MEKÁNIKA

19. La Trampa

Una nube de humo invade el pasillo principal de la torre. Me tapo la nariz y la boca con parte de mi camiseta y llego hasta las escaleras. Supongo que Luke está en la planta de enfermería, así que me dirijo allí. Sorprendentemente, no hay fuego. Todavía hay una posibilidad de sacar a Luke vivo. Lo busco por todas las habitaciones. No me dejo ningún sitio donde buscar: detrás de puertas, bajo las mesas, en los recovecos y armarios... y sigo sin encontrarlo.

Finalmente oigo a Luke toser. Sigo los sonidos hasta llegar a la otra parte de la planta de medicina.

- ¡Luke! ¡Espera, voy a por ti! – cada vez que hablo me trago una bocanada de humo que me hace toser como un loco, incluso teniendo la boca tapada.

Luke sale de una de las salas cercanas a mí.

- Tenemos que salir de aquí. – le digo.

- No, espera. – me dice. – No hay peligro.

- ¡¿Cómo que no hay peligro?! ¡Vi las explosiones desde fuera!

- Mira. – Luke me conduce hasta la sala de donde había salido. En una pared de la sala, escondida entre los enchufes, se puede ver una bomba de gas expulsando humo sin parar. Al lado se encuentra un altavoz del tamaño de una mosca. Enseguida comprendo todo.

- Lo ha vuelto a hacer. – dice Luke.

Beth llevó a cabo la construcción de la Torre del Dragón, y mientras se edificaba, nadie de nosotros sabía qué estaba haciendo. Un error por nuestra parte, pero ahora es irreparable. El tema es que Beth nos ha vuelto a traicionar. Aunque no acabo de comprender del todo. MEKÁNIKA explotó a distancia las bombas de humo, y con el altavoz puso el sonido de una bomba, de manera que pareciese que era un ataque real. Pero todo esto... ¿para qué lo ha hecho? No ha provocado daños ni muertes.

- Sabía que no nos podíamos fiar del todo de ella. Volvamos abajo, antes de que nos asfixiemos. – le respondo a Luke.

Salimos de la planta de enfermería justo cuando las bombas de humo se desactivan. Ahora podemos ver mejor, pero no me quiero quedar más dentro de la torre. Igual que Beth ha provocado esto, también ha podido poner dinamita escondida.

Nada más salir a la calle comprendo el verdadero plan de MEKÁNIKA. Solo puedo ver cuerpos inertes rodeados de gente llorando, heridos y sin esperanza. Y no veo a Kirsten, ni viva ni muerta. No está.

- ¡Ryan! – me llama Liam. Está encantado de verme con vida, pero aun así puedo verle la tristeza en sus ojos.

- ¿Qué ha pasado? ¿Y Kirsten? ¿¡Dónde está!? – le pregunto.

- Se la han llevado. Unos MEKAs vinieron aquí y dispararon a todo lo que se movía. Algunos se refugiaron en la antigua guarida. Josh no tuvo tanta suerte como nosotros. Rei está con él. – lloriquea.

- Se han llevado a Kirsten... - murmuro. - ¿Y vosotros qué hicisteis? ¿Os fuisteis corriendo a refugiaros sabiendo que Kirsten no podía salvarse? ¿¡Dejasteis tirados a vuestra líder!? – me dirijo hacia él y le golpeo con fuerza en la cara. Cae al suelo, incapaz de hablar. La furia me puede.

- No pudimos hacer nada, Ryan. Entiéndelo. – Le empieza a sangrar la nariz debido a mi golpe. Me he pasado. Todo lo que ha ocurrido, lo que está ahora ocurriendo... está siendo demasiado para él... y para todos. Empatizándome con Liam, le ayudo a levantarse y le limpio la sangre.

- Tranquilo, te entiendo. Perdón por haberme pasado. Kirsten es la única persona que me importa en la vida. Es... es como si mi familia fuese ella. – rompo a llorar en medio de todos. Un enorme silencio, interrumpido por mis sollozos, inunda toda la Torre de Londres.

- Eh, Ryan – me susurra Luke. Levanto un poco la mirada y veo a todos, incluidos Liam y Luke, haciéndome el gesto de los rebeldes. El gesto que Kirsten me hizo antes de marchar a la misión en la que Beth nos engañó. – Estamos contigo.

Me seco las lágrimas y levanto lentamente.

- Entonces... ¿qué vamos a hacer ahora, Ryan? – me pregunta un hombre. Está arrodillado frente a un niño empapado de sangre. Su hijo. – eso es la gota que colma el vaso. Con gran valentía y fuerza de voluntad me limito a decir:

- Vamos a contraatacar. Iremos a la Torre Negra y eliminaremos a Ailann.