8. Primer día

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- La gente ya empezaba a ponerse nerviosa. Por suerte, Helen te ha convencido. Todo este plan lo sabíamos desde un principio. – dice. La mujer parece amable y simpática, pero cuando le miro a los ojos, veo unos ojos vengativos y brillantes que me impiden mirar a cualquier otro lado. – ¡Ah! Perdón, no me he presentado. Soy Beth, la secretaria de la Torre de Londres. También colaboro con la rebelión. – permanece en silencio unos segundos, y después continúa. – Y hablando de eso... Los rebeldes quieren que tú seas el líder, quieren descender a Helen. Te quieren a ti. – los dos permanecemos en silencio.

- ¿Helen sabe eso? – le pregunto.

- Es ella la primera que lo quiere. – estoy muy tenso. No sé qué decir. Es una auténtica locura, pero empiezo a ver un rayo de esperanza en todo esto. – Bueno, piénsatelo un poco, no te quiero estresar el primer día. Y ahora vamos a otro tema. No pretendo ser pesada el primer día, pero ahora, como ya sabes, formas parte de la rebelión. Estamos llevando a cabo una misión contra MEKÁNIKA. Queremos detener todos los fusilamientos y liberar a los presos.

- Y quieres que yo ayude.

- Queremos que te infiltres en un fusilamiento y que acabes con los MEKAs que haya cerca. Además de evitar la muerte de algunos ciudadanos, puedes conseguir un traje MEKA.

- ¿Y qué quiero hacer yo con un traje? Helen ya tiene uno.

- Te va a hacer falta más adelante. – Beth es tan misteriosa como Kirsten, y dudo que no sean de la familia.

- Pero no sé luchar ni defenderme.

- No me vengas con tonterías, has escapado de la Torre Negra, cosa que muy pocos han logrado.

- Pero...

- De todas formas, tienes un enorme centro de entrenamiento en la segunda planta. Puedes practicar ahí. Tienes acceso a todas las salas de la Torre de Londres.

- Gracias... - le respondo. Aun así, me gustaría quejarme, pero ella me lo impide.

- Por último, y no menos importante, deberías conocer un poco toda esta zona. – la puerta de la sala se abre y entra Colin. – Colin te acompañará y te enseñará las principales áreas de la guarida. - ¿Ahora Colin también forma parte de los rebeldes?

- ¡Hola Ryan! – me saluda Colin. – Venga, vamos. – me despido de Beth y me dirijo hacia Colin, cuando Beth me llama. Se pone la mano derecha abierta en el pecho, y después la levanta al aire. La puerta se cierra a continuación.

- ¿Qué era eso? - pregunto.

- ¿El qué?

- El gesto de Beth.

- ¡Ah! Es el saludo que se hace entre los rebeldes. Es un signo de fuerza y valentía. Es difícil de explicar, pero... Es como un símbolo de empatía con todos, de que estás unido a ellos, pero que también transmite fuerza. – intento entenderle, aunque sin dar mucho resultado.

- Tus padres me hicieron ese saludo el otro día.

- Porque todos sabíamos que ibas a ir a por Ailann. Sabemos por lo que has pasado, pero nadie se puede rendir, ni siquiera tú. MEKÁNIKA ha provocado miedo, pero nada debe echarnos atrás. Por eso te hicieron ese saludo. Un gesto para darte fuerza. – No, no lo he entendido, pero no quiero que lo repita, voy a acabar peor.

Durante toda la mañana, Colin me lleva por todas las salas del refugio de la rebelión. Me presenta a algunas personas que estaban deseando conocerme, nos tomamos un pequeño tentempié en el bar y observamos un poco toda la zona de entrenamiento. También me lleva a hacerme el "tatuaje" que Helen llevaba. Es la llave para entrar aquí, es necesaria. Cogen una placa de hierro brillante y me la colocan cerca de la muñeca. Al pulsar un botón, la placa empieza a calentarse hasta soltar un flash como el de las cámaras. Justo en ese momento noto una aguja ardiendo entrando en mi piel. Al cabo de unos segundos, la marca aparece.

- Tranquilo, apenas se ve. – me dice el chico que me la ha puesto. – Es más visible con la luz blanca, como la que tenemos en la entrada. Pero no hay muchas luces de esa potencia por aquí.

Al mediodía quedamos con Kirsten para comer. El comedor siempre está muy concurrido, y a no ser que llegues pronto, no tendrás sitio. Eso es justo lo que nos ha pasado. Decidimos comer en una plataforma que hay cerca de la puerta principal. Es una elevación de suelo que se suele utilizar para algunos eventos, según me dice Kirsten.

- Ahora no se usa mucho, así que podemos quedarnos aquí.

Mientras comemos, Kirsten me pregunta:

- ¿Qué tal el primer día aquí? Seguro que no te esperabas tanto alboroto.

- Todavía sigo un poco... anonadado. No pensaba que vosotras estuvierais metidas en la rebelión. He oído hablar de ella de vez en cuando, pero ni siquiera se me había ocurrido la idea de que tu madre fuera la líder. Incluso pensaba que era una MEKA de verdad.

- Antes sí lo era, pero cambió. Aun después de haber formado todo esto con tu madre, sigue preocupada por algo relacionado con MEKÁNIKA, pero no quiere decírselo a nadie, ni a mí. – comenta Kirsten. Después, nadie dice nada más.

- Voy un momento al baño. – dice Colin, que ha terminado de comer. – Esperadme aquí.

Cuando Colin se va nos quedamos los dos en silencio, esperando que alguien diga algo. Nadie habla. Cada vez que veo a Kirsten, ella huye de mi mirada. Se pone nerviosa y algo tensa. Finalmente decido romper el silencio, imaginándome lo que ella quiere oír.

- Kirsten... quería preguntarte... ¿Tú... me quieres? – permanece un rato en silencio. Después se ríe.

- ¿Has tardado tanto para preguntármelo? – dice. – Como con lo de la rebelión. – me estoy sonrojando, y cada vez empiezo a ponerme más nervioso. Para calmarme me da un beso en la mejilla – Resuelve esto tu pregunta, ¿verdad?

Helen aparece saliendo del comedor y le dice a Kirsten que vaya con ella. Se despide de mí y se va.

MEKÁNIKAWhere stories live. Discover now