Poco a poco me adentro más en el mercado y voy perdiendo de vista a Kirsten. A estas horas de la mañana está lleno de gente, y es sábado. El mercado nunca cierra, todos los días está abierto, por eso frecuentemente se quedan sin existencias y tienes que esperar al día siguiente, o a la semana siguiente, y si tienes mala suerte, ese producto no llega hasta después de un mes, aunque eso solo ocurre con los electrodomésticos, con las televisiones o con los ordenadores. Otra cosa que no me gusta es el coste de los objetos. MEKÁNIKA ha subido excesivamente todos los precios, y por medio kilo de carne tienes que pagar casi veinticinco libras. Es por esta razón por la que mucha gente no puede permitirse una televisión, y mucho menos un ordenador. Pero que yo sepa todo el mundo tiene una televisión en su casa. Cuando "MEKA" anuncia algo importante todo el mundo tiene que ver el mensaje. Frecuentemente, esos mensajes son reuniones, y quien no vaya se sabrá que no habrá visto el mensaje, y se le encarcelará. La vida es muy dura en estos tiempos.
Mientras voy caminando hacia la frutería, unos agentes MEKA pasan corriendo. No se paran por nada, y van empujando a la gente allá por donde pasan. Algo ha ocurrido. En ese momento pienso en Kirsten. Seguro que se la han llevado.
- ¡Ayuda, por favor! – grita alguien. El grito se oye por todo el mercado. Esa persona no para de gritar, y con sus gritos intento buscar quién emite tales ruidos.
Llego a la plaza del mercado, donde hay un chico, casi de mi edad, tumbado en el suelo, el cual tiene dos MEKAs al lado.
- ¡Ayuda! – sigue gritando a plena voz. La gente forma un bulto por el cual no puedo ver qué ocurre, solo algunas veces que la gente se quita puedo ver lo que sucede. - ¡Yo no he hecho nada, soltadme por favor! – solloza. Finalmente empujo a la gente que tengo delante y llego al centro de todo, donde están los MEKAs y el chico.
- ¿Qué pasa? – digo yo, muy asustado y esperando la reacción de los MEKAs.
- Lárgate pequeño. – me contesta un MEKA. Tiene una raya roja en el casco. – No es asunto tuyo.
- Quiero saber qué pasa. – insisto.
- ¡No te metas en asuntos ajenos! ¿Lo entiendes o no? – vuelve a responder, me empuja y me tira al suelo. – Nadie se mete con nosotros. - Mientras, el otro MEKA que se encarga del chico le apunta con su rifle eléctrico, con la intención de dispararle. Estando tumbado, cojo una piedra que tengo a mi lado y se la lanzo al casco, lo suficientemente fuerte como para que falle el tiro.
- ¡Serás insensato! – grita. Me apunta a mí con el rifle y justo antes de disparar, el chico se tira encima suya, tirándolo al suelo y rompiéndole el casco, dejándolo inconsciente. El MEKA con la raya roja en el casco golpea al joven y lo vuelve a tirar al suelo, con un moratón en el brazo, justo donde le ha dado. Intentando distraer un poco, golpeo la pierna del MEKA, y se cae de espaldas.
- ¡Vamos, corre! – le grito al chaval. Nos levantamos rápidamente y huimos, saliendo del mercado. La gente nos mira estupefacta e impresionada por aquel espectáculo, pero nadie se mueve para ayudarnos. Todos están llenos de miedo, y no quieren actuar para no ser ajusticiados por MEKÁNIKA. Al salir del mercado, me acuerdo de Kirsten.
- Espera, tengo que ir a por una amiga. – le digo al chico.
- ¡¿Estás loco?! Los MEKAs nos buscan, y como nos pillen nos matarán. – me contesta. Dudo un momento, y decido dejarla sola en el mercado. Es la hija de una MEKA, no creo que le vayan a hacer nada.
- Está bien, luego la buscamos.
Al salir del mercado cruzamos "Westminster Bridge" y nos escondemos por aquella zona.
- Uf... - suspira el chico. – gracias por ayudarme, pensaba que iba a morir. Soy Colin.
- De nada. Yo me llamo Ryan.
- Encantado de conocerte, y vuelvo a darte las gracias. – insiste Colin.
- ¿Qué es lo que había pasado? – le pregunto por curiosidad.
- Los MEKAs son muy exagerados, con nada que le digas ya se ponen como unas furias. Solo le pregunté por la tienda de mecánica porque llevaba mucho tiempo buscándola. Quería comprar unos tornillos para reparar un armario de mi casa. Me entendió mal, seguro, pero nadie puede dialogar con ellos. Además de testarudos, exagerados y brutos, son muy violentos. – en ese momento comprendo el equívoco de los MEKAs, y me echo a reír. Aunque sea una tontería, ellos se toman muy en serio todo. "Decir" que MEKÁNIKA tiene una tienda es como si subestimases su poder... Bobadas, pero son así.
- Y algo tontos...
Seguimos hablando un rato, luego volvemos al mercado, sin llamar la atención. Yo compro lo que necesito, y Colin compra al final sus tornillos (finalmente encontramos la tienda de mecánica). Luego voy en busca de Kirsten. Ella ya ha comprado y me está esperando sentada en el banco conde hemos quedado.
- Ven, Colin, rápido. – le digo, y nos dirigimos hacia Kirsten.
- ¡Ryan! – exclama.
- ¡Ssh! – decimos Colin y yo al unísono. – Ven sin hacer ruido. – digo.
- ¿Qué ocurre? – pregunta confusa. Ella sabe que ha ocurrido algo nada más ver mi cara preocupada, seria y atenta a todo. Después no pregunta nada más hasta salir del mercado. - ¿Alguien me puede decir qué pasa?
- Casi nos matan, a Colin y a mí. – le digo. Le presenté a Colin (aunque ella ya lo conoce de antes, no sé de qué) y le explico detalladamente lo que ha ocurrido.
Durante el camino de vuelta, las nubes han ido tapando lentamente el sol, y ahora está nublado. Acompañamos a Colin hasta su casa, en Abbey Orchard Street, cerca del antiguo café Starbucks (es raro que no lo hubieran quitado tiempo atrás). Después de dejar a Colin, Kirsten y yo nos vamos juntos hacia nuestras casas. Los dos vamos en silencio, y ninguno de los dos saca el tema de la huida del mercado. Finalmente, Kirsten rompe el silencio.
- Ryan... - me dice seriamente. – Tengo que decirte una cosa. Creo que ya estás preparado.
- ¿Preparado para qué? – pregunto. La curiosidad me invade y quiero hacerle miles de preguntas, pero permanezco callado y atento.
- Reúnete conmigo mañana por la mañana en mi casa. Mi madre te contará todo lo que está sucediendo. Además, eres la única persona que conozco que odia tanto a MEKÁNIKA. Mañana nos vemos. – Y se despide de mí con un beso. Ella nunca me ha dado un beso. En ese momento me quedo anonadado, mirando al infinito, pero aun así seguimos andando, hasta que llegamos al final a mi casa. – Adiós, Ryan.
- Ad... adiós, Kirsten. – contesto.
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MEKÁNIKA
Science-FictionSiglo XXIII: Londres es una ciudad hundida en la miseria que provocó la Tercera Guerra Mundial. Enfermedades, revueltas, anarquía... En esta situación aparece MEKÁNIKA, una corporación dispuesta a convertir Londres en la próspera capital que antes e...