MEKÁNIKA

22. Vuelta a casa

Un gran silencio invade Londres. Solo se escucha el fuego comiéndose las grandes casas de madera. Las luces del crepúsculo iluminan ahora lo que queda de la Torre Negra y del caballo. Es el escenario que ha puesto fin a MEKÁNIKA y a Ailann. Y hablando de eso... No sé qué habrá sido de ella, pero poco me preocupa ahora. No tiene nada: ni poder, ni gente que la apoye. Pero de todas formas se llevará a cabo una búsqueda, quién sabe si pudo escapar a tiempo o no.

Todos los que están en la plaza me miran, unos con tristeza, otros con aire victorioso. He salvado Londres, y con él a todos los ciudadanos que viven aquí. Entre la multitud veo a Kirsten, que está de pie con la ayuda de Luke. Sin pensárselo dos veces se suelta y viene cojeando a por mí. Me abraza y me besa en medio de la plaza, lo cual hace que me sonroje.

- ¿Quién decía que no ibas a ser un buen líder? – dice.

- ¿Alguien se ha preguntado eso alguna vez? – respondo. Vuelvo a besarla, esta vez con más fuerza.

Nadie de alrededor me vitorea ni dice nada. Aún siguen estupefactos y temerosos, pero ya se les pasará. Tras un largo silencio en el que Kirsten y yo nos miramos como si no hubiera un mañana, la gente empieza a preguntarse si esto es un sueño o no, y algunos vuelven a la realidad llenos de euforia. Nos saludan, nos dan las gracias, lloran a nuestros pies y otros simplemente nos abrazan y nos dan la mano.

Volvemos a nuestras respectivas casas. Vuelvo a la soledad del hogar lleno de recuerdos que ahora empiezan a borrarse. MEKÁNIKA empieza a ser un espejismo, y no sé si pensar si todo esto ha sido real o si ha sido una mala pasada de mi mente.

Las primeras luces del día nos indican que ya es hora de pasar página, de volver a la vida cotidiana, sin luchar ni organizar ningún ataque. Es hora de que Kirsten y yo volvamos a estar juntos, como cuando Helen murió, solo que ya no está esa tristeza. Ahora solo es alegría, felicidad y amor. Sin embargo, esos recuerdos siempre estarán presentes. Helen, mi madre, la rebelión, Ailann, Beth... todo da vueltas en mi cabeza. La tensión de ayer hace que no sea capaz de ordenar los acontecimientos. Se pierden en mi mente y vuelven a aparecer, intermitentes.

Hoy me he decantado por pasear con Kirsten a las orillas del Támesis. Durante el camino pasamos por las puertas de la Torre del Dragón. Veo a Luke ayudando a los rebeldes. El incendio llegó hasta aquí y calcinó los jardines hasta dejarlos completamente oscuros. Sin embargo, es la Torre del Dragón la que da luz a todo, la que ilumina la mente de los rebeldes, la que aún mantiene ese espíritu. Y es que la Torre del Dragón está construida en los cimientos de la Torre Blanca. El lugar sigue enseñándonos recuerdos, los cuales quiero intentar olvidar. Pero sé que no va a ser así.