- ¡Jacob! - Grité cuando lo vi en el aeropuerto, él soltó las maletas que traía y corrí a abrazarlo, envolví su cintura con mis piernas mientras me daba de vueltas
- ¡Te extrañé mucho Jacob! Nunca vuelvas a irte - Lo abracé más fuerte y me bajé de él
- Lo prometo - Dijo pasando sus manos por mi espalda, lo que hizo que me dieran escalofríos por ahí
- Por que te fuiste Jacob, sabias por lo que estaba pasando y aún así me dejaste - Susurré mientras empezaba a soltar unas cuantas lágrimas
- Lo siento pequeña - Acarició mi cabello y rodeé su cuello con mis brazos, estaba llorando.
- No, no sabes lo que sufrí mientras no estabas. No tenía a donde ir cuando... - Callé, él solo me miraba
- Vamos a casa pequeña - Tomó mi mano y caminamos fuera del aeropuerto. Tomamos un taxi y fuimos directo a su casa
Después de hablar con su madre y padre, abrazarlos y todo eso, subimos a su habitación. Donde yo le ayudaba a desempacar mientras conversábamos
- Nunca te vuelvas a ir - Susurré y lo abrace por la espalda
- Por ti me quedaré - Se dio la vuelta y me abrazó un poco fuerte, mientras separaba mis pies del suelo
- ¿Lo prometes? - Levanté la cabeza y él depositó un beso en ella
- Lo Prometo - Tomó mi cara entre sus manos mientras nos acercabámos cada vez más. Estaba nerviosa, no era mi primer beso con Jacob, pero él siempre me hace sentirme así
- Jacob yo... - Dije pero no me dejo terminar, ya que había estampado sus labios contra los míos.
Era un beso dulce y lento, después de unos segundos nos separamos
- ¿Terminaron de repartirse besos? - Coraline entró a la habitación, y nosotros nos separamos sonrojados.
- Calla y aprende a tocar la puerta - Le lancé un cojín y empezamos a reír
