–Hey, Ángelita – Habló Joey caminando a mí, sonreí y besé su mejilla.
– ¿Qué tal tu fin de semana? Perdón por no hablarte, mi madre me quitó mi télefono – Rodé los ojos y caminé hacía nuestra aula.
– No te preocupes, solo fue algo aburrido – Tomó mi mano, y nos sentamos juntos
– ¿Sabes que te quiero mucho? Eres muy especial para mí – Susurró Joey acercandose, sonreí mientras ponía mis manos detrás de su cuello, atrayéndolo hacia mi.
– Lo sé, yo también te quiero – Acorté la distancia que separaba sus labios de los mios y se formó un lindo y tierno beso.
– Iugh, aquí no chicos – Habló Charles, nos separamos y comenzamos a reír.
– Cierra el pico – Le lancé un borrador que estaba sobre la mesa, lo golpeó en la cara, se quejó y me miró mal
– Okay, sigan comiendo – Salió rodando los ojos
– Eres la persona que me hace más feliz, y no soportaría perderte – Joey pegó su nariz a mi mejilla
– ¿YA PODEMOS ENTRAR BIRLEM? ¡ME CAGO DE LOS NERVIOS! – Gritaron de afuera, Joey susurró
Estúpidos
Entraron nuestros demás compañeros y tomaron lugar. Una última persona entró oculta detrás de un gran oso de peluche, lo dejó en la mesa y se fue
– Feliz año y medio – Dijo Joey, que tenía un girasol en la mano. Además de una caja de colores
– Eres el mejor novio – Lo besé con emoción, yo también le iba a dar algo.
– Tu regalo lo tendrás más tarde - Dije al separarme
- No es necesario bebé, contigo me conformo - Me sonrió, tomó mi mano y entrelazó nuestros dedos.
- ¿Y si nos escapamos de la clase? - Nada más terminé de hablar y Joey ya me había levantado para comenzar a correr por los pasillos
Salimos por la puerta principal, ya que nunca estaba vigilada. Era la primera hora de clases, volveríamos más tarde