5. Escape

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Despierto de un sueño del que creía que no iba a escapar. Me encuentro en una habitación pequeña, tumbado en una cama cutre pero blanda. Miro a mi alrededor: estaba encarcelado. Unas barras de acero pintado azul oscuro me separan a mí del exterior, aunque no sé dónde estoy exactamente. Intento mirar a través de las barras, pero recibo un chispazo de éstas. Cuando observo las barras con atención descubro que son en realidad un flujo de electricidad que discurre por un tubo transparente y conductor de electricidad.

- No vas a escapar de ahí, renacuajo. – dice una voz. Puedo ver, apoyado en la pared de fuera, junto a las barras, a un MEKA jugueteando con las llaves de mi celda. Ahora sí sé dónde estoy: Ailann me ha traído hasta la Torre Negra y me ha encerrado.

Encima de la cama hay una ventana pequeña con barrotes, pero éstos no están electrificados. Miro por la ventanilla para ver el exterior. Puedo ver todo Londres desde unas alturas vertiginosas. Estoy en la parte alta de la torre, cerca del despacho de la presidenta.

- Por mucho que lo intentes no vas a poder escapar. – insiste el MEKA, que no me está vigilando, pero sabe perfectamente qué hago.

En ese momento se me ocurre una idea. Meto la mano en el bolsillo, y encuentro el clip que Kirsten me dio. Intento deformarlo y hacer una bola con él. Descubro un ordenador en frente de los barrotes. Ese es el controlador de las habitaciones. Si consigo darle a un botón rojo que ocupa casi media pantalla, éste desactivaría los barrotes y podría escapar y enfrentarme al MEKA. Con el clip, apunto cuidadosamente al botón rojo y lo lanzo. Justo en el blanco. La electricidad deja de discurrir por los tubos, y éstos ascienden y se cuelan en el interior del techo. Antes de que el MEKA pueda reaccionar, le robo su pistola, y sin pensármelo dos veces, le disparo en el casco, matándolo al instante.

Lentamente voy avanzando por los largos y curvos pasillos de la Torre Negra. Me estoy dando cuenta ahora de que la tecnología de MEKÁNIKA supera cualquier conocimiento que sabía sobre energía y edificación. El edificio es una gran obra maestra: vista desde fuera, se observan salientes de acero que dan la sensación de que el edificio aumenta cada vez más su tamaño, y tubos azules que brillan cuando discurre un líquido por el interior; desde dentro del edificio, conductos que mueven la electricidad de un lugar para otro, puertas automáticas, paredes con puertas ocultas... Los pasillos del interior forman un pequeño laberinto. Es extraño que no haya visto ningún MEKA por el camino, y tampoco se oyen ni se ven indicios de que me estén siguiendo. Parece como si todo el edificio estuviera desierto...

Justo en ese momento, un MEKA cruza una puerta delante de mí. Desafortunadamente, me ve. Me empieza a perseguir mientras me apunta con su arma. Yo intento despistarle por los pasillos que he recorrido, incluso me meto por zonas que no he visto. Alcanzo a ver al final de un pasillo un ascensor. El MEKA me sigue desde atrás, y sin apuntar, empieza a disparar hacia mi dirección. Puedo esquivar todos los disparos y llego al ascensor. La puerta se abre automáticamente. Entro y la puerta se cierra justo antes de que el MEKA entre. En el ascensor hay sesenta y siete botones que te llevan desde la planta baja hasta el ático. Pulso el botón de la planta 0 y me relajo dentro del ascensor.

A mitad de camino, el ascensor se abre y dos MEKAs se quedan en la puerta, pensando que qué estaría haciendo ahí. Como un acto reflejo, les disparo con el arma a los dos. Uno cae, pero el otro queda herido, y comienza a seguirme por toda la planta. Desde detrás oigo los gritos que me dicen que pare de correr, pero los ignoro e intento prestar atención a mi alrededor. En un cruce de pasillos me cubro con una pared y espero a que el MEKA llegue hasta ahí. Nada más verlo asomar, aprieto el gatillo del arma. Le doy en el brazo, y aún me sigue, pero dolorido y cansado. Continúo por el pasillo hasta que llego a una puerta que pone "Mantenimiento". Está abierta, así que entro y me escondo ahí. Dentro de la habitación hay un botón para bloquear la puerta, así que pulso el botón y la puerta se cierra, impidiendo el paso al MEKA.

La habitación está oscura, solo se ve algún destello de luz azul cuando la electricidad pasa por los tubos transparentes, como los de la prisión en la que estaba antes, solo que éstos no dan corriente. Los destellos crean infinidad de siluetas de tubos y de cables que están dispersos por la sala. Un botón con una luz naranja enciende las luces situadas en el techo. Dentro de la habitación se puede observar los tubos de electricidad y los paneles de mantenimiento de la electricidad. He encontrado la fuente energética del edificio.

Abro la puerta de nuevo para escapar. Esta vez no hay nadie esperándome afuera. Rápidamente y sin hacer ruido puedo llegar hasta el ascensor, donde veo la planta en la que estoy. Ya sé que la sala de mantenimiento principal de la Torre Negra está en la planta 29. Puede que me haga falta saberlo para alguna ocasión. Pulso el botón de la planta baja y llego hasta la sala más grande de la Torre Negra. Esta zona es diferente. El ascensor da a una gran sala con luz artificial. Toda la sala brilla al golpear la luz con el acero. Dos fuentes centrales decoran y animan el ambiente con el sonido del agua discurriendo. Tampoco hay nadie. La puerta está justo en frente, así que sin pensármelo dos veces escapo de la Torre Negra y me dirijo hacia las calles de Londres.


MEKÁNIKAWhere stories live. Discover now