|Joey Birlem|

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Joey llegó a mi lado con una sonrisa, para después tomarme de la cintura y pegarme a él.

Levanté la mirada para verlo, ya que era un poco más alto que yo.

— Hola bonita — Depositó un corto beso sobre mis labios.

Sin decir nada lo volví a besar, un beso dulce y delicado.

— Te amo — Hablé al separarme de él, que agrandó más su sonrisa al escucharme.

— Y yo a tí preciosa — Dijo lo último en español lo cual se me hizo bastante lindo.

— Sabes que amo cuando hablas español — Apreté un poco sus mejillas con mis manos.

— ¿Cambiaste tus uñas? Muy lindas— Tomó mis manos, levantandolas para verlas mejor.

— ¡Lo notaste! Qué lindo eres baby — Chillé de emoción, mientras me lanzaba a él, envolviendo su cuello con mis brazos.

— Es que tengo a la novia más bonita, no me perdería ni un detalle — Habló después de que me separara de él.

Sentí calor en mis mejillas, así que desvié la mirada.

— ¡ÁNGELA! — Gritó alguien, haciendome voltear.

Era Charles, que venía con un montón de hojas de papel. Nos entregó una a cada quien y siguió su camino sin decir nada.

El papel era sobre un campamento de verano de la escuela. Que empezaba tres días después de que salgamos de vacaciones.

Joey lo arrugó y tiró a la basura con el ceño fruncido.

— Olvidate que irás, tengo algo especial para el verano — Se adelantó a decir con una sonrisa en la cara.

[...]

Por fin llegó el verano, y el primer día literalmente, dormí casi todo el día. La escuela me resultaba abrumadora y necesitaba descansar.

Joey llamó a mi mamá y al parecer iríamos junto con nuestra familia a su casa de playa.

Así que alistamos nuestras maletas y voilá estamos en la camioneta de camino a la playa.

Joey iba a mi lado, abrazandome de la cintura mientras veíamos una serie en Netflix.

— ¡LLEGAMOS! — Gritó Sophia derrepente.

A lo cual, brincamos del susto. Pero al segundo, empujé a Joey de la puerta y corrí hacia la playa, ya que traía mi bañador ya puesto, acompañado de un short, obvio.

Nuesttos padres nos dejaron ir al agua, mientras ellos metían las maletas. Así que Sophia trajo unas palitas y unos contenedores.

Y comenzamos a jugar con la arena. Joey estaba aburrido con nosotras así que comenzamos a hacer un agujero en la arena lo suficientemente grande para que entrara.

Y lo enterramos hasta que no se pudo mover.

— ¡SÁQUENME DE AQUÍ! — Decía moviendose para tratar de liberarse.

— Solo si haces mis tareas un mes — Se adelantó a chantajear Soph.

— Ni loco, me quedo aquí — Hizo una mueca, me reí.

Ya comenzaba a oscurecer, habíamos llegado algo tarde.

— Ángela, sabes que te amo — Dijo con un puchero.

— Okay — Respondí entre risas y no me quedó de otra que desenterrarlo.

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