1. Recuerdos

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Los años pasan. Durante estos últimos diez años he estado a cargo de mi tía Kathy. Ella no me cae bien, supongo que es porque no está acostumbrada a ser una niñera, pero poco a poco me empezaba a caer mejor, y ya nos vamos entendiendo más. Ella se ha quedado a vivir conmigo en la casa justo la semana después de ocurrir el "evento". Mi madre me dijo que también fusilaron a mi padre. Y hablando de eso... Después de ver cómo mataban a mamá solo recuerdo que me metí en el armario y me puse a llorar hasta que alguien me llamó a la puerta. Al abrirla descubrí que era un agente MEKA, creo que el mismo que estaba en la puerta de mi casa, vigilando que no saliera en ningún momento.

- Hola chico. – me dijo con voz suave y amable. Yo no le respondí, y le cerré la puerta en la cara con fuerza. – Sé que ahora no quieres hablar conmigo, pero aunque sea escúchame. – Decía desde fuera de la casa. El MEKA era una mujer. No le veía la cara, pero por la manera que tenía de hablar parecía una mujer amable, incluso siendo de la corporación que acababa de matar a mi madre. Finalmente abrí la puerta. – Hola. Acabo de ver lo que le han hecho a tu madre, Ryan.

- ¿Cómo sabes que me llamo así? – le dije a la chica MEKA. Ella se quitó el casco y le pude ver la cara. Tenía el pelo rubio y largo, casi le llegaba al hombro. En las mejillas se le veían algunas pecas y le daban el aspecto de ser una mujer joven, aunque no lo fuera. Tenía los ojos verdes, y contrastaban con la sombra de ojos oscura que llevaba.

- Tu madre me lo dijo antes de provocar el ataque... Bueno, ignora eso. Cuando seas mayor entenderás qué está ocurriendo; MEKÁNIKA no ha matado a tu madre por nada...

Eso era lo único que recuerdo del momento del fusilamiento. Ahora han pasado diez años y aún recuerdo ese momento como si eso hubiera ocurrido hace cinco minutos. Todavía me acuerdo de cuando estaba escondido en casa, después de ver tal escena. Los gritos de las personas presentes aquel día se me meten en la cabeza y no puedo parar de escucharlas, y, que yo sepa, no hay día en el que no sueñe, recuerde, o peor, vea a mi madre.

Pero todo eso ya es agua pasada, tengo que dejar pasar todo, comenzar otra vida en solitario. Mi tía ya no está tanto tiempo como estaba antes, así que ahora estoy más tiempo solo (aunque con 16 años creo que puedo cuidar de mí mismo).

Salgo de mi casa a comprar algo de comida en el mercado. Cada vez que voy allí me acuerdo de mi madre cuando se la llevaron los MEKAs. Es un día soleado en parte, aunque hace frío incluso a la luz del sol. Por ahora el tiempo no da síntomas de lluvia ni nada por el estilo. De camino al mercado me encuentro a Kirsten. Es la hija del MEKA que entró en mi casa cuando ocurrió eso. Se parece un poco a su madre. Tiene su mismo pelo, aunque más corto y un poco ondulado. No tiene pecas, pero sus ojos son clavados a los de su madre, incluso dan más contraste con su cara. Desde la primera vez que la vi siento algo extraño. Creo... no sé, creo que me gusta, pero no quiero que ella lo sepa, no por ahora. Y su madre es una MEKA, así que eso me da un poco de respeto a la hora de hablar o salir a dar un paseo con ella, o peor aún, hablar por teléfono.

- Hola Ryan. ¿Cómo estás? ¿Vas al mercado? – me pregunta mientras me acompaña caminando.

- Sí, me hace falta comida. ¿Te vienes? – comento. En estos casos ignoro qué o quién es su madre, no me importa salir con ella, ya sea para hablar, para comprar, o para pasar el rato; a mí me da igual. Siempre he sido muy rebelde.

- ¡Vale! – exclama muy contenta.

Kirsten es una chica muy misteriosa. Siempre está feliz, ya llueva o haga sol, niebla... Y siempre sabe cómo hacer reír a alguien, esa es otra característica que hace que esté enamorado de ella.

- ¿Y tu tía? – me pregunta mientras vamos de camino al mercado.

- Bueno, hace ya una semana que no se pasa por casa, pero sé vivir en solitario.

- Debe ser muy duro eso de vivir solo y sin padres.

- Y todo por culpa de MEKÁNIKA... - susurro, intentando que no me escuche.

- ¿Qué decías? – me pregunta Kirsten.

- Ah... nada, no es nada importante. – si su madre se entera me mataría, literalmente. Creo que en estos diez años he aprendido a odiar a MEKÁNIKA. - ¿Y... tu madre? ¿Cómo está? – intento sacar otro tema.

- Bueno, siempre está en el trabajo. Ella me dice que es muy duro, y dice que cuando sea mayor podré ser como ella. Y tú si quieres también puedes trabajar con nosotras.

- Je, je, claro... – digo riéndome sarcásticamente y desviando la mirada, pero intentando que no se note lo que pienso.

Por el camino continuamos hablando de nuestras vidas. Hacía ya muchísimo tiempo desde la última vez que nos vimos; fue hace casi dos meses. Ella no ha venido a mi casa, y yo no me atrevía.

Finalmente llegamos al mercado. El mercado en Londres es una zona muy amplia. Mi madre me dijo que antes de que existieran estos zocos había supermercados, pero MEKÁNIKA los quitó y creó estas plazas donde comprabas cualquier cosa que quisieras. Eso sí, el mercado está muy vigilado, ya que es el centro de comercio de Londres. Otra causa por la cual está vigilado 24 horas es porque en la plaza se sitúa el mayor edificio de Londres: el edificio de la corporación MEKÁNIKA, una gran torre de metal oscuro casi negro que sube más alto de lo que la vista puede. Además del mercado, hay tiendas a lo largo de Londres que no forman parte de la corporación MEKA (voy a llamarla así mejor), sino de los ciudadanos, que si quieren mantenerla deben pagar una gran cantidad de dinero. Solo la gente privilegiada puede permitirse una tienda, y más aún en el centro de Londres. El mercado es una gran plaza en la cual hay diversas tiendecillas, como si esto fueran los antiguos zocos de la Edad Media, solo que con cosas más modernas que en aquella época. Cada parte o sección tiene un cartel que indica el producto que se vende, como por ejemplo "CARNICERÍA", o "ELECTRÓNICA". Sinceramente, creo que el comercio ha retrocedido en cuanto a la modernidad. Seguro que están mejor esos supermercados, y no este mercado que para mí es demasiado extraño.

- Estaré en el banco de al lado de la Torre Negra (así llamaban al edificio de MEKÁNIKA). – me dice Kirsten.

Mientras, yo voy a comprar.

MEKÁNIKAWhere stories live. Discover now