45.Adiós

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Y ahí estaba, la escena que nunca pensé que presenciaría alguna vez.

Yo aquí, amarrada e inmovilizada, siendo completamente inútil para algo. Chad en frente de mi, apuntando con un arma a Julie, quien no tenía modo de defenderse pues la única defensa que tenía era su pistola y esta había caído bastante lejos de ella.

Pero entonces, Julie ríe.

-Por Dios, Chad, no eres capaz de matar ni siquiera una mosca. ¿Y en serio piensas poder dispararme?- Desafía Julie, alzando una ceja.

-Callate- Ordena Chad, apretando el arma con fuerza y sin bajar la guardia.

-Aceptalo, por Dios, eres un imb*cil pero no lo suficiente para presionar ese gatillo- Julie mira con burla, levantándose- Tan solo obedeceme, baja el arma que sea como sea no usaras, y ven conmigo, es fácil- Chad no hace caso, Julie bufa- ¡Chad, todos sabemos que no vas a dispa..!

Pero Julie se calla, soltando un jadeo de dolor al notar que Chad si había sido capaz de dispararle.

Y no una vez, sino tres veces. Una en la pierna, otra en el brazo, y la ultima en su otra pierna, dejando a Julie inmovilizada.

Chad corre hacía mi y me desamarra, ni siquiera me da tiempo de hablar cuando ya me ha tomado de un brazo intentando correr lejos de allí.

Chad llega a una puerta, coloca una mano en la manilla con rapidez, pero justo al hacer contacto con esta se escucha un disparo en la habitación.

-¡Chad!- Grito asustada, aterrada al verlo llevar ambos brazos a su abdomen mientras su camisa se mancha de sangre con rapidez.

-¡Leah, abre la puerta!- Habla como puede, yo le hago caso y antes de que Charlie pudiese intentar algo más entramos corriendo a donde Chad indicaba.

Cerré la puerta instantáneamente, y al ver que no había otra salida de donde estábamos, empuje unos equipos para impedir que Charlie abriese la puerta. Estábamos en un lugar pequeño, algo parecido a un armario donde se guardaban cosas necesarias.

Mi ojos llorosos se fijan en Chad, quien soltaba jadeos de dolor por la bala incrustada en su estómago, estaba tirado al suelo mientras la sangre se esparcía lentamente.

-Leah... Pasame esa caja- Chad señala una caja que se encontraba al lado de mis pies, confundida la tomo y con prisa se la acerco- Abrela- Le hago caso, no sabía que era lo que Chad quería lograr, tan solo pensaba en la sangre que se esparcía por el suelo.

Al abrir la caja, me encuentro con una tela blanca, una bastante grande.

Chad lleva una de sus manos a la tela, se sube la camiseta y con algo de esfuerzo se rodea el abdomen con esta tela.

Cuando veo que intenta hacer un nudo, lo ayudo, me dice que apriete con fuerza y le obedezco, cayendo en cuenta de que Chad quería retener la herida lo más posible.

Escucho como patean la puerta, intentando abrirla a la fuerza.

Chad se baja la camiseta cuando finalmente hemos acabado, tapando la tela que retenía la sangre.

-¿Y ahora qué? No hay salida- Murmuré, con el miedo reflejado en mis ojos.

Chad hace una mueca y me observa.

-Leah, yo conozco este lugar al derecho y al revés, creeme- Susurra en respuesta. Se levanta a duras penas del suelo y lleva ambas manos hacía el techo.

Al principio no entendí, luego noté la ventila que se encontraba allí.

Chad la mueve dejando espacio libre para poder entrar.

Mis Hermanos y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora