De lentes y manos frías.

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***Esto es definitivamente el one shot más largo que he escrito. Les recomiendo leerlo con tiempo y todo de una vez.  

 Últimamente me han salido a flote inseguridades que pensé se habían ido hace mucho tiempo. Empiezo a sospechar que no estoy tan bien como pretendo hacerle creer al mundo.

En fin, Gracias por estar aquí y tomarse el tiempo para leer lo que me sale de los sueños ***




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Los estudios nunca fueron mi fuerte. Y aunque ahora lamento no haberle puesto más empeño a los estudio es mi época académica, no me quejo. Soy fuerte y he sabido aprovechar esa característica.

Mi trabajo es bastante bueno, empecé como repartidor de cargas de todo tipo. Ahora soy dueño de mi propia compañía, donde despachamos desde artículos de oficina hasta maquinaria pesada. He conocido a personas de cada industria, de cada rama del comercio y he aprendido unas cuantas cosas en el camino. Creo que esa es la razón de porqué sigo entregando varios pedidos yo mismo, a pesar de tener un centenar de personas a mi cargo.

Mis entregas favoritas son las que se despachan a un laboratorio de BioTecnología. Por un lado, porque me apasiona entender esos avances, todas esas aplicaciones en cuanto a salud, beneficiosas para todo el mundo, es increíble. No puedo creer lo geniales que son esos cerebritos... Pero la mayor parte de mi fascinación se debe a esa criatura morena, de bata blanca y lentes negros de ancho marco, tras los cuales se esconden los ojos más hermosos que he visto jamás, unos ojos negros que siempre están demasiado concentrados en algún microscopio o algunos tubitos de colores... unos ojos que nunca se fijan en mi.

Llevo tres años entregando insumos al laboratorio y jamás he hablado con él. Obviamente hay alguien especialmente encargado de recepcionar los pedidos, pero de todas maneras aprovecho cada oportunidad para mirarlo trabajar. Jamás me quejo cuando algo anda mal y se demoran en recibir sus pedidos, porque entonces aprovecho de observar con la dedicación y pasión con la que trabaja Mitch Grassi. En realidad no sé en qué área trabaja específicamente, pero hay algo en la forma en que brillan sus ojos cuando toma esas pequeñísimas muestras que me encanta. Esos ojos oscuros sostienen tanta pasión, tanta vehemencia que no puedo apartar mi mirada de su rostro. No estoy diciendo que el resto de su cuerpo no sea también infinitamente hermoso. Maldita sea! parezco un chiquillo enamorado. Sé que no tiene mucho sentido sentirme de esta forma cuando nunca he hablado con él y más aún cuando jamás lo he visto mirarme. Seguramente ni siquiera sabe que existo y yo solo he logrado robarle éstas miradas fugaces durante tres largos años.

Bastante ridículo para un exitoso empresario de 28 años, no?

No es que haya vivido célibe todo este tiempo, pero por alguna razón no puedo sacarlo de mi mente. Tampoco es que sea muy fan de las relaciones, para alguien al que le han roto el corazón en mil pedazos soy bastante cuidadoso, pero sinceramente me imagino llevándolo a una cita. Sosteniendo la puerta para él, cenando mientras reímos, mientras me cuenta qué misterios se esconden tras esos ojos tan profundos. Aprendiendo qué lo hace sonrojar, mientras sus ojos por fin se encuentren con los míos.

Lamentablemente, lo cierto es que soy demasiado cobarde para hablarle sin tener alguna excusa, incluso si la tuviera, no creo que logre hacerlo.

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Pensé que era un reparto normal, cuando toqué el timbre del laboratorio, pero no estaba preparado para encontrar sus ojos tan cerca, mirando directo dentro de los míos, dejándome absorto, petrificado en la puerta.

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