Charles tomó mi mano, mientras se recostaba a mi lado. Me sentía mal, él merecía algo mucho mejor; no a la niña que no sabe nada de amor.
Me abrazó y no pude evitar soltar unas lágrimas, recuerdo cuando éramos pequeños y él me leía todas las noches que se quedaba, para no tener miedo.
Nunca antes había tenido una relación y no quería arruinarla
– ¿Por qué lloras? – Pasó su mano por mi mejilla
– Te quiero Charles – Lo abracé de la cintura
No respondió, se limitó a besar mi cabeza y sobarme la espalda.
Sabía que él no me quería, estaba acostumbrado al amor y yo nunca había sentido algo así. Por eso lloraba, por qué lo quería
Él jugaba conmigo, me ilusionaba y yo caía. Todas las noches recordaba eso, que el me engañaba y que simplemente no me quería, pero no tenía el valor de terminarlo.
Al parecer nunca eres suficiente
