All over again | Capítulo veintinueve

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____________'s Point of View. 

El timbre sonó y la últimas dos horas de clase se pasaron volando mientras yo pensaba en Justin. ¿Cómo todo había sido tan apresurado? Un día recién queríamos intentarlo de nuevo y una semana después ya éramos novios. ¿Tan fuerte era la necesidad de estar juntos? Tal vez sí, estuvimos separados durante mucho tiempo... años perdidos. Pero por otro lado pensaba que deberíamos aprovechar todo el tiempo que pudiéramos juntos, ¿no? Lo amo, y no puedo dejarlo ir, empezaremos una vida como adultos en Toronto e ahí tendremos hijos, nos casaremos, educaremos a nuestros hijos, los veremos crecer e irse de la casa con sus 18 años y nos amaremos hasta el final de nuestros últimos días... moriremos juntos y esa habrá sido nuestra historia perfecta. ¿No todo es color rosa? Nuestra oscuridad se había ido, nuestras pequeñas peleas eran por idioteces sin importancias, pero las arreglábamos inmediatamente. No podía pasar un minuto enojada con él, era el maldito amor de mi vida desde que nací. 

Justin me esperaba en la salida, apoyado en el portón con un pie delante del suyo, con una cajetilla de cigarros en su mano. Le sonreí corriendo hacia él, era como si no nos hubiéramos visto hace mucho, pero nos veíamos todos los días a cada minuto, y si no nos veíamos, charlábamos por mensajes o llamas telefónicas. ¡Justin era un chico completamente cursi! No bromeo. 

Me levantó en sus brazos, tomando mis muslos. Rodeé su cadera con mis piernas abrazándolo por su cuello. Suspiré su aroma y él besó mi frente. Sophia nos miraba furiosa y triste. Furiosa porque yo le había ganado, Justin era mío —oh Dios, que ego tengo. ¡Justin me contagias!— y triste porque... realmente no lo sé. Pero los rumores de que estaba enamorada de Justin rondaban en los pasillos. La supervisora general se dirigió a nosotros, algo molesta.

—¡Alumnos! Por favor, no tanta muestra de afecto. ¿Bien? —nos regañó con una mirada suave. Asentimos y hablé.

—¿Usted nunca fue una adolescente? —pregunté con un buen tono, para que no sonara muy insolente.

—Oh claro, con mi esposo éramos como ustedes. Pero hay otros lugares para darse muestras de afectos como éstas. ¿Ok? No se los digo como la supervisora amargada que algunos dicen que soy. —reímos y asentimos, despidiéndonos de ella para salir bajo la mirada de los demás.

Justin entrelazó nuestros dedos de las manos y sonreí levemente, pero mi sonrisa se desvaneció al ver el rostro triste de Taylor. Era como que todo nuestro pasado se detuviera y pasara frente a mí en un segundo, haciendo que un nudo gigante se atragantara en mi garganta. Yo aún lo quería, pero amaba a Justin, siempre lo amé. Lo nuestro entre Taylor y yo, simplemente no funcionó. No terminó de la mejor manera pero... las cosas suceden por algo. Él me ayudó a superar cosas, aprender de la vida, en tan sólo meses me encariñé mucho con el, fue mi mayor amigo durante años, pero Justin nunca se podría ir de mi corazón. ¡Es malditamente inexplicable lo que siente por él! No es una obsesión, es amor, es esa necesidad que tienes de besar, abrazar, acariciar, decirle palabras de amor, etcétera, a esa persona que amas. Hacer el amor con él, dar paseos con él, demostrarse su amor. En cambio con Taylor no sentía eso, éramos amigos... algo como novios, pero menos que eso. Fue perfecto mientras duró, pero estaba segura que el futuro le tenía una chica mucho mejor para él, porque se la merecía. Y yo podría sonar egoísta, pero quedaban días para que se fuera, y prefería no ilusionarlo, sólo... ignorarlo, dejarlo hacer su vida. El sabe cuánto le agradezco por todo lo que hizo, pero ya no más... ya no más.

Caminamos unas cuadras más hasta que Justin sacó el tema del partido de mañana. Me sorprendí y lo escuché con atención.

—Nena, mañana tengo un partido... necesito que vayas, no puedes faltar. ¿Por favor? ¿Por mí? —hizo un puchero y reí, obviamente iría. 

—Claro que sí, Biebs, ahí estaré. 

—Te esperaré. —sonrió y besó mis labios, separándose de mí una vez que tenía que irse por otra calle para llegar a su casa e irse a ducharse. 

Una vez que llegué a mi casa pensé en la sorpresa que me había dicho Steph, la supuesta sorpresa... ¿Qué será? Sé que el no me decepcionará. 

Depression {Justin Bieber} | AdaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora