Blake tenía ya un tiempo enamorado de Lexa, aún que nunca habían sido amigos; se limitaban a ser compañeros.
Se saludaban y hablaban de vez en cuando, pero cada quién tenía su grupo de amigos.
Quería algo más con ella, la quería junto a él, pero no sabía como hablar con ella. No encontraba la manera de acercarse.
Así qué, por idea de Loren, decidió comenzar a escribirle cartas donde expresaba todo el amor que le tenía. Por qué, estaba perdidamente loco por ella.
Y no sabía que Lexa también, hacía poco había comenzado a mostrar interés en él. Aún que no fuera tan obvio como Blake. No quería decirlo, por que no eran amigos y si alguien se llegaba a enterar sería el hazmereír de todos, por que aún que ambos eran populares no quitaba el hecho que era muy envidiada por casi todos.
[...]
El rubio miraba a todos lados nervioso, acercandose a el casillero de la chica castaña. Metió el papel en las rendijas del casillero y justo cuando dió la vuelta su corazón se detuvo al escuchar su voz.
– ¿Qué haces? – Dijo con su dulce voz, seria.
– ¿Reviso que no forzaran la cerradura? – Blake dijo la primera excusa que cruzó por su mente.
– Pero no eres intendente – Habló extrañada levantando una ceja.
– N-no, solo que... – Los nervios comenzaron a aparecer.
– Tú eres el que deja las cartas – Aseguró caminando hacia él.
– ¡No! Digo, no – Trató de safarse pero la chica le tomó el brazo.
– Si eres tú, te ví – Lexa sonrió
– Okay, sí soy yo – Respondió ya cansado
Se recargó en el casillero, y miró a la sonriente chica. Que de repente se acercó y lo besó de forma desesperada,tomando los brazos de Blake y colocándolos en su cintura.