|Carson Lueders|

1.5K 77 3
                                    

Corría por la nieve junto a los pequeños perros labradores que hace poco habíamos conseguido. Tenían que hacer ejercicio diariamente, así que salíamos a correr todos juntos.

Habíamos marcado una ruta que seguir, que rodeaba la casa así no nos alejabamos mucho.

Cuando un pequeño se desvió corriendo, los demás lo siguieron. No traían correa y no me quedó de otra que seguirlos.

Comenzaron a ladrar hacia un bulto en medio de la nieve y se acercaban a olerlo. Los espanté un poco para acercarme a lo que estaban ladrando cuando vi un cuerpo.

Era de una chica que comenzaba a perder color y solo traía un sueter delgado, ya mojado por la nieve a su alrededor.

Sin perder más tiempo, la tomé y corrí hacia la casa, la puerta estaba abierta

– ¡Mamá! – Grité para que viniera, y llegó en poco tiempo.

– ¿Qué pas... – No terminó de hablar y se acercó corriendo

Comenzó a quitarle el sueter mojado y la blusa, desvié la mirada un poco incomodo, claro era una desconocida.

– Prepara agua caliente y unos abrigos – Ordenó y me levante a hacerlo

*

Despues de envolverla en las mantas ya estaba mejor, había dejado de temblar y el baño le había recuperado el calor corporal. Coloqué una taza de té en sus manos.

– Gracias – Fue lo único que dijo, eran las únicas palabras que había soltado desde que despertó, cuando mamá la había terminado de cambiar.

– De nada, soy Carson – Le sonreí, ella planeaba no responder así que me giré y encendí la televisión.

– Olivia – Respondió tocando mi hombro. Recargó su cabeza en mi hombro, sonreí.

*
Al parecer Olivia se había recuperado muy rapidamente, solo estuvo cerca de un día y medio con nosotros. Y mamá la fue a dejar en la camioneta, yo la acompañaba en el asiento trasero, mientras conversabamos.

Llegamos a una casa algo, pequeña. Que se veía muy simple a la vista, volteé a ver a la chica y me miró un poco avergonzada

– Bueno, aquí es – Dijo abriendo la puerta, se detuvo y le habló a mi madre – Gracias sra. Lueders

Mi mamá sonrió y la abrazó, cuando se separaron noté sus ojos cristalizados. Me volteó a ver y también me abrazó

– Gracias por todo – Sonrió

– No es nada Olivia – Le sonreí de vuelta

– ¡Oh, casi lo olvido! Su abrigo – Comenzaba a quitarselo pero mamá lo impidió

– Es todo tuyo

Sonrió más y volvió a repetir Gracias, se despidió y bajó del auto. Desapareció al cerrar la puerta de la humilde casita y agitó su mano en nuestra dirección

*

3 años después se convirtió en una actriz algo reconocida y en mi novia.

One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora