13: Cuánta gente nueva

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Definitivamente, este viaje en el expreso de Hogwarts se le había hecho bastante más corto que el del año pasado. Quizá porque ya no estaba nervioso por la Selección; se dijo. Rose y él se habían pasado el trayecto alternando entre el compartimento de sus primos y el de Scorpius. Este año, Roxanne  y los gemelos Scamander iban a empezar primer curso, y estaban muy emocionados. Albus no pudo evitar preguntarse si él había sido tan pesado el año anterior con el tema de las casas. Se despidieron de ellos al llegar a la estación de Hogsmeade, cuando Albus, Rose y Scorpius tomaron el camino que los llevaría hacia los carruajes en vez de seguir a Hagrid.

Albus se soprendió al ver los inmensos carruajes, que aparentemente se movían solos. Rose no tardó en murmurarles que eran thestrals los que tiraban de los carruajes. Albus sonrió,  contento de que, por una vez, su prima dijera algo que ya sabía.

No tardaron en llegar al Gran Comedor, donde poco después de que se sentara con Scorpius en la mesa de Slytherin tuvo lugar la Ceremonia de Selección. Se alegró mucho al ver la cara de felicidad de su prima Roxanne cuando el Sombrero anunció su pertenencia a la casa de Gryffindor. Sin embargo, contra todo pronóstico, los gemelos Scamander no acabaron en la misma casa: Lorcan se sentó junto a Roxanne, pero Lysander fue enviado a Ravenclaw.

Todos aplaudieron cuando acabó la Selección, pues eso significaba que la deliciosa comida del Banquete de Bienvenida no tardaría en aparecer. Sin embargo, el nuevo director quiso decir unas palabras. Albus se fijó en él por primera vez: era un hombre ya entrado en años, alto y fuerte. El pelo, negro como el carbón, lo llevaba cortado al estilo militar; y los ojos, del mismo color que el pelo, se asemejaban a los de un aguilucho, siempre alertas.

-Buenas noches -saludó, poniéndose en pie-. Mi nombre es Timothy Lideskull, y voy a ser el nuevo director de Hogwarts; ya que, como todos sabréis, la profesora McGonagall decidió retirarse a finales del año pasado. Dudo que vaya a introducir reformas en la normativa, me es suficiente con que no practiquéis magia en los pasillos, os mantengáis alejados de las zonas prohibidas y consultéis la lista que hay en la puerta del despacho de Filch sobre los artículos que no se deben utilizar dentro del recinto escolar.

Albus y Scorpius se miraron sonriendo cuando el nuevo director  mencionó las zonas prohibidas, pues era una norma que habían infringido varias veces a lo largo del curso pasado.

-Pero yo no soy el único miembro del equipo docente al que hay que dar la bienvenida -continuó hablando el profesor Lideskull-: os presento al profesor Lupin, que impartirá Transformaciones.

Albus giró el cuello ciento ochenta grados, y su sorpresa fue mayúscula cuando vio aparecer por la puerta a Teddy. Miró a la mesa de Gryffindor, donde todos sus primos tenían la misma cara de estupefacción que él. ¡Así que esa era la sorpresa que había mencionado Teddy en su cumpleaños!

-Espero que Teddy mande menos deberes que la profesora McGonagall -le susurró Scorpius.

El resto del banquete transcurrió sin novedad, comiendo los deliciosos platos preparados para la ocasión. Cuando terminó, el nuevo director les deseó buenas noches e informó de que las pruebas de quidditch se realizarían al día siguiente, y todos se dirigieron a sus respectivas salas comunes.

Albus se quedó dormido nada más tocar la almohada con la cabeza. Estaba cansado del viaje en tren y quería descansar, pues no dudaba que el primer día de clases sería agotador.

...

Albus se sorprendió mucho cuando Slughorn, el jefe de su casa, les repartió el horario a la mañana siguiente durante el desayuno. Volvió a releer sus asignaturas por si acaso, pero el contenido del papel no había cambiado. Allí, los lunes y los jueves, entre Transformaciones y Herbología, habían incluido una nueva asignatura, Alquimia. Y lo mismo los martes y los viernes, donde Idiomas Mágicos sería la primera clase del día.

No tardó en ir a la mesa de Gryffindor, y le preguntó a su hermano si ellos habían cursado también esas asignaturas en segundo, pero ante la respuesta negativa de este, supuso que sería una de las reformas de Lideskull.

-¿Quién crees que impartirá estas dos asignaturas? -le preguntó Scorpius mientras se dirigían a su primera clase del curso, Pociones. Albus se limitó a encogerse de hombros.

Los dos amigos se sentaron en su sitio habitual, junto a Rick Black, en la mazmorra donde Slughorn les enseñaba Pociones. A los diez minutos de clase se dieron cuenta que la asignatura iba a ser más complicada que el año pasado, y que iban a utilizar ingredientes más peligrosos.

El resto de las asignaturas de ese día no le parecieron gran cosa, excepto Alquimia. La impartía el mismo director, el profesor Lideskull; y aunque en un principio les pareció que iba a ser similar a Pociones, en seguida se dieron cuenta de lo equivocados que estaban. Esta asignatura, como muy bien les explicó el director, no tenía que ver con echar y mezclar cosas en un caldero; sino más bien de aprender sobre la estructura de los objetos y qué era lo que les confería propiedades mágicas.

Albus salió algo preocupado de esa clase, esperando que no se le dieran mal. Después de una clase de Herbología con los de Hufflpeuff; Scorpius , Rick y él se dirigieron al campo de quidditch, ya que en apenas quince minutos empezarían las pruebas para entrar en el equipo, y los tres amigos tenían intención de jugar.

Grace Higgs, que seguía siendo la capitana, decidió empezar como el año pasado, dando vueltas alrededor del campo. Solo había dos puestos vacantes, el de buscador y uno de cazador. En seguida Grace le devolvió a Albus su antiguo puesto, ya que ninguno de los que se habían presentado volaban como él.  Rick, nada más ser descalificado se alejó de las gradas y se dirigió al castillo, donde Henry Zabini estaba esperándole. Albus se sorprendió un poco ante el mal perder de su compañero de habitación.

Las pruebas de cazador fueron algo más complicadas. Consistían en tirar penaltis a la portería defendida por Nathaly Bletchley. El gran número de candidatos a esta plaza hizo que las pruebas se alargaran más de lo estipulado, y Albus se estaba empezando a quedar helado en las gradas cuando Scorpius, después de marcar siete goles seguidos, aterrizó triunfante al lado de Higgs, que le daba la bienvenida al equipo con un apretón de manos.

Scorpius se acercó a donde él estaba, con una sonrisa de oreja a oreja. Albus le felicitó, y pensó para sus adentros que ese año los entrenamientos y partidos de quidditch iban a ser mucho mejores, porque Scorpius estaría con él.

Cuando los dos amigos se alejaron del campo, vieron a James corriendo hacia él. Tras una fugaz felicitación a Albus por haber entrado otra vez en el equipo, siguió dirigiéndose a toda velocidad al campo; pues las pruebas de Gryffindor empezarían en seguida.

Fueron a la biblioteca para terminar una redacción sobre la Alquimia en el siglo trece. Allí se encontraron a Rose, que estaba con Alice Longbotton buscando un libro de fonética del Sirenio.

-¿Idiomas mágicos? Nunca había pensado en estudiar eso, pero tengo que decir que el profesor Lideskull sabe llevar la clase -les respondió cuando Scorpius preguntó si ya habían tenido su primera clase.

Albus pensó que el nuevo director debía de saber muchísimas cosas, y que tenía mucho tiempo libre; pues impartía dos asignaturas completamente distintas, y debía compaginar todo eso con sus tareas de director.

Se sentaron junto a Rose y Alice, y entre los cuatro estuvieron intercambiando opiniones sobre las asignaturas de ese año. Esta última, que estaba cursando tercero, les dio ánimos a Albus y a Scorpius, y les dijo que no iba a ser todo tan difícil como parecía.

-Eso... si no nos volvemos a meter en líos este año -susurró el joven Malfoy una vez que se quedaron los tres solos en la biblioteca.

Rose negó con la cabeza, como si le pareciera evidente que ese año no fuera a suceder nada fuera de lo corriente.

Albus PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora