Se hace tarde. Estoy cansado y me gustaría volver a casa. Sé que aquí estoy seguro, pero esto no lo considero como un hogar, así que decido ir a buscar a Kirsten y despedirme de ella. También me despido de Colin, y ya solo me falta Helen. No sé dónde está, y este sitio no tiene muchos recovecos donde buscar. Tras estar un cuarto de hora buscándola decido irme. Ya hablaré mañana con ella. Además, seguro que está con Beth solucionando problemas y dirigiendo a los rebeldes.
Subo las escaleras del refugio y salgo a los jardines de la Torre de Londres. Esta mañana vi un recinto amurallado extraño. Por curiosidad, me acerco a él a inspeccionar. Puedo escuchar una voz que sale desde dentro del recinto. Es una voz femenina melancólica y triste. Abro la puerta y veo a Helen, arrodillada y sollozando delante de unas piedras horizontales planas. No descubre mi presencia hasta que cierro la puerta que tengo detrás. Poco a poco me acerco a ella, y cuando estoy cerca intento calmarla, aunque sin saber el motivo por el que se encuentra así. De todas maneras, me limito a quedarme en silencio, escuchando los llantos de Helen. En la piedra del suelo puedo leer dos nombres: Wade y Anne.
- Son mis padres. – dice Helen, que me ha visto leyendo los nombres.
- ¿Qué les pasó? – no es buena idea preguntar por algo por lo que está sufriendo, pero no quiero quedarme callado e ignorarla.
- Ella los mató. Su ansia de poder gobernar Londres le cambió. – su tono va cambiando de tristeza a rabia. Evidentemente se refiere a Ailann. Ha habido muchas personas que han gobernado Londres, todas ellas diferentes. Pero por su tono de voz se sabe que ese, o mejor dicho, "esa" gobernadora le ha causado muchos problemas, y no hay nadie más que Helen odie tanto como a ella. Me doy cuenta de que antes pensaba que yo era la persona que más deseaba borrar a MEKÁNIKA del mapa, pero ahora veo que no es así.
- ¿Qué fue lo que ocurrió?
- Cuando se fundó MEKÁNIKA, Londres estaba pasando por la peor época que había tenido en toda la historia. La guerra que hubo en Europa dejó a millones de personas sin comida ni hogar. Londres fue la ciudad más afectada. Lanzaron bombas solares, una nueva arma que fundía todo con su onda expansiva. Muchos edificios quedaron calcinados, miles de cuerpos literalmente convertidos en piedra llameante. Mi padre me contaba esto de pequeña. Por desgracia, él tuvo que pasar esa guerra, pero sobrevivió, como mi madre. En esa época tenían diez años. Se refugiaron en el único edificio que no sufrió daños: el palacio de Westminster. El ministro de Londres ordenó el uso de unos nuevos campos electromagnéticos que eran capaces de soportar las temperaturas de esas bombas. – escucho atentamente la historia de los padres de Helen sentado a su lado e imaginándome aquel infierno que tuvieron que soportar. Soy yo, con dieciséis años, y me cuesta soportar a Ailann. Eso tuvo que ser peor, y más aún cuando ellos tenían diez años. – La posguerra fue la parte más dura. No había comida, y si había no era suficiente para abastecer la ciudad completa. Todos se morían de hambre. Mi madre sufrió una grave crisis de ansiedad y desnutrición. Mi padre estuvo deshidratado durante meses.
Tras varios años de posguerra, un grupo de personas fabricó, con los materiales descompuestos de edificios, un gran caballo metálico de color gris oscuro y azul. Se puso como estatua en el centro de una antigua plaza. Para ellos, eso suponía un rayo de esperanza. Ese caballo indicaba que, después de la destrucción, podía haber vida. En torno a ese caballo se creó MEKÁNIKA.
Y ya no hay mucho que contar. En pocos meses se reconstruyó Londres y empezaron a edificar el nuevo centro de gobierno: la Torre Negra. Durante ese tiempo, mis padres me tuvieron y me criaron. Ailann era mayor que yo, y consiguió entrar en MEKÁNIKA hace poco tiempo, relativamente. Empezó a imponer normas estrictas y mis padres fueron a hablar con ella, a quejarse de cómo trataba a la población. Fueron fusilados, como tu madre. En ese momento yo tenía veinte años, y fue cuando me surgió la idea de crear esta rebelión. Lo demás ya lo conoces. – toda la historia ha servido para calmar a Helen y para que descargue su rabia. Ahora está más tranquila. Ahora que la veo empiezo a quererla, incluso empiezo a pensar que es mi madre. Necesito alguna figura materna, no quiero meterme en un asunto de tanta complejidad sin nadie que me quiera. Por supuesto, no dejo de lado a mi verdadera madre. Helen y Kirsten son como mi segunda familia. Abrazo a Helen y ella comprende lo que quiero decir. Para confirmarme que lo ha entendido, ella me abraza también.
- Tuvo que ser muy fuerte ver a tus padres morir. – comento, intentando seguir con la conversación, pero sin hacer daño a Helen.
- Tú también viste a tu madre morir, y eras más pequeño que yo en ese momento.
- Por eso los dos tenemos las mismas ganas de acabar con Ailann. – ahora que lo pienso es verdad. Es otra de las cosas que tenemos en común.
- Para mí es más difícil de lo que crees. – dice.
- ¿Por qué?
- Porque Ailann es mi hermana.

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MEKÁNIKA
Ciencia FicciónSiglo XXIII: Londres es una ciudad hundida en la miseria que provocó la Tercera Guerra Mundial. Enfermedades, revueltas, anarquía... En esta situación aparece MEKÁNIKA, una corporación dispuesta a convertir Londres en la próspera capital que antes e...