4: Empezando el curso

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Otro capítulo largo (por fin vino la inspiración :D)
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Albus había soñado durante años con su primer día en Hogwarts; sin embargo, como suele ocurrir en el mundo de los magos, las cosas no son como uno se las espera.

Cuando se despertó, tardó un momento en recordar dónde estaba: en las mazmorras, en los dormitorios de Slytherin. Se intentó vestir sin hacer ruido, pues dos de las camas estaban ocupadas, y decidió primero ir a desayunar y luego escribir una carta a sus padres.

Después de varios intentos fallidos metiéndose en pasadizos sin salida, Albus consiguió llegar al Gran Comedor. Como aún era muy temprano, las mesas estaban casi vacías, y se sentó a desayunar solo en la mesa de Slytherin.

Iba ya por su segunda tostada cuando sintió que alguien se sentaba a su lado: era su prima Rose. Le sorprendió un poco.

-Hola -dijo Albus secamente.

-Hola Al -saludó Rose con una sonrisa- ¿Qué tal en tu nueva casa?

Tras una larga conversación, Albus descubrió que Rose no se había enfadado en ningún momento con él; aunque sí que estaba algo contrariada porque no habían quedado en la misma casa. Los que peor se habían tomado la noticia habían sido Louis, Fred y James; los demás no le habían dado mucha importancia.

-Tendrías que haber visto a James anoche. Subió a la torre de Gryffindor desesperado diciendo que toda la culpa era tuya, que habías deshonrado a la familia -¡Ni que estuviéramos en la Edad Media!- y que habías echado por tierra todos sus esfuerzos por ser el más popular del colegio. Después, corrió a por un pergamino para escribir a tío Harry.

Albus se empezó a reír al imaginarse a su hermano en esa situación. En ese momento, entró Scorpius Malfoy en el comedor, y se sentó al lado de Albus. Rose se levantó, murmurando que su amiga Sally ya había bajado a desayunar. Albus se preguntó si de verdad su prima iba a hacer caso a las advertencias de Ron sobre Scorpius.

Acababa de sonar el primer timbre cuando Rick, Scorpius y Albus se dirigieron hacia los invernaderos, pues a primera hora tenían Herbología con los de Hufflepuff. Aunque a Albus le caía muy bien Neville, no por nada era su padrino, descubrió que las distintas plantas del Invernadero 1 no le interesaban en absoluto. La clase fue bastante aburrida, ya que consistió en trasplantar plantas carnívoras matamoscas.

Albus no tardó en asistir a todas las materias. Aunque ninguna se le daba especialmente mal, excepto Astronomía, la asignatura con la que más disfrutaba era pociones. Para él, no había nada como ver los vapores ascendentes que provenían de los distintos calderos repartidos por la mazmorra. Además, era uno de los favoritos del profesor Slughorn, que no tardaba en responder a todas las dudas de Albus.

El martes Albus se despertó muy emocionado: ese día asistiría a su primera clase de Vuelo, y además, tendrían lugar las pruebas de quidditch. Albus, Rick y Scorpius ya habían volado en escoba con anterioridad, aunque dudaban ser lo suficientemente buenos como para entrar en el equipo en su primer año, pues no podían competir con la fuerza o la velocidad de los alumnos de cursos superiores.

En el desayuno se sentó con Rose en la mesa de Gryffindor, aunque no tardó en irse de allí, pues Erik Finnigan estuvo todo el rato diciéndole a Albus que su habilidad sobre la escoba no era comparable con la de su padre o la de James. Tras ignorarlo durante gran parte del desayuno, Albus se levantó de la mesa de los leones y terminó de comer en la de Slytherin, pues sin quererlo, Erik había puesto el dedo en la llaga. Albus sabía que no era tan bueno volando como Harry o James, y no le dedicaba tanto tiempo al quidditch durante las vacaciones, pero desde que había entrado al colegio, sentía que todo el mundo esperaba que estuviese a la altura de las hazañas de su padre; o las de su hermano, que había sido nombrado capitán ese verano, antes de empezar su tercer curso.

Albus PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora