Mis Hermanos y Yo

38.¿Hermanos?

Maratón 2/3.

Me sorprendí.

¿Pero que fue lo que más me ha dejado shockeada? El que Jack no se separara, y el que yo tampoco me apartara.

Por instinto mis ojos se cerraron mientras los labios de Jack comenzaban a moverse sobre lo mios, inconscientemente le correspondi. Nuestros labios se movían en sincronía.

Dios ¿Qué está pasando?

Jack pide permiso para adentrar su lengua a mi boca, y sin pensarlo dos veces se lo concedo.

Su lengua hace contacto con la mía, y ahí es donde lo llamado "Guerra de lenguas" Comienza.

Algo me decía que esto estaba mal, pero aún así no lo detuve, ni siquiera mostré resistencia.

Finalmente, el aire comienza a hacer falta en nuestros pulmones, por lo que lentamente nos separamos.

Yo guardo silencio incomoda, pero Jack parecía habérselo tomado normal.

-Adiós- Jack me sonríe de lado y camina hacía la ventana abierta.

Un destello se hace presente cerca de su cuello, y noto que tenía un collar que nunca le había visto puesto.

Jack sale por la ventana y la cierra, lo último que veo es a él bajando por la escalera.

Yo tan solo me quedó pensando mientras me recuesto en mi cama observando hacía una de mis paredes con la única luz siendo la de la luna que alumbraba por el cristal de la ventana.

Había besado a Jack.

***

Abrí mis ojos soñolienta.

Ayer me había quedado dormida después de haber pensado por un largo rato.

La causa de mi despertar fue nada más ni nada menos que los gritos de mis hermanos, pero no de todos, de Chad y Scott.

Verdaderamente no entendía que era lo que tanto se gritaban, así que decidí no tomarle importancia y tan solo me levante de la cama para caminar en dirección al baño.

Scott POV

Adormilado me levante de la cama, instantáneamente llevé una mano a mi cabeza sintiendo un dolor increíble.

Me maree por unos segundos en los que cerré los ojos, cuando el dolor pasó los volví a abrir, aún con el mareo.

Hice lo de siempre, respire despacio con tranquilidad y esperé a que el mareo pasara.

Cuando finalmente cesa, parpadeo y me encamino descalzo hacía el baño.

Me cepillo los dientes y tomo una ducha en menos de quince minutos, después de haberme secado y haberme puesto una ropa cualquiera decidí por caminar a mi gavetero.

Abrí una de las gavetas donde estaban los gorritos y mire el que estaba en las cima.

Algo indeciso, tomé el gorro y me lo coloque sobre mi cabello castaño.

Me mire al espejo, fijandome verdaderamente en el gorrito que hoy llevaba puesto.

Era de rayas horizontales, grises y rojas.

Este es mi gorro de la suerte a decir verdad, ¿Por qué? Bueno, Axel me lo había regalado unos pocos días antes de su muerte, y tomó gran valor para mi.

Solamente utilizaba este gorro cuando me sentía triste o incomodo, me hacía sentir seguro de cierta forma.

Suspire quitando mi vista del espejo y tan solo me limité a salir de la habitación.