Prioridades (París 2)

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Scott estuvo paseando de un lado a otro por horas, chequeando la hora en el reloj cada dos minutos, recordándose que no debía ir al aeropuerto porque Candice iba a llevar a Mitch a su casa. De todas formas sabía perfectamente a la hora que aterrizaría el avión y estaba contando los segundos para que su Mitch entrara por la puerta.

Cuando sintió ruido afuera, tuvo que respirar profundo y controlarse, le sudaban las palmas y no podía para de pasarse las manos por el cabello.

Mitch se despidió de su amiga y arrastró su colosal maleta, llena de ropa nueva, hasta la entrada de su casa. Apenas alcanzó a entrar antes de que su espalda estaba siendo presionada contra una pared... más bien, contra el montón de abrigos y chaquetas que colgaban de las perchas en la entrada. Se sorprendió, pero al instante reconoció el calor del tacto, y luego, la suavidad de unos labios en los suyos. Scott había cerrado la puerta con su codo y luego, puesto sus manos a ambos lados de la cabeza de Mitch, para asegurarse de que no tenía a dónde escapar mientras lo besaba tiernamente. Ni siquiera se trataba de un beso sexual, por ahora. Era un beso de bienvenida, un beso suave, en donde le decía lo mucho que le había hecho falta durante toda esa semana.

El beso se interrumpió por las manos de Mitch empujando el pecho de Scott. Cuando levantó su rostro, se quedó muy cerca y habló en un susurro, para no interrumpir la calma que significaba volver a tener a Mitch ahí con él.

−Bienvenido a casa.

−Es un lindo recibimiento ¿Cómo estás?

−Bien... ahora, mucho mejor− Sonrió con esa sonrisa que derrite a todo ser viviente, Mitch incluido.

Solo se miraron por unos minutos, teniendo conversaciones con la mirada. Mitch estaba extraño, Scott podía sentirlo. Aun si no decía nada, lo conocía demasiado bien y algo en sus ojos le enviaba señales de alerta.

−¿Todo bien con el viaje?− Preguntó al rato, buscando la razón de esa mirada en Mitch. Y, por supuesto, Mitch leyó la preocupación en la voz del rubio, se apuró en contestar.

−Sí, claro! Todo estuvo genial, muchas pasarelas, mucho vino... lo usual...

−Y muchos chicos...

No era una pregunta y Mitch se sintió extrañamente ofendido. Lo que no tenía mucha lógica, porque efectivamente sí hubieron algunos chicos, no muchos, no todos lo que había planeado, porque el recuerdo de esos ojos azules no le permitieron relajarse como había esperado. Fue la forma en que lo dijo lo que molestó a Mitch, luchó por no mostrar en su expresión su sentir, más aun cuando la molestia fue reemplazada por algo muy parecido a la tristeza. Tuvo que contenerse para no decir en voz alta lo que estaba pensando, para no recriminarle a Scott el cómo podía decir tan solemnemente que lo había extrañado tanto, si todo el mundo había visto como estuvo toda la semana de fiesta en fiesta, seguramente revolcándose con alguien diferente cada noche. No debía.

−Tú me conoces, Girl− Dijo, esperando que sonara relajado, no quería admitir que no había encontrado a nadie que realmente lograra sacarle a Scott de la cabeza. De todas maneras, algo había cambiado en su tono y Scott podía ver directamente a través de sus actuación. Finalmente preguntó justamente lo que no quería saber –Y tú... ¿Te la pasaste bien?

Ya sabía la respuesta, por supuesto que lo había pasado bien... sin él.

−mhmm− dijo, con un sonido afirmativo –Las chicas te mandan saludos.

Ni siquiera preguntó quienes, sabía que había pasado los pasados dos días con Nicole y Esther... y Shawn.

Las manos de Scott encontraron el camino a sus caderas, donde Mitch seguía presionando ante esa pared acolchonada por ropa. No pudo mantener el contacto visual, porque junto con la realización de sus celos, vino la vergüenza. No tiene derecho de sentirse celoso y aún así sus palabras brotaron de sus labios sin permiso.

−Que bueno... que.. qque te divertiste− Y era demasiado obvio lo incómodo que estaba, sonrojado y mirando al piso. Se maldijo por su estúpida bocota.

−No es lo mismo sin ti− Dijo Scott, sin titubear, como si lo dijera en serio. No bastaba esforzarse para saber lo que estaba pasando por la cabeza de Mitch, aunque no iba a confesar que la razón de haber estado metido en una fiesta tras otra por toda una semana, era justamente distraerse de la ausencia de Mitch y lo mal que se sentía estar en casa si él no estaba ahí para hacerle compañía. Entonces puso dos dedos debajo de la barbilla de Mitch, para subir su rostro y poder mirarlo a los ojos –Es en serio, Mitch. Me estaba volviendo loco sin ti.

La forma en que dijo esto sin apartar su mirada de la de Mitch, le hizo en nudo extraño en el estómago.

−Scc..Scott

Antes de que pudiera formular algo más elaborado, Scott lo estaba besando y esta vez no era suave ni inocente. Era un beso de verdad, de esos que te dejan sin aliento y sin pensamientos coherentes. Mitch se permitió dejar todas esas imágenes fuera de su mente, esas imágenes en donde él estaba e otro continente y Scott besaba de esa misma forma a otras personas, y donde no podía expresar la gran cantidad de reacciones que le provocaba la sola idea. Porque son amigos, porque no son exclusivos...

−Me estaba volviendo loco sin tus besos− Dijo una vez que sus labios empezaron a bajar por la curva de su cuello –Sin tu olor... sin tu voz.

Y como para probarlo, un suspiro sincero y sensual salió de los labios de Mitch. Esas caricias fueron suficiente para que la mente de Mitch se apagara y se dedicara a disfrutar.

Cuando Scott enganchó sus manos bajo sus rodillas, los brazos de Mitch fueron a sujetar su cuello, preparado para enredar sus piernas alrededor de la cintura de Scott. Se estaban besando de nuevo, pero las cosas se habían calentado bastante más.

Las manos de Scott sujetaban a Mitch por el trasero, deliberadamente apretando sus nalgas y acariciándolo por encima de la ropa. Mientras tanto, Mitch gemía en su boca y dejaba sus manos explorar, primero su cabello, tirando las hebras rubias, luego sus mejillas, su cuello, sus hombros fuertes, su pecho firme... Se movían en sincronía, frotándose contra el otro por instinto y costumbre.

Luego de un rato, el cuello de Mitch estaba adornado por una colección de marcas de dientes, la camiseta caía por su hombro y sus pantalones estaban desabrochados. El rubio tampoco se había librado intacto, su camisa estaba completamente abierta y seguramente mañana aún podría ver las marcas de las uñas de Mitch en sus pectorales.

Para el momento que Scott bajó a Mitch de su cuerpo, para por fin liberarlo de esa ropa que se interponía entre su piel y sus propósitos, el chico estaba dentro de un charco de sacos y chaquetas desparramadas a sus pies. Rieron un segundo, antes de que Scott lo ayudara a salir del montón de ropa, para finalmente tomar su mano y caminar en dirección al cuarto más cercano, dejando la maleta recién llegada olvidada junto a la puerta. El reencuentro de sus cuerpos estaba primero en la lista de prioridades.

***


Hola a todas y todos (sí, ustedes chicos también)

Esto es la segunda parte de lo que he bautizado como la sección 'París'. Ya saben que mis One Shots, la mayoría de las veces son historias cortas con dos o tres capítulos. Habrá una tercera parte llena de Smut porque sé que es necesario.

He tenido que tomar con calma el escribir porque mis sentires andan intensos estos días, las crisis de los veintialgo, los conflictos internos y los amores prohibidos, esas cosas xD y escribir acerca de Francia ya es un tema delicado,   así que el smut llegará cuando llegue la inspiración.

Muuuuuchas gracias por tanto. No puedo creer que esto tenga 20K de lecturas!!!!!

Ps: kiaruGomez es un amor de persona <3


scomiche One Shots (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora