Depression {Justin Bieber} | Adaptada

Capítulo veintiuno

''A veces es necesario caer para saber cuan alto habías llegado''.

-Me iré a... bañar, ¿puedo? -Pregunté, mientras sentía las yemas de sus dedos rozar mi cabello delicadamente. El asintió mientras su mirada estaba perdida en algún punto imaginario.

Me levanté con cuidado, y tomé una toalla de color verde limón para secarme luego. Entré a su baño y cerré la puerta, di el agua y entré luego de despojarme de toda mi ropa. El agua era algo fundamental en mí, no sólo en ese tema de que limpia y bla bla bla, sino que, me relaja, así de simple.

"¿Te duele?, ¿Te sientes bien?, ¿Ni un pequeño dolor?" Aquellas tres preguntas de muchísimas más me hicieron sentirme querida, quizá amada. El mostraba su afecto por mí, y yo lo consideraba como un mejor amigo, lo quería---quiero mucho. Pero me había puesto en duda, ¿se habrá preocupado por ser mí primera vez? qué tierno. Tiene experiencia no lo dudo.

"Cuando me pedías que te hiciera el amor" Aquellas palabras de Justin me hicieron ruborizarme. Quizá el lo entendió así, pero yo solo... yo solo quería que el demostrara el amor que tanto decía tenerme.

En fin, al estar lista, salí de la ducha. Los moretones dolían, incluso se me marcaban más que antes, era aterrorizador. Taylor lo notó y no dijo nada, sólo los acarició. ¿Por qué carajos no lo puedo amar? Es un hechizo, Justin me tiene hechizada, a pesar de sus malos tratos hacia mí.

Peiné mi cabello delicadamente y lo dejé que cayera así nada más sobre mis hombros. Mis ojos estaban más celestes de lo normal, y brillaban, todo esto causado por Taylor, tenían un brillo especial por él. Sonreí a medias y salí de allí.

-Ya puedes entrar. -Dije saliendo del baño y dejando la puerta abierta, el asintió des-interesadamente. -¿Te pasa algo? -Pregunté frunciendo el ceño, su actitud era rara.

-No, es solo que... tus moretones, me dan rabia. No es contra ti, pero sí pudiera, tu maldito padre estaría muerto. -Dijo hablando por sí. Asentí relamiendo mis labios y saqué un poco de ropa de mi bolso. -Y tus cortes... ¿lo sigues haciendo, _____?

-Yo... -Hice una pausa, sin saber que decir.

-Dime la verdad.

-Sí, después de que mi padre me golpeó, si es que no me equivoco, no lo recuerdo bien. -Respondí insegura. -Lo siento... soy una egoísta.

-Ya veremos que hacer. -Susurró encogiéndose de hombros, y entrando sin previo aviso al baño. Me sentí mal, era la culpable de que él se sintiera repugnante, quizá.

Me vestí con uno de los típicos atuendos míos. {Esta en multimedia} El negro me gusta, me representa, sin duda.

Tomé mi cabello en una trenza desarmada y me fijé en mis uñas; estaban largas, muy largas, pero totalmente arruinadas. Me decidí por limarlas, mientras que esperaba a Taylor. Saqué de mi bolso un esmalte transparente reconfortable para uñas. Luego de limarlas y dejarlas bien bonitas me lo esparcí encima de cada uña, dejándolas brillantes...

El resultado final me agradó, no era algo típico en mí, pero me agradó. Sin más, las dejé secar, mirando por la ventana grande de Taylor, las soplaba de vez en cuando.

Todo era totalmente aburrido, Taylor aún no salía de la ducha. Me preocupaba aquella sensación que tenía en estos momentos, sentía que alguien nos había descubierto, y no era bueno, nada completamente bueno.

Sentí mi celular vibrar, me sobresalté al escucharlo. Me acerqué nuevamente, y lo tomé antes de fijarme si mis uñas estaban completamente secas. Dibujé el patrón y me fijé que había sido la interesante ''notificación'', era un mensaje.

Al principio creí que eran esos mensajes que enviaban las aburridas compañías de celulares, pero no, era de un número desconocido.

"Te he visto, te daré unos días para que los disfrutes, ya que es lo que nunca haces. Tendrás muchos problemas, quizás, eres una pequeña diabla, ________. Bonitas bragas ;)."