Miré hacia arriba encontrándome con una gran casa, linda y elegante.
La gente que vive aquí debe ser muy rica. Pensé para después jalar mi maleta siguiendo a la señora Lynn que me indicaba el camino, entramos a la casa y nos detuvimos en medio de la sala.
— Bienvenida a nuestra casa querida — Habló con una sonrisa —Espera, subiré por Nathan para que lo conozcas.
Me senté en el sofá que estaba ahí para esperar, recorrí con la mirada todo lo que estaba al frente mio, que era un estante de madera lleno de fotos y objetos decorativos, las fotos eran de la señora Lynn con un chico castaño de intensos ojos azules, muy lindos.
Escuché pasos en la escalera, así que aparté la mirada y la dirigí a mis manos. Esperé hasta que hablaran para levantar la mirada.
— Melissa, él es Nathan — Ahí estaba el chico castaño mirándome con una sonrisa.
Me levanté y le tendí la mano, la tomó soltando una pequeña risa, me limité a sonreír levemente.
— Hola Nathan, soy Melissa — Dije al soltar su mano.
— Hola Melissa, soy Nathan — Respondió mirándome divertido, ahora yo me reí.
— Okay, Melissa se quedará aquí un tiempo mientras le buscan un hogar permanente, así que, bueno creo que se llevarán bien
— Gracias señora Lynn — La miré con una sonrisa.
— Nath te llevará a la habitación donde te quedarás, yo tengo que ir por unos papeles, adiós queridos — Habló para después despedirse con la mano y salir.
El castaño me guió a la segunda planta donde había varias puertas.
[...]
Nathan me acorraló contra la pared, mientras besaba mi cuello pasaba sus manos dentro de mi polera.
— No creo que esto sea buena idea —
Hablé a duras penas, realmente no quería parar.
— Yo sé que me quieres tanto como yo a tí Mel — Unió sus labios con los mios en un beso desesperado.
Enrredé mis manos en su cabello castaño mientras el acariciaba mi cintura, el beso seguía y deseaba que no tuviera fin.
Pero la puerta se escuchó abrir y nos separamos rápidamente. Me senté rapidamente en la cama y tomé la guitarra que estaba a un lado para disimular mejor.
Aún no entraban en la habitación pero se vería muy comprometedor si nos vieran así.
Cuando por fin sonó la puerta de donde estabamos, Nathan seguía en el mismo lugar mientras que yo estaba sentada en la cama.
— ¡Chicos! Qué bueno encontrarlos, quería hablar con ustedes —
Lynn se adentró a la habitación y se sentó a mi lado mientras bajaba la guitarra.
— Melissa, sé que tienes muchas ganas de pertenecer a una familia. Así que estuve investigando ¡y encontré una! — Mi sonrisa se agrandó, miré a Nathan y me sentí tan feliz.
Si me adoptaba una familia, podría estar con él. Ya que en las casas temporales no era permitido relacionarse mucho.
— ¿Quiénes? — Preguntó el castaño.
— ¡Nosotros! Ya tenemos todos los papeles en regla, y el lunes iremos al juzgado — Dijo con mucha emoción la señora Lynn.
Hubiera estado igual de emocionada hace dos meses, justo cuando llegué aquí. Pero mi sonrisa desapareció y se veía decepción en mi rostro, miré a Nathan que se veía igual o peor que yo.
— Eso es genial, gracias señora Lynn — Fingí una sonrisa mientras la abrazaba.
[...]
Por la noche, estaba en mi habitación, la que oficialmente sería mi habitación. Mirando al techo, sonó la puerta al abrirse y después se cerró.
Era Nathan, que sin decir nada se colocó a mi lado, abrazándome de la cintura.
— Lo siento tanto — Acaricié su mejilla delicadámente.