4. Sucesos inesperados

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A la mañana siguiente, las nubes llegan a Londres. Se puede ver el ambiente triste de una ciudad oscura y sumergida en la desgracia. La torre de MEKÁNIKA se divisa por mi ventana como la gran silueta de una montaña. Un edificio azul oscuro y profundo que llega a las entrañas del cielo, cuya punta es imposible de ver, ocultada por las nubes de aquel día. Mientras desayuno, algo me advierte en mi interior de la fiesta que hay hoy en la plaza. Puede ocurrir cualquier cosa, y todas las que se me ocurren no me dan la sensación de ser interesantes. Instintivamente, abro el cajón del armario de mi madre y cojo el cuchillo que ella llevaba siempre, por si las cosas se ponen feas. Lo engancho en mi pantalón de manera que, a simple vista, no se pueda ver.

Salgo de mi casa, y al otro lado de la calle me espera Kirsten. Hoy lleva unos pantalones vaqueros azules, un jersey gris y blanco y una bufanda de lana. También se ha cambiado los zapatos; hoy lleva unas botas, ya que hace bastante frío. Mientras vamos al mercado, Kirsten y yo empezamos a hablar:

- ¿Viste el mensaje ayer, verdad? – me pregunta.

- Sí. La verdad, es un asco tener que ir a una fiesta de MEKÁNIKA con este frío. – esa frase me sale sola. Por un momento pienso que Kirsten me va a decir algo así como "no te metas con MEKÁNIKA o llamo a mi madre", pero no, solo permanece en silencio, escuchando. Después se ríe.

- Me refería al de mi madre anoche. – comenta.

- ¿El que se vio de madrugada? – pregunto, pensando aún que eso era un sueño.

- Sí, ese mismo.

- Pues... sí, lo vi. ¿Por qué lo dices? – ella permanece en silencio, intentando aparentar la mujer misteriosa de las películas que tiene valiosa información.

- Ah, toma esto, Ryan. Puede hacerte falta. – Saca un clip del bolsillo y me lo da. Es extraño, es ancho y pesado, pero me lo guardo.

Por el camino nos encontramos a Colin y a sus padres, que van de camino al mercado también. Él le pide permiso a sus padres para venir con nosotros.

- ¡Hola! – exclama. Colin era más pequeño que Kirsten y yo, y se nota en su forma de hablar y de actuar. Aunque me cae bien, yo no iría por la calle gritando. – Mis padres me dejan ir con vosotros, pero mi padre quiere hablar contigo, Ryan.

Voy, acompañado por Colin, a hablar con él.

- ¿Eres Ryan? – me pregunta su padre. – Soy Han, el padre de Colin, muchas gracias por salvarlo ayer.

- Estamos muy agradecidos. – dice la madre. – Puedes venir a visitarnos cuando quieras.

- Gracias, señora...

- Soy Emily, pero llámame Em. Como si fuera tu amiga.

- Vale, Em. – le digo.

- Adiós, Ryan. – se despide finalmente Han.

- Adiós, un placer conocerle. – respondo.

Vamos a por Kirsten y continuamos el camino. Por detrás veo a los padres de Colin, quietos, mirándonos. De pronto, se llevan la mano derecha abierta al corazón, y después la levantan al aire.

Ese saludo no es un saludo normal. Aquí está la segunda prueba de que algo va a suceder. Aunque me ha parecido ver eso antes, no sé de qué. Kirsten y Colin no lo han visto. Finalmente llegamos al mercado. Hay mucho gentío y tenemos que ir los tres juntos para no perdernos. Vamos hasta unas mesas donde hay refrescos y algo de comida para matar el gusanillo. "Es raro que hayan hecho esta fiesta, y además es gratis." Pienso en mi interior.

- Venga, Ryan, come algo, disfruta. – me dice Colin.

Kirsten se acerca a mí y me dice:

- Sé que estás preocupado por algo, y por alguien. Descansa, relájate y tómate algo. – Kirsten llama a Colin. – Espérate aquí, Colin y yo vamos a buscar algo más para comer.

Me quedo yo solo entre la multitud. Para no estar aquí parado cojo unos montaditos de queso que hay en la mesa. Eso es lo único que como en la fiesta. No paro de darle vueltas a mis pensamientos cuando una mujer me llama:

- ¿Te apetece agua? – me dice, dulcemente.

- No, gracias. – miro a ver quién es la mujer. Tiene el pelo castaño, ojos azules y la piel un poco pálida. Sé quién es ella, y esta vez no pretendo ir por las buenas. Es la presidenta de MEKÁNIKA, Ailann.

- Vale, no pasa nada. – comenta. Ella ya sabe que le he reconocido.

No puedo callarme, muchas veces me he quedado en silencio, aguantando y temblando para no salir y darle una paliza, sabiendo lo que después me esperaba. Pero hoy no va a ser así.

- Déjame en paz. – corto.

- ¡Pero si la fiesta acaba de empezar! Ven, acompáñame a dar un paseo.

Los dos caminamos en silencio. Yo estoy alerta, sin parar de mirarla, sus expresiones, sus movimientos, controlo todo. Ella, por el contrario, mira al infinito, contemplando la fiesta. El mercado está situado cerca del Green Park. Caminamos hasta allí y nos sentamos en un banco.

- ¿Qué quieres de mí? – le pregunto con voz amenazante.

- Nada. ¿Acaso no puedo dar un paseo y conocer a mis ciudadanos?

- Por muchos paseos que des no me vas a poder conocer.

Me levanto del banco y vuelvo a la fiesta, ignorándola.

- Ryan, - dice, riéndose. – te pareces tanto a tu madre... para lo bueno y para lo malo.

- Deja en paz a mi madre, suficiente le hiciste ya a mi madre.

- Yo no le hice nada. – continúa hablando.

- Cierto, no le hiciste nada... - en ese momento exploto. Le golpeo en el hombro, haciendo que pierda el equilibrio y se caiga. Todo el mundo nos observa y forman un silencio sepulcral. - ¡Solamente la mataste!

- ¡Ryan! – grita Kirsten, que se asoma por un hueco que queda vacío. Yo la ignoro.

- Mucho he tenido que aguantar, pero ahora voy a soltar todo. Acabaré contigo, como pueda.

- Eres una caja de sorpresas, Ryan, no me esperaba eso de ti. – dirigiéndose a los MEKAs. – Cogedle.

- No lo vais a conseguir. – me dirijo hacia Ailann. Rápidamente saco el cuchillo de su funda. Antes de que me dispararan me pongo detrás de ella, con el cuchillo apoyado en su cuello. – Intentadlo, vamos, pero no caeré yo solo.

- ¿Te das cuenta de lo que vas a hacer? – me pregunta Ailann.

- Tú cállate. – y le aprieto el cuello con el cuchillo, pero sin causarle daño.

En ese momento oigo un disparo desde mis espaldas. Noto un dolor intenso en la pierna, como si un rayo hubiera impactado en ella. Caigo al suelo, derrotado por el chispazo de un rifle eléctrico.


MEKÁNIKAWhere stories live. Discover now