Capítulo dos

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''Todos están cuando ríes. Pocos cuándo lloras..''

Lo miré directo a los ojos con temor, pero a la vez valentía. Mordí nuevamente mí labio inferior levemente tratando de tranquilizarme, y lo hice.. un poco.


—¿Qué haces con él?

—N-no te imp-porta. —Tartamudeé, tratando de alejarlo.

—Claro qué no, no me importas. Pero advierte-le, él puede tener problemas.. por culpa tuya.

Asentí y él sólo me volvió a mirar con sus ojos mieles, tan brillantes. Hice una mueca y me alejé, me iría sola. No podía poner en riesgo a Taylor, y fin. Todo era así, nadie se acercaba a mí por lo mismo.

Seguí caminando, mientras escuchaba las mismas canciones de siempre.. de mí querida Avril Lavigne. Miraba hacía delante, no llevaba ni dos cuadras cuándo sentí qué tomaron mí mano y me giraron hacía atrás.

—¿Por qué te fuiste? —Era Taylor.

—No te hace bien estar conmigo. Corres peligros. —Susurré, agachando la mirada.. sintiéndome mal, cómo siempre.

—Pero..

—Pero nada, tan sólo.. no te me acerques. —Lo interrumpí y vi como se daba media vuelta para irse, soltándome la mano. 

Volví a prender un cigarrillo, para volver a casa. Mientras caminaba, me fijaba en las parejas felices qué caminaban, o adolescentes qué lo único que hacían era sonreír. ¿Por qué yo no era cómo ellas?

Negué con la cabeza, nublando los pensamientos. Al llegar a casa, apagué mi cigarro y lo boté, pisándolo con mi zapatilla. Saqué las llaves de mí mochila y abrí la puerta. Pasé adentro y subí rápidamente a mí habitación. Cerrando inmediatamente la puerta con pestillo. Dejé mi mochila en la silla, y partí al baño para hacer mis necesidades.

Me miré en el espejo, y no me agradó para nada lo que veía; ¿por qué no soy delgada y hermosa como todas las demás? ¿por qué no puedo ser cómo yo quiero, cómo a mi me gustaría ser? Lo único que miro es horrible, me da repugnancia, ni siquiera tengo fuerzas para mirarme en él, me da vergüenza, asco. 

''Las delgadas son hermosas'' ''Las delgadas consiguen lo qué quieren'' ''Las delgadas tienen un montón de chicos atrás..'' Tan sólo pensaba ''Sí fuera más delgada, sería más bonita..'' 

''Eres gorda''; lo peor de eso, es qué la gente no sabe lo qué unas simples palabras pueden dañar, lo qué pueden lograr. Puede tomarle un minuto de su tiempo llamarme ''gorda'', pero a mí me tomará horas superarlo.. cómo siempre. Las palabras dañan, mucho. Hago lo qué puedo, busco en todos lados maneras para adelgazar, pero no consigo nada, sigo viendo a la misma cerda de siempre en aquel espejo, qué ahora se a convertido en mí peor enemigo. 

Hasta qué veo una solución; no comer. La comida y el espejo, ahora, son mis nuevos enemigos. Lo único que logra la comida, es dañarme, hacerme más vulnerable de lo qué ya soy. Por eso, decido alejarme de ella, quiero eliminar esa grasa que se interpone en mí cuerpo perfecto, y poco a poco me voy acercando a mí meta, a mí, inalcanzable meta. 

Salgo del baño para dirigirme al primer piso, mí estómago se retuerce por la hambre. No sé que hacer, pero ahí está.. ¿y sí como un poco de esa hamburguesa? ''No puedes, llevas más de dos semanas sin comer tanta grasa, lo único que vas a conseguir es ponerte como la cerda que eras antes..'' Y ahí está esa voz, esa voz qué siempre tiene la razón.

Decido comerla, la tentación era más fuerte. ''No sirves para nada, no tienes fuerza de voluntad'', ignoró la voz y doy otro.. y otro más, hasta acabarla; todo el plato está vacío. Hace tiempo que no sentía el estómago tan lleno, la culpa inunda mí interior. 

''Arruinaste todo, nadie te va a querer. Gorda, me provocas asco.'' Las lágrimas escapan de mis ojos, me voy corriendo hacía mí habitación. Tal vez aquella voz siempre tuvo razón, ella sabe lo que dice, debí hacerle caso. 

Ya en el baño, me vuelvo a observar. Volteo a ver el WC.. ''Toda esa grasa se podría ir por el inodoro, sólo vomita.'' Vomitar es lo que más odio en esta vida, pero mí conciencia tiene razón, siempre la tiene.. así que debo hacer lo qué ella dice.

Meto los dedos con cuidado entre mí garganta y me purgo.. Va saliendo todo esté veneno que entró en mi cuerpo, me duele, siento los ácidos saliendo por mí garganta. Arde. Y mí garganta provoca sonidos, demasiados ruidosos. 

Me siento mejor, pero tengo qué tener más cuidado. Esa voz me controla, controla mis pensamientos y acciones.

Depression {Justin Bieber} | AdaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora