realmente lo siento. —mencionó alejándose.—
— No tienes que sentirlo. Estamos bien, es algo natural, ¿cierto? —¿Por qué creí que utilizar la palabra "natural" iba a hacer que todo se calmara y pareciera normal?—
— No, no es así. Yo... te amo. Y no quiero que las cosas entre nosotros se vuelvan incómodas por mi estúpida hombría. —bufó y salió del cuarto. —
"Te amo" ¿realmente Mark me amaba? ¿lo hacía tanto como yo a él?. Me recosté en la cama y me acurruqué con las sábanas. Tantas cosas habían pasado, ni siquiera podía procesar lo que acababa de vivir. Estaba aterrada, porque jamás había sido tan feliz en mi vida. Entendía por completo aquellas películas románticas en las que la protagonista juraba que podría llegar a dejar todo por su amado. Me sentía así. Tan patética por extrañarlo a cada segundo, por olvidarme de todo una vez que sus labios rozaban los míos.
Miré el reloj de su escritorio, yacían las cuatro de la madrugada. El nudo en mi garganta volvió al imaginarme lejos de él. Me levanté, dejé la ropa que cubría mi sostén y salí de la habitación. Busqué el oso gigante que Mark me había obsequiado, lo senté junto a mí, justo frente a la puerta del baño. Esperé unos minutos, mis ojos pesaban. Oía el agua de la ducha correr y a Mark tarareando una canción despacio, con su grave voz que tanto me gustaba.
— ¿Qué haces ahí? —preguntó Mark apenas abrió la puerta, una toalla rodeaba su cadera, su cabello goteaba. Mis mejillas volvieron a arder, desvié la mirada—
— Te esperaba. Eres un imbécil. Me invitas a dormir y me dejas sola... ¿qué clase de novio eres? —pregunté después de aclarar la voz. Mark extendió una mano y la tomé sin mirarlo. Jalé al oso conmigo—
— ¿Estarás con ese oso todo el tiempo?
— ¿Te molesta?
— Oh sí, menos espacio entre nosotros. —sonrió y abrió la puerta de su habitación haciéndose a un lado— pase usted, señorita. —negué con la cabeza y empujé al oso dentro, que por cierto, estaba haciéndome sentir su peso y tamaño—
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Amor en píxeles (GOT7. Mark Tuan.Tú)
FanficHace un año creé un usuario en una página web para fans de un exitoso grupo k-pop, desde entonces no he dejado de contactarme diariamente con personas cuyos gustos son similares a los míos, incluso un usuario en especial robó la poca vida social que...